Ir¨¢n sigue la pista del uranio en Am¨¦rica Latina
La diplomacia norteamericana confirma la presencia de t¨¦cnicos iran¨ªes en la miner¨ªa venezolana y recela de las promesas de cooperaci¨®n nuclear entre Teher¨¢n y Bolivia
Al menos desde 2006 Ir¨¢n se encuentra investigando sobre el terreno las posibilidades de obtener uranio en varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, en particular Venezuela y Bolivia, seg¨²n se desprende de las comunicaciones entre las embajadas norteamericanas en la zona y el Departamento de Estado. Este inter¨¦s viene adem¨¢s respaldado por una ofensiva diplom¨¢tica del r¨¦gimen de Teher¨¢n en la zona que ha despertado las sospechas no s¨®lo de la diplomacia estadounidense sino de terceros pa¨ªses como Israel.
Durante los ¨²ltimos tres a?os, Washington ha estado recibiendo regularmente informes desde distintas legaciones sobre las posibilidades de que dicha producci¨®n pase a un estado operativo.
Israel relaciona el gran n¨²mero de diplom¨¢ticos iran¨ªes en Bolivia con la b¨²squeda del mineral
Evitando el tono alarmista, los estadounidenses han estado recogiendo toda la informaci¨®n que ha llegado hasta sus o¨ªdos en torno al pastel amarillo, la denominaci¨®n que recibe el concentrado de ¨®xido de uranio. Y no hay detalle peque?o que no merezca ser escrutado. Desde un acuerdo de una empresa canadiense -la mayor productora de uranio del mundo- para incrementar su producci¨®n en Puno (Per¨²) hasta un comentario del ministro de Exteriores israel¨ª, Avigdor Lieberman, durante una visita oficial a Per¨² en julio de 2009, sobre el "desmesurado tama?o" de la representaci¨®n diplom¨¢tica iran¨ª en Bolivia y su relaci¨®n con la b¨²squeda de uranio en el pa¨ªs andino.
Es en Venezuela donde los iran¨ªes est¨¢n desarrollando una mayor actividad relacionada con la obtenci¨®n de uranio, que cuenta con el respaldo abierto del Gobierno de Hugo Ch¨¢vez. As¨ª, en octubre del a?o pasado, Rodolfo Sanz, ministro venezolano de Miner¨ªa, aseguraba en la prensa local que Ir¨¢n hab¨ªa ayudado a realizar pruebas geof¨ªsicas y reconocimientos a¨¦reos para calcular la cuant¨ªa de las reservas venezolanas de uranio.
La Embajada de EE UU en Caracas se hizo eco de estas declaraciones. Poco antes hab¨ªa contactado de forma reservada con un f¨ªsico nuclear local para evaluar hasta qu¨¦ punto estaba avanzada esta colaboraci¨®n. La fuente adem¨¢s de apuntar que "Ch¨¢vez no se f¨ªa de los cient¨ªficos", calificaba los comentarios de los ministros chavistas como "no demasiado inteligentes". A¨²n as¨ª, los estadounidenses decidieron recabar con discreci¨®n la opini¨®n de otro cient¨ªfico local quien confirm¨® que, aunque quisiera, Venezuela "no tiene ahora mismo cient¨ªficos cualificados para llevar a cabo un programa nuclear".
Con esta perspectiva sobre la capacidad t¨¦cnica de Caracas, Washington ha podido evaluar el acuerdo nuclear firmado el pasado octubre entre Ch¨¢vez y el presidente ruso, Dimitri Medv¨¦dev. Sin embargo, los diplom¨¢ticos destinados en Caracas insisten en sus escritos en "no despreciar los rumores sobre el uranio".
Testimonios recogidos por la Embajada en Caracas han confirmado la presencia en diferentes per¨ªodos comenzando en 2004 de un total de 57 t¨¦cnicos iran¨ªes -"que no responden a la direcci¨®n venezolana"- que han trabajado en organismos relacionados con la miner¨ªa y geolog¨ªa.
La actividad iran¨ª en Latinoam¨¦rica est¨¢ en el punto de mira de Israel, que en mayo de 2009 filtr¨® un informe de tres p¨¢ginas en el que se aseguraba que Ir¨¢n estaba ayudando a Bolivia y Venezuela en un te¨®rico programa nuclear. El ministro de presidencia boliviano, Juan Ram¨®n Quintana, sali¨® al paso p¨²blicamente explicando que "solo un tonto podr¨ªa creer en un sinsentido as¨ª". Sin embargo, los estadounidenses env¨ªan un mensaje confidencial a Washignton que indica que en Potos¨ª funcionarios bolivianos planean producir uranio en un futuro cercano. Y el pasado octubre, el presidente Evo Morales revel¨® a la opini¨®n p¨²blica, durante una visita el pasado noviembre del iran¨ª Mahmud Ahmadineyad, que Teher¨¢n ayudar¨ªa a La Paz a construir una central nuclear a cambio de recibir pastel amarillo.
La presencia de uranio, en cualquier estado ya sea natural o procesado, es escrutada minuciosamente por las embajadas estadounidenses en la zona. Por ejemplo, en un informe secreto se advierte del descubrimiento de munici¨®n con uranio empobrecido en un almac¨¦n de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o de la existencia en el norte de Brasil, cerca de la frontera con Colombia, de explotaciones ilegales de diversos minerales, entre otros el uranio, en poder de grupos como las FARC. A este respecto, los informes corroboran las afirmaciones del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que, seg¨²n ha averiguado este peri¨®dico, en las ¨²ltimas semanas ha expresado en reuniones privadas su preocupaci¨®n por las minas ilegales existentes en el lado colombiano de la frontera con Brasil.
Este estado de alerta ante cualquier presencia iran¨ª en la industria nuclear latinoamericana contrasta con la naturalidad con la que se informa de iniciativas nucleares en pa¨ªses considerados estables o aliados por Washington. As¨ª, un extenso reporte confidencial explica c¨®mo Brasil ha comenzado a instalar centrifugadoras en cadena para enriquecer uranio. En el mismo documento se destaca que funcionarios del Gobierno brasile?o quieren colaborar con Washington "para mejorar la seguridad de las instalaciones nucleares y ayudar a entrenar a la pr¨®xima generaci¨®n de t¨¦cnicos y expertos".
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