"Los diplom¨¢ticos pierden modales si se les hace caso"
El curr¨ªculo de Peter Landelius se parece a un men¨². Y, adem¨¢s, es autor de un libro de la gastronom¨ªa aprendida por el mundo como diplom¨¢tico sueco. Ahora vive en Chile, con su mujer, Nancy, de Regla, en La Habana; ella le empuj¨® a ser traductor de espa?ol. Y colecciona, entre los autores que ha vertido a la lengua del Nobel, a Garc¨ªa M¨¢rquez ("gan¨® el Nobel el a?o que yo le traduje, en 1982"), a Vargas Llosa (de quien ha pasado al sueco sus ¨²ltimas cuatro novelas, "y estoy desde hace rato con El sue?o del celta"), a Francisco Ayala, a P¨¦rez Gald¨®s, a Clar¨ªn, a Cort¨¢zar, a S¨¢bato, a C¨¦sar Vallejo, a Bryce, a Cabrera Infante...
Y no solo eso. Ha recorrido el mundo siendo diplom¨¢tico sueco; en los a?os de Felipe Gonz¨¢lez ("extraordinarios a?os, desde 1983 a 1987") acompa?¨® a Olof Palme a visitar a su amigo; "ya Olof estaba cansado; la socialdemocracia sueca hab¨ªa llegado a un punto culminante. No hab¨ªa hacia d¨®nde ir. El mismo dilema que tiene ahora la izquierda". Le escuchaba Felipe, y Palme le dijo, recuerda Landelius: "Has de dejar que el ministro de Econom¨ªa tenga el 95% del poder". Le escuch¨®, pero no le hizo caso, colige Landelius.
El ex embajador sueco tiene su punto de vista sobre Wikileaks
Ser¨ªa falso decir que este sueco grande, nacido en 1943, est¨¦ jubilado. No para. Carlos Solchaga, que fue uno de los ministros a los que Gonz¨¢lez tendr¨ªa que haber escuchado, le present¨® este mi¨¦rcoles en la Embajada sueca su libro Europa y el ¨¢guila. Hacia una nueva relaci¨®n con Estados Unidos (Cuadernos Civitas). El libro pone de manifiesto, dijo Solchaga, la capacidad de estudio de Landelius, su pasi¨®n de trotamundos que se va fijando en la esencia de lo que ve.
Ahora estamos ante una carrillada que prueba despu¨¦s de haber degustado unas jud¨ªas que vienen de la huerta particular del cocinero que nos atiende. Tienen reminiscencias de la fabada que le apasiona y de los callos que considera una joya de nuestra gastronom¨ªa. "Soy de la cocina del pa¨ªs profundo, y creo que Espa?a se parece a sus platos m¨¢s recios y sabrosos".
En el men¨² personal de Landelius la vida diplom¨¢tica ocupa un lugar de honor, aunque su gusto sean la literatura, la cocina y la amistad. Pero no podemos sustraernos al sabor ¨²ltimo de la actualidad: las filtraciones de Wikileaks que EL PA?S publica ahora. Entiende que los peri¨®dicos le den primeras planas, "porque eso es periodismo", y pone ¨¦nfasis en un hecho: "Los diplom¨¢ticos pedimos m¨¢s o menos lo que esos diplom¨¢ticos piden. Pero estas formas de formular sus deseos son tan bruscas... Se pueden expresar los deseos con m¨¢s o menos gracia, pero cuando est¨¢n acostumbrados a que se les haga tanto caso pierden los modales".
En su libro aboga por el regreso a los valores de la Revoluci¨®n Francesa para alcanzar una buena relaci¨®n entre Estados Unidos y Europa... "Libertad, igualdad, fraternidad... Pues la fraternidad es, en esa relaci¨®n, el valor que falta por realizar".
Fraternidad... y amistad. ?l cifra la amistad en el nombre de Pedro Altares. "Pedro representaba la Espa?a de la transici¨®n, esa milagrosa relaci¨®n de pol¨ªticos que le¨ªan libros e intelectuales que se preocupaban por su pa¨ªs. No est¨¢ Pedro, pero para nosotros esa es la Espa?a que viaja en nuestro coraz¨®n".
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