?ltimos cuentos

En su antolog¨ªa, Andr¨¦s Neuman re¨²ne a 40 autores que debutaron en el cuento durante la ¨²ltima d¨¦cada. Unos cuantos son ya bien conocidos por sus novelas (algunos desde antes): Pilar Ad¨®n, Espido Freire, Ismael Grasa, Men¨¦ndez Salm¨®n, Elvira Navarro, Germ¨¢n Sierra. Otros se han ganado merecido reconocimiento por sus libros de relatos: Pablo Andr¨¦s Escapa, Patricia Esteban Arl¨¦s, Cristina Grande, Berta Mars¨¦ o Javier S¨¢ez de Ybarra. Por fuerza, destacar¨¦ tan s¨®lo algunas piezas: el divertido y desenfadado Cul-de-sac, de Mercedes Cebri¨¢n (Madrid, 1971), ridiculiza la saturaci¨®n semi¨®tica del presente, la proliferaci¨®n de "sistemas con potestad para significar", el af¨¢n de interpretarlo todo; El hombre que respond¨ªa a los correos basura, de Eloy Cebri¨¢n (Albacete, 1963), nos sumerge en las zozobras de un solitario para quien "el contacto humano hab¨ªa quedado sustituido por monitores TFT, la compasi¨®n hab¨ªa cedido paso a las redes wifi y la melancol¨ªa se med¨ªa en miligramos de lexat¨ªn o de prozac"; en Petrushka, Pepa Merlo (Granada, 1969) muestra la acongojante estrategia de un viejo para vencer la soledad y las noches; Javier Moreno (Murcia, 1972) trata en 'Mnemosyne' o 'el tercer ojo' de un dispositivo port¨¢til que simula con bastante precisi¨®n los contenidos de la memoria humana y que su inventor D¨¦dalus se ve obligado a experimentar para acabar renegando de ¨¦l. Del mundo de la empresa y la violencia contenida que se esconde en ritos y celebraciones trata Jon Bilbao (Asturias, 1972) en su inquietante Rata; Sara Mesa (Madrid, 1976) lo aborda entre los vigilantes de unos grandes almacenes cuando se incorpora el ni?o sapito, diligente y celoso de su deber, completamente ajeno a la general conciencia de lo denigrante, miserable y sucio de aquel trabajo; sobre la vulnerabilidad y precariedad en que una joven archivera desempe?a sus tareas en una consultor¨ªa versa En la oficina, de Irene Jim¨¦nez (Murcia, 1977); y Fran?esc Ser¨¦s (Huesca, 1972) aborda en La vuelta las duras condiciones y la alienaci¨®n personal que acarrea el trabajo en una fundici¨®n, abriendo su relato con una soberbia escena que muestra "la historia de siempre, el hierro contra la carne". Amparado en un s¨®lido lenguaje, y en una excelente conjugaci¨®n entre surrealidad y microscopia cotidiana, Braceros, oficiales de primera y amas de casa, de Juan Carlos M¨¢rquez (Bilbao, 1967), denuncia la explotaci¨®n y el tr¨¢fico ilegal de mano de obra. Interesante es la propuesta de Vicente Luis Mora (C¨®rdoba, 1970), que "reconstruye" un enigma policial a partir del atrevido sistema de narrar La prueba n¨²mero 15 mediante una yuxtaposici¨®n de post-its. Y Nuria Labarri (Santander, 1979), con Ni siquiera adi¨®s, es para m¨ª la mayor revelaci¨®n del libro, por el modo en que la escritora combina y articula lenguajes formales (los datos que una mujer que ha sufrido cuatro abortos recaba en distintos medios), el marco cotidiano en que se desenvuelve el personaje y la filtraci¨®n introspectiva del drama: "Cuando el coraz¨®n se vac¨ªa, la realidad insiste en inundarlo".