Mario Monicelli, el ¨²ltimo buf¨®n del cine italiano
El director hizo de su obra un canto al humor como forma de vida
"?A qui¨¦n llamar¨¦is cuando muera yo?". La frase de Mario Monicelli dice mucho del humor y de la longevidad del genial cineasta, a quien los periodistas recurr¨ªan cuando mor¨ªa otro artista italiano. El martes por la noche, Monicelli dej¨® de ser esa fuente de an¨¦cdotas y sabidur¨ªa cuando decidi¨® arrojarse desde el quinto piso del hospital san Giovanni, en Roma, donde era tratado de un c¨¢ncer de pr¨®stata. Se suicid¨®, como lo hab¨ªa hecho 70 a?os antes su padre. A¨²n medio ciego, Monicelli hab¨ªa seguido dando guerra, manifest¨¢ndose -el mes pasado- en contra de Berlusconi y los recortes a la cultura, y fustigando a la indolente oposici¨®n, que no estaba a la altura de este intelectual de izquierdas.
Maestro de la comedia italiana, tres de sus 65 filmes aspiraron al Oscar
Hubo un tiempo en que la comedia italiana ten¨ªa sustancia, como un buen guiso, con todos sus ingredientes en su justa cantidad. No se llamaba comedia italiana, sino commedia all'italiana (comedia a la italiana), y Mario Monicelli era su cocinero estrella, el cineasta que dominaba los ingredientes de la risa como nadie. Dirigi¨® 65 pel¨ªculas y fue cinco veces candidato al Oscar: dos veces como guionista por Camaradas (1963) y Casanova '70 (1965) y otras tres en la categor¨ªa de mejor pel¨ªcula en habla no inglesa: Rufuf¨² (1958), La gran guerra (1959) y La ragazza con pistola (1968).
Ver el cine de Monicelli es asomarse a lo mejor del cine italiano. Nacido en Viareggio (Toscana), en 1915, fue el segundo hijo de un periodista que sufri¨® el fascismo de Mussolini. "Mi padre hab¨ªa dirigido un peri¨®dico en los a?os veinte. Era antifascista, se puso contra Mussolini y le echaron, no le dejaron escribir m¨¢s. Estuvo muchos a?os sin poder hablar, viendo a sus amigos adaptados al fascismo. Pens¨® que cuando acabara Mussolini podr¨ªa volver, pero se hab¨ªan olvidado de ¨¦l. Esa amargura le pudo. Yo era un soldado, acababa de regresar de la guerra, y entend¨ª que se suicidara". Antes de participar en la II Guerra Mundial (en el frente de Yugoslavia, Monicelli ya hab¨ªa trabajado en el mundo del cine: rod¨® su primer corto en 1934, una adaptaci¨®n de El coraz¨®n delator, de Poe, que codirigi¨® con Cesare Civita y su amigo Alberto Mondadori, y un a?o despu¨¦s lleg¨® su primer mediometraje -mudo-: I ragazzi della via Paal, premiado en el festival de Venecia. El salto al largo lo dio en 1937 con Pioggia d'estate, pero el filme solo se distribuy¨® en el sur de Italia.
Hasta 1949 no volvi¨® a ponerse detr¨¢s de las c¨¢maras, en compa?¨ªa de Stefano Vanzina, con Tot¨° busca piso. En los siguientes cuatro a?os Monicelli y Fanzina codirigieron ocho filmes m¨¢s protagonizados por el c¨®mico Tot¨°. "Era un gran mimo, mov¨ªa todo el cuerpo adem¨¢s de la cara. Los grandes actores recitan con el cuerpo, trabajan la entonaci¨®n y el cuerpo...". Un actor perfecto para su gusto, que viv¨ªa hipnotizado por el talento de Buster Keaton y Charles Chaplin: "Eran la voz de los perdedores que se eleva contra las normas sociales". Eran tambi¨¦n a?os de caf¨¦s en Roma, de tertulias con los guionistas Age y Scarpelli, con los a¨²n incipientes directores Luigi Comencini, Steno o Pietro Germi. "Habl¨¢bamos de todo, de las noticias del d¨ªa, el cine quedaba en algo secundario. Hoy, tristemente, los directores ven la vida a trav¨¦s del cine". En 1951 llegan sus mejores trabajos: Vida de perros y Guardias y ladrones, premiado en Cannes; y en 1957 el certamen de Berl¨ªn le premia por Padres e hijos. Monicelli est¨¢ en su mejor momento, en el que usa como un estilete su estilo directo: en 1958 dirige Rufuf¨², con Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Tot¨° y Claudia Cardinale, una comedia que hace honor a su filosof¨ªa del humor: "El humor es la forma m¨¢s penetrante de mirar. Un bistur¨ª que va al fondo de las cosas. La comedia a la italiana surgi¨® al contar argumentos muy dram¨¢ticos con humor". Al a?o siguiente estrena La gran guerra (Le¨®n de Oro en Venecia), comedia sobre la I Guerra Mundial con Alberto Sordi y Gassman, que le consagra.
Durante 30 a?os, Monicelli no baj¨® el pist¨®n de la producci¨®n: I compagni (1963), La armada Brancalone (1966), Amici mici (1970) o Un burgu¨¦s peque?o peque?o (1978)... A sus guiones se apuntaron todos los grandes int¨¦rpretes: adem¨¢s de los mencionados, Monica Vitti, Anna Magnani, Vittorio de Sica, Sophia Loren, Nino Manfredi, Gian Maria Volont¨¦... "No ten¨ªamos pretensiones, aunque es cierto que sin quererlo, hac¨ªamos pol¨ªtica. Pero luego llegaron los cr¨ªticos y organizaron teor¨ªas, buscaron significados, intelectualizaron la comedia, lo que en s¨ª mismo es una contradicci¨®n. No ¨¦ramos conscientes de la importancia de lo que est¨¢bamos haciendo. Era una vida dura. Te levantabas al alba y trabajabas de siete a siete. Llev¨¢bamos pan con salami y eso com¨ªamos. Durante 15 a?os fuimos el centro de la creatividad, dur¨® un par de generaciones". En 2006, tras Las rosas del desierto, decidi¨® retirarse -a¨²n dirigi¨® un ¨²ltimo documental-: "Ya ha sido suficiente, ?no?".
Sus hijas anunciaron ayer que no habr¨¢ funeral, pero que se le podr¨¢ dedicar un ¨²ltimo saludo tanto en Monti, el barrio romano donde viv¨ªa, como en la capilla ardiente que se instala hoy en Casa del Cine en Roma. Si usted est¨¢ all¨ª, ac¨¦rquese a mostrar los respetos a un cineasta que hizo de su obra un canto al hombre y al humor como forma de vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.