Javier Bardem... y poco m¨¢s
Todo el cine de I?¨¢rritu, independientemente de los escenarios geogr¨¢ficos y los ambientes que trate en sus historias, est¨¢ centrados en el sufrimiento extremo, el fatalismo, la catarsis y los intentos de expiaci¨®n. Nunca sabremos lo que pertenec¨ªa a cada uno en esos guiones de memorable e imitada estructura que firmaron Guillermo Arriaga y ¨¦l, pero es evidente que la poderosa sociedad literaria que formaron esos dos espl¨¦ndidos retratistas de la convulsi¨®n y del dolor encontr¨® las im¨¢genes, la atmosfera, la intensidad y la est¨¦tica que necesitaban en las admirables Amores perros, 21 gramos y Babel. En mi caso, tambi¨¦n una absoluta empat¨ªa e identificaci¨®n emocional con sensaciones, personajes y situaciones que supuestamente me quedan muy lejos, desde un existencialista asesino a sueldo mexicano a un testigo de Jehov¨¢ con abrumador sentido de culpa por haber huido despu¨¦s de matar accidentalmente con su coche a un padre y a sus ni?as, desde una adolescente sordomuda de Tokio hambrienta de amor a cr¨ªos del altiplano marroqu¨ª que jugando peligrosamente desatan una tragedia. Exist¨ªa una capacidad notable en esas narraciones paralelas sobre la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, la esperanza y la desolaci¨®n, para remover la cabeza y la sensibilidad del receptor, para conmoverle con las desdichas, el desgarro y la redenci¨®n de gente castigada por el azar, las enfermedades del cuerpo y del alma.
BIUTIFUL
Direcci¨®n: Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu.
Int¨¦rpretes: Javier Bardem, Maricel ?lvarez, Eduard Fern¨¢ndez, Diaryatou Daff, Cheng Tai Shen, Luo Jin Bell.
G¨¦nero: drama. Espa?a, M¨¦xico, 2010.
Duraci¨®n: 147 minutos.
En Biutiful, I?¨¢rritu vuela solo, o mejor dicho, en compa?¨ªa de nuevos guionistas ayud¨¢ndole a desarrollar su universo. Transcurre en una Barcelona lumpen y marginal, siguiendo los atormentados pasos de un canceroso con met¨¢stasis, superviviente de mil desastres, interlocutor de los muertos, alguien que comercia con el esclavizado inframundo los inmigrantes ilegales pero que no ha perdido el sentido de culpa ni una ¨¦tica sufriente, padre atemorizado y ejemplar de dos criaturas cuya madre es bipolar, yonqui y puta.
Y me ocurre ante esa infatigable catarata de angustia y dramas que tengo la sensaci¨®n de que estoy ante una cr¨®nica complacida e impostada del miserabilismo, con pretensiones de arte desgarrado en cada plano, algo que puede abrumar pero dif¨ªcilmente conmover. Y me provocan hartazgo los alardes del "m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa" en la obsesiva exploraci¨®n de infiernos sin tregua. Todo lo contrario a la verosimilitud, la profundidad de los sentimientos, la inteligente intensidad que me transmit¨ªa el cine anterior de I?¨¢rritu.
Hay cosas que me impresionan parad¨®jicamente en una pel¨ªcula que no me gusta, de la que estoy distanciado casi siempre. Por supuesto, I?¨¢rritu no ha perdido su fuerza visual, la construcci¨®n de algunas im¨¢genes que dejan poso en la retina. Pero el aut¨¦ntico im¨¢n de Biutiful es la interpretaci¨®n honda y sobrecogedora de un Javier Bardem que no te permite desviar el ojo ni el o¨ªdo cada vez que aparece. Su presencia, su rostro, su mirada, sus movimientos, su voz expresan muchos y complejos sentimientos, heridas, sue?os, confusi¨®n, resistencia, apaleamiento, terror, anhelos, desesperaci¨®n. Su entrega, su hondura y su talento est¨¢n m¨¢s all¨¢ del elogio.
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