El hombre bi¨®nico se acerca
Del ombligo de Hjelmqvist sale m¨²sica y de un brazo de Stelarc, una oreja
Desde que se emplearon los primeros clavos para soldar huesos rotos, el mundo se ha ido robotizando y el robot humanizando. Robot, pr¨®tesis bi¨®nicas, ingenier¨ªa gen¨¦tica, vida artificial y entornos virtuales, donde los avatares simulan el ser humano. "El cuerpo es el campo de batalla", afirmaba en 1989 la artista alemana Barbara Kruger.
Sus palabras las confirma el creativo Fredrik Hjelmqvist, presidente de la empresa cultural de Estocolmo Pause Ljud & Bild, que ha decidido convertirse en una tocadiscos andante. "No se trata solo de una estrategia publicitaria. Queremos demostrar que cuando se crean sistemas de sonido a medida del usuario todo es posible", asegura Henrik Adenskog, mano derecha de Hjelmqvist.
El brasile?o Kac se injert¨® un chip como el usado con animales
Stelarc ha cultivado con sus c¨¦lulas una tercera oreja, que la lleva en el brazo
Bilal se ha implantado una minic¨¢mara detr¨¢s de la cabeza
"El cuerpo es el campo de batalla", afirm¨® en 1989 Barbara Kruger
Hjelmqvist se ha tragado una p¨ªldora, de considerables dimensiones, que contiene el reproductor musical inal¨¢mbrico m¨¢s peque?o del mundo, el GutPod, con wifi, receptor de radio FM, diminutos amplificadores y seis pilas de bot¨®n en miniatura.
Si se encuentra por la calle con Hjelmqvist tiene la posibilidad de escuchar la m¨²sica que surge de su ombligo, gracias a una conexi¨®n con Spotify.
Hjelmqvist no tiene previsto fabricar el artefacto en serie, pero quien quiera adquirir un ejemplar puede encargarlo y recibirlo al cabo de tres o cuatro semanas, por 12.000 euros.
Si el Jukebox Humano (www.thehumanjukebox.se) oscila entre el proyecto art¨ªstico y publicitario, la propuesta del iraqu¨ª, afincado en Estados Unidos, Wafaa Bilal se sit¨²a en la problem¨¢tica social. Para realizar su nueva instalaci¨®n The 3rd I (www.3rdi.me), el tercer ojo o el tercer yo, Bilal, docente de la Universidad de Nueva York, se est¨¢ haciendo implantar una minic¨¢mara detr¨¢s de su cabeza.
A partir del 15 de diciembre, esta c¨¢mara retransmitir¨¢ todo lo que pasa a espaldas del artista, captando cada minuto una imagen, que ser¨¢ proyectada en tiempo real en la exposici¨®n Told Untold Retold, organizada por el Museo de Arte Moderno de Doha en Qatar. "The 3rd I plantea una reflexi¨®n sobre la inaccesibilidad del tiempo y la dificultad de capturar memoria y experiencia. Quer¨ªamos implantar la c¨¢mara en la frente, pero debido a la pol¨¦mica sobre el derecho a la intimidad de los alumnos, hemos preferido colocarla en la nuca", explica Mahdis Keshavarz, portavoz del profesor, que se recupera del posoperatorio.
La c¨¢mara en la cabeza es un cl¨¢sico de la ciencia-ficci¨®n y de las pel¨ªculas de culto como La muerte en directo, de Bertrand Tavernier, donde estaba implantada en los ojos. En el ¨¢mbito comercial, el investigador William Gerwin, financiado por Kodak, est¨¢ desarrollando un prototipo de microtelec¨¢mara, que se puede colocar en la cabeza sin intervenci¨®n quir¨²rgica.
Bilal, que se dio a conocer por sus pol¨¦micas instalaciones interactivas, lleg¨® a autosegregarse en la galer¨ªa FlatFile de Chicago para convertirse durante un mes en una diana humana a disposici¨®n de un p¨²blico que pod¨ªa dispararle bolas de pinturas presencialmente o a trav¨¦s de la web. No es el ¨²nico ni el primero que se ha atrevido a incrustar interfaces tecnol¨®gicas en su cuerpo.
El brasile?o Eduardo Kac es pionero del arte electr¨®nico y de la experimentaci¨®n sobre la fusi¨®n entre hombre y m¨¢quina. En 1997, Kac se implant¨® en la pantorrilla un chip de memoria, de los que se utilizan para identificar los animales; desde entonces sigue en su cuerpo y, adem¨¢s de llevar en su interior una informaci¨®n no biol¨®gica, invita a reflexionar sobre el significado de memoria y privacidad.
El m¨¢s atrevido ha sido el artista de origen australiano Stelarc, precursor de la convergencia entre lo biol¨®gico y lo tecnol¨®gico, que a lo largo de su carrera ha experimentado con diversas pr¨®tesis mec¨¢nicas e implantes bi¨®nicos.
Hace unos a?os el artista integr¨® a su cuerpo un tercer brazo mec¨¢nico y m¨¢s recientemente se ha hecho implantar en un brazo una tercera oreja, cultivada a partir de sus propias c¨¦lulas para evitar problemas de rechazo. Dicha oreja posee propiedades que en un futuro pr¨®ximo permitir¨¢n utilizarla como un terminal inal¨¢mbrico y, por ejemplo, contestar a llamadas telef¨®nicas acercando el brazo a la cabeza. El debate est¨¢ servido.
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