Rajoy exhibe el ¨¦xito de su estrategia de oposici¨®n

Hay veces, pocas, en las que Mariano Rajoy se sale del discurso previsto y de su particular forma de entender el galleguismo y deja traslucir lo que de verdad est¨¢ pensando. Ayer le pas¨®, solo al final de su discurso ante el Comit¨¦ Ejecutivo, despu¨¦s de un detallado an¨¢lisis de las elecciones catalanas lleno de mensajes internos: "Jo, de vez en cuando tambi¨¦n tenemos derecho a llevarnos alguna satisfacci¨®n", solt¨®.

Como quiera que el l¨ªder del PP no contesta apenas a preguntas de periodistas -ayer repiti¨® el modelo de discurso televisado- estos momentos son lo m¨¢s parecido a un desliz que tiene. Y este en concreto deja claro algo que analizan diversos marianistas consultados: el l¨ªder del PP ha pasado desde que perdi¨® las generales un aut¨¦ntico calvario interno, pero con el resultado de las catalanas, despu¨¦s de las gallegas, las europeas y en menor medida las vascas, Rajoy sepulta por completo cualquier intento del sector cr¨ªtico por discutir su liderazgo y sobre todo su estrategia de perfil bajo, marcada por su gur¨² Pedro Arriola.

En el PP tem¨ªan incluso una bajada en Catalu?a, que algunas encuestas auguraban. Y lejos de bajar, el PP ha logrado un esca?o m¨¢s que Alejo Vidal Quadras en 1995. Precisamente el eurodiputado era, hasta el domingo, uno de los s¨ªmbolos de ese ala dura que tantos quebraderos de cabeza le ha supuesto a Rajoy. Ya no podr¨¢n decirle ni eso.

El l¨ªder del PP estaba ayer tan satisfecho, que quiso sacar rendimiento interno a los buenos resultados en Catalu?a, y lanz¨® un mensaje clar¨ªsimo para los que dudan de su estrategia: "Vamos a mantener la l¨ªnea de estos dos a?os y medio", asegur¨®, esto es, el cambio de discurso desde el congreso de Valencia en 2008, que supuso el fin del aznarismo. "Tenemos unos principios que no van a cambiar, pero se trata de convencer a m¨¢s espa?oles y adaptar nuestro programa a lo que est¨¢ ocurriendo ahora mismo". Los marianistas creen que los resultados son importantes por otra cosa: el PP tembl¨® por el efecto Rubalcaba, el cambio de tendencia en las encuestas que parec¨ªa marcar el cambio de Gobierno. Ahora lo dan por desaparecido. La ola, analizan en el PP, es ya incontenible.