Vigilia del origen
Si la vida es una traves¨ªa rumbo a casa, como dijo Melville, y si en esta vigilia no cejaremos de explorar hasta llegar a donde arrancamos y conocer el lugar por primera vez, como escribi¨® luego Eliot, el itinerario de toda literatura, o de buena parte de ella, debe tener su momento ¨¢lgido en el origen como punto de llegada. En efecto. Desde el Poema de Gilgamesh, la Odisea y La divina comedia hasta Hojas de hierba, La b¨²squeda del tiempo perdido y Cien a?os de soledad, pasando por la po¨¦tica de autores como Saint-John Perse, Fernando Pessoa, C¨¦sar Vallejo, Jorge Guill¨¦n o Jorge Luis Borges, gran parte de la literatura est¨¢ imantada de esa din¨¢mica de "vuelta" o viaje al origen.Ulises no es el hombre m¨¢s feliz cuando triunfa en Troya con la treta del caballo, sino cuando recupera su verde y sosegada ?taca y junto a su criada Euriclea rememora ciertos momentos de su infancia y juventud. El mismo Dante, nos recuerda Borges, edific¨® la delicada y alucinada Comedia para encontrarse en el Para¨ªso con su irrecuperable Beatriz, su amor imposible de juventud. Veo en el fondo la vasta Nada primordial, y s¨¦ que estuve all¨ª, confiesa Whitman en alguna de sus innumerables hojas, y toda su obra est¨¢ abonada por la emoci¨®n de que somos hijos del barro y estamos hechos de polvo de estrellas. En un vertiginoso poema de Ricardo Reis, el heter¨®nimo m¨¢s sincero y emocional de Fernando Pessoa, asistimos a la huida de Jesucristo de la monoton¨ªa y la asepsia del cielo y a su retorno a la tierra, donde vuelve a ser el ni?o feliz que jugaba con la lluvia y el barro en las tardes de Galilea. Y sabemos que Garc¨ªa M¨¢rquez escribi¨® su obra magna para llegar a la casa de ese pueblo ardiente donde naci¨® y se cri¨® con sus abuelos.
En esa vigilia del origen de la literatura de todos los tiempos se inscribe La ca¨ªda de los cuatro puntos cardinales, acaso la obra de plena madurez del escritor colombiano Luis Fayad. S¨®lo que aqu¨ª asistimos a tres viajes en uno: al L¨ªbano de sus antepasados, a la Colombia de la Guerra de los Mil D¨ªas adonde llegaron sus abuelos y a los acontecimientos tr¨¢gicos que ensangrentaron las d¨¦cadas cuarenta y cincuenta de la historia colombiana, las mismas en que tuvieron lugar el nacimiento y la infancia del escritor, signadas por el Bogotazo del 9 de abril y la consiguiente ola de violencia que arras¨® Colombia. M¨¢s all¨¢ del encuentro con el pa¨ªs de sus antepasados, el triple viaje le permite escrutar a Fayad el fen¨®meno de la migraci¨®n libanesa que se dio a Centro y Suram¨¦rica durante el siglo XX, una de las m¨¢s significativas de la historia. Tal vez el desarraigo sea el aspecto m¨¢s dram¨¢tico del emigrante. Los personajes de La ca¨ªda de los puntos cardinales parecen estar siempre como flotando, no s¨®lo en el barco que los conduce de Beirut al puerto colombiano de Sabanilla (durante el cual el juego de cartas se nos antoja la met¨¢fora de su destino), sino en el mismo pa¨ªs que los acoge, tan revuelto y desvertebrado como el suyo de origen.
Conscientes de que la memoria no tiene caminos de regreso, pues el viaje al origen s¨®lo es posible en la enso?aci¨®n del creador, los personajes de esta fluida y po¨¦tica novela encuentran en el amor y la amistad las fuerzas que los mantienen vivos y unidos frente a los embates del desarraigo y la nostalgia, de los vaivenes de la historia y el destino y del mal incurable de la muerte.
Dasso Sald¨ªvar (San Juli¨¢n, Antioquia, Colombia, 1951) es autor de Garc¨ªa M¨¢rquez. El viaje a la semilla (Alfaguara, 1997 / Folio, 2006).
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