Se?ores viajeros, b¨²squense la vida

"Ministerio de la Presidencia. Real Decreto 1673/2010, de 4 de diciembre, por el que se declara el estado de alarma para la normalizaci¨®n del servicio p¨²blico esencial del transporte a¨¦reo". El Gobierno dict¨® ayer esta orden para arreglar el caos de los aeropuertos espa?oles. "Pues s¨ª que han tardado, nosotros llev¨¢bamos alarmados bastantes horas", opinaba Mar¨ªa Sandoval, de 24 a?os, en la estaci¨®n de tren de Atocha. La chica se estaba comprando un billete de cercan¨ªas con tres amigos para irse a Legan¨¦s, subirse a un coche y conducir unas 15 horas hasta la estaci¨®n de esqu¨ª de Livigno, en los Alpes. Su vuelo a Mil¨¢n hab¨ªa sido cancelado.

Cuando este grupo ya conduc¨ªa hacia Italia, aterriz¨® en Barajas un avi¨®n procedente de Miami. Hab¨ªa despegado el viernes a las ocho de la tarde -dos de la madrugada de ayer en la pen¨ªnsula- y parado a hacer escala en Oporto. Una escala perpetua: seis horas detenidos, sin salir del avi¨®n. "Y se acabaron los botellines de agua", coment¨® Marcos P¨¦rez, un viajero, a las siete de la tarde en la estaci¨®n de Chamart¨ªn, 21 horas despu¨¦s de dejar sus vacaciones entre palmeras, resignado a pasar otras cuatro horas en un tren hasta llegar a su casa, en Alicante.

El tren fue la mejor alternativa al sindi¨®s provocado en Barajas por la huelga de controladores a¨¦reos. Renfe puso a disposici¨®n 9.400 plazas m¨¢s para viajar desde la capital al resto de Espa?a.

La opci¨®n m¨¢s barata, el autob¨²s, fue menos socorrida, seg¨²n explic¨® ayer un responsable de la Estaci¨®n Sur. Alsa a?adi¨® 15 veh¨ªculos, pero el resto de las compa?¨ªas cambi¨® poco sus planes. Sentado en una silla de la Estaci¨®n Sur cabeceaba el brasile?o Andr¨¦ Ricardo Lari, que no pudo tomar su vuelo a Galicia y resolvi¨® largarse de Barajas sin reclamar su dinero e irse a esperar un autob¨²s que tardar¨ªa 10 horas en salir y otras 10 en llegar a Ferrol, su destino.

Sobre la causa de sus problemas, los viajeros maldec¨ªan a los controladores; alguno al Gobierno, como un empresario chileno -que viajar¨ªa de Chamart¨ªn a Par¨ªs en tren para coger un avi¨®n a su pa¨ªs- que critic¨® que se anunciase el viernes, al principio del puente de la Constituci¨®n, el decreto que impone las horas que deben trabajar los controladores, espoleta ¨²ltima de la huelga: "Han batido el r¨¦cord mundial de pelotudez", afirm¨®.