Solo Cristiano

Un Madrid de pico y pala, modulado por Mourinho tras el azote del Camp Nou, ejecut¨® con solvencia a un Valencia m¨¢s bien raqu¨ªtico. Con Cristiano Ronaldo al frente, el equipo madridista hizo una faena funcionarial para despachar a un rival m¨¢s dispuesto en la pizarra que en el campo. Uno y otro se marcaron de tal forma que entre Cristiano y Cristiano, entre gol y gol, el partido result¨® laber¨ªntico.

Al Madrid, muy espeso al inicio, le bast¨® un apret¨®n en el segundo tiempo para desabrochar a un Valencia de trincheras, que se sinti¨® siempre encantado con el cero a cero, falto de grandeza ante un contrario que se plant¨® con tantas dudas que cambi¨® cuerpo, sin otro motivo que el resultado. A ello se entreg¨® Mourinho, conservador como nunca desde que lleg¨® a la Liga espa?ola. Primero lo pag¨® el equipo; cuando se asom¨® Benzema coincidieron los goles. Nada nuevo en el f¨²tbol; nada nuevo en Mourinho que, siempre en funci¨®n del marcador, tira de delanteros o defensas. Espasmos de pura rutina, nada cient¨ªfico. Y m¨¢s a rebufo del cl¨¢sico. Por algo el Madrid se aline¨® de entrada como en el segundo periodo del Camp Nou.

Mou hizo ayer lo que no se atrevi¨® a hacer en el Camp Nou y ech¨® el lazo a Lass

Cristiano, dolorido incluso, asumi¨® el liderazgo que le falt¨® el lunes pasado

Como primera consecuencia del 5-0, Mourinho fue Mourinho. Lo que no se atrevi¨® a hacer de entrada en el Camp Nou, finalmente lo ejecut¨® ante el Valencia, con dos coartadas: la goleada en Barcelona y la lesi¨®n de Higua¨ªn. Con el deprimente Benzema bajo custodia durante 53 minutos, Mourinho ech¨® el lazo a Lass. Un mensaje muy del entrenador portugu¨¦s, que siempre fue m¨¢s atrevido ante los micr¨®fonos. Conocedor del paladar espa?ol, hasta la fecha hab¨ªa intentado adulterar su genuino gui¨®n. Con el Bar?a en la pesada mochila, Mou fue Mou. Nadie ha dado m¨¢s motivos de desconfianza que el propio Benzema, aquel al que reclamaba el florentinismo en tiempos de Manuel Pellegrini, pero sin ariete como punto final, el Madrid se midi¨® al Valencia con siete futbolistas por detr¨¢s de la pelota. El mismo molde que implant¨® Unai Emery, que acostumbra a enrocarse en funci¨®n del adversario. Con Tino Costa de alguacil permanente de Xabi Alonso y Albelda y Maduro de escoltas, el Valencia claudic¨® tanto como el Madrid. Como consecuencia de una y otra pizarra, el partido result¨® un tost¨®n, un mon¨®tono centrocampismo.

Una llegada de Khedira en un reto cara a cara con Guaita y un taquito de Cristiano Ronaldo, aliviaron el tedio del primer acto. El Valencia no tuvo otro dictado que el defensivo y fue de menos a menos, hasta dar protagonismo a su novato portero, que se las apa?¨®, no siempre de forma ortodoxa, ante el apremio madridista del segundo tramo, antes y despu¨¦s del chivatazo de un asistente a P¨¦rez Lasa, que expuls¨® sin motivo a Albelda cuando faltaba casi media hora. Para entonces ya apretaba el Madrid, que, con angustias, meti¨® otra marcha al encuentro. Mucho tuvo que ver Cristiano Ronaldo, que, dolorido incluso, asumi¨® el liderazgo que le falt¨® el lunes pasado. A falta de f¨²tbol, CR, con un segundo tiempo de autor culminado con el gol que descorch¨® al Valencia. A una excelente asistencia de ?zil, el portugu¨¦s fusil¨® a Guaita con un zurdazo. De inmediato reaccion¨® Mou, que ten¨ªa previsto dar vuelo a Pedro Le¨®n y Granero. A Mou le puede el marcador, as¨ª que con la diana a favor, rectific¨® y solo Granero tuvo aire. ?zil, que solo se deja ver por Chamart¨ªn, fue el sustituido. Nadie ha sido relevado tantas veces en esta Liga. Sintom¨¢tico. Y, m¨¢s a¨²n, que el Madrid que arranc¨® con Lass, Xabi Alonso y Khedira concluyera ante un adversario con diez jugadores con los dos primeros y Mahmadou Diarr¨¤ en el dique. Capellismo, mourinhismo, como se llame o se quiera llamar. Con tanta arruga, empeque?ecido el Valencia desde el banquillo y bien abrigado el Madrid, de nuevo fue Cristiano quien sacudi¨® el tedio con un segundo tanto para bajar la persiana. Un sedante para el Madrid, para un Madrid m¨¢s de Mourinho que nunca. El cl¨¢sico le dio motivos. O eso piensa ¨¦l, que se ha sentido legitimado para volver al calcio. Eso hizo ayer. Y con resultado, que en estos casos es de lo que se trata.