Todos sus vecinos quieren un Irak d¨¦bil
La desconfianza que suscita el primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, entre los l¨ªderes ¨¢rabes es un reflejo de su rivalidad hist¨®rica con Ir¨¢n
Irak es una pieza clave del tablero estrat¨¦gico de Washington en Oriente Pr¨®ximo. Despu¨¦s de 14 a?os sin relaciones diplom¨¢ticas (suspendidas tras la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait en agosto de 1990), EE UU ha vuelto a abrir su Embajada tras la guerra de 2003 y trata de conseguir que sus aliados ¨¢rabes hagan lo mismo y se impliquen en la normalizaci¨®n de la antigua Mesopotamia. No va a ser f¨¢cil. La din¨¢mica desatada por el derrocamiento de Sadam Husein ha cambiado la relaci¨®n de fuerzas: Ir¨¢n, al que el presidente George W. Bush incluy¨® en el eje del mal, ha resultado el principal beneficiario del cambio. Su sombra sobre el pa¨ªs vecino suscita recelos y despierta viejas rivalidades que convierten el pa¨ªs de los dos r¨ªos en escenario de una guerra fr¨ªa ¨¢rabe-persa.
La ayuda financiera de Ir¨¢n a sus aliados iraqu¨ªes oscila "entre 75 y 150 millones de euros al a?o"
Rafsanyan¨ª y Lariyan¨ª pidieron al vicepresidente iraqu¨ª que mediara ante sus "amigos americanos"
Nada refleja mejor ese enfrentamiento que las diferencias que suscita la figura del primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki. Los documentos filtrados por Wikileaks a EL PA?S revelan hasta qu¨¦ punto la figura de ese hombre de aspecto gris y escaso carisma divide a los ¨¢rabes, algunos de los cuales le ven como un agente de Teher¨¢n. Esa convicci¨®n y la creciente, y hasta cierto punto l¨®gica, penetraci¨®n iran¨ª en Irak va a dificultar sobremanera la cooperaci¨®n que Washington espera de sus aliados en la zona para sacar a ese pa¨ªs a flote tras el trauma de la guerra y la ocupaci¨®n.
"No conf¨ªo en este hombre", le dice con inusitada franqueza el rey Abdal¨¢ de Arabia Saud¨ª al consejero de Barack Obama para la lucha antiterrorista, John Brennan, en marzo del a?o pasado. "Es un agente iran¨ª", opina el monarca, que le atribuye haber "abierto la puerta a la influencia iran¨ª en Irak".
Al Maliki tal vez abri¨® la puerta, pero para Abdal¨¢ no hay duda de qui¨¦n es el responsable ¨²ltimo. Cuando Brennan le expresa la importancia que EE UU atribuye a alcanzar la paz y la estabilidad en Irak, el rey le recuerda que "algunos dicen que la invasi¨®n estadounidense ha entregado Irak a Ir¨¢n en bandeja de plata; y eso despu¨¦s de que luch¨¢ramos contra Sadam". Es una referencia al apoyo que Riad prest¨® a Washington durante la Operaci¨®n Tormenta del Desierto, con la que, a principios de 1991, se desaloj¨® al Ej¨¦rcito iraqu¨ª de Kuwait. Entonces, no se derroc¨® al dictador de Bagdad precisamente porque se tem¨ªan las consecuencias.
El saud¨ª no es el ¨²nico que desconf¨ªa de Al Maliki. Alguien tan poco sospechoso de recelos antiiran¨ªes como el sult¨¢n Qab¨²s de Om¨¢n le pregunta al almirante William Fallon, jefe del Mando Central estadounidense, en marzo de 2008: "?Cree usted que el primer ministro Al Maliki y su Gobierno son capaces de unificar el pa¨ªs?". Hasta el presidente sirio, Bachar el Asad, se muestra desilusionado con Al Maliki, porque, seg¨²n le dice a un congresista que le visita en enero de este a?o, "se ha peleado con todo el mundo", reduciendo cualquier posibilidad de un acuerdo interno. Significativamente, Siria es el principal aliado ¨¢rabe de Ir¨¢n, con quien Riad asocia a Al Maliki.
El embajador Hill no se llama a enga?o. En un extenso an¨¢lisis sobre las relaciones de Bagdad con sus vecinos a ra¨ªz del atentado contra el Ministerio de Exteriores del 19 de agosto de 2009, concluye que tanto los ¨¢rabes como Ir¨¢n coinciden en desear un Irak d¨¦bil. Dada su sospecha de que en un pa¨ªs dirigido por los chi¨ªes avanzar¨¢ inevitablemente la influencia regional de Ir¨¢n, "el objetivo de Arabia Saud¨ª (y de la mayor¨ªa de los Estados ¨¢rabes sun¨ªes) es reforzar la influencia sun¨ª, diluir el dominio chi¨ª y promover la formaci¨®n de un Gobierno iraqu¨ª fracturado y d¨¦bil", asegura. Los iran¨ªes, por su parte, aspiran a "un Gobierno d¨¦bil dominado por los chi¨ªes, alejado de sus vecinos ¨¢rabes, separado del aparato de seguridad de EE UU y estrat¨¦gicamente dependiente de Teher¨¢n", escribe el diplom¨¢tico.
"Ninguno de estos objetivos favorece los intereses de EE UU", reconoce Hill. El embajador sugiere la necesidad de "una arquitectura de seguridad post-CCG [Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo] que incluya a Irak, desarrolle formas de contener la influencia regional iran¨ª, y configure la posici¨®n especial que Irak debiera ocupar en el Golfo, de forma que promocione nuestros intereses y los de nuestros socios del Golfo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.