"Soy un fil¨¢ntropo frustrado"
"Lo que no se da se pierde". Eso es lo que aprendi¨® Dominique Lapierre (Par¨ªs, 1931) de los habitantes de "la ciudad de la alegr¨ªa", el barrio chabolista en Calcuta (India) que da nombre a uno de sus superventas. "Esa gente no tiene nada, pero te lo da todo", dice. Por ello ha dedicado 65 millones de d¨®lares (unos 50 millones de euros, la mitad de las ganancias de sus libros en los ¨²ltimos 26 a?os m¨¢s las donaciones de sus lectores) a 14 proyectos humanitarios, la mayor¨ªa en el Estado de Bengala Occidental, cuya capital es Calcuta.
Lapierre visit¨® esta semana la reserva de los Sunderbans, en el delta del Ganges para celebrar que con su ayuda "se han curado 75.000 enfermos de tuberculosis, 10.000 ni?os han aprendido a leer y ya tienen cuatro barcos hospitales". De vuelta a Nueva Delhi, en el Caf¨¦ Turtle, en el barrio musulm¨¢n de Nizamuddin, presume de haber "cambiado la vida de tantos en India". Y exhibe fotos donde luce collares de flores y le siguen cientos de personas para probar que le reciben como un "jefe de Estado" en el subcontinente.
El escritor admite que la crisis ha complicado su labor altruista
El escritor asegura que la crisis ha complicado su labor altruista. En pleno boom econ¨®mico, el pa¨ªs ha visto en los ¨²ltimos a?os surgir millonarios y crecer su clase media, pero "es solo una peque?a parte: en mi India hay millones de ni?os sin acceso a la escuela y m¨¢s de 600 millones de personas tienen menos de un euro al d¨ªa para sobrevivir". Se detiene un momento para recomendar el quiche de setas con queso y vuelve a cargar en su peculiar tono histri¨®nico: "Soy un autor fil¨¢ntropo frustrado: porque veo que los indios ricos no se interesan por los pobres".
Lapierre escribi¨® en solitario La ciudad de la alegr¨ªa y Un arco iris en la medianoche. Y tambi¨¦n convirti¨® en grandes ¨¦xitos Esta noche la libertad, Arde Par¨ªs u Oh, Jerusal¨¦n, junto a Larry Collins, su amigo estadounidense ya fallecido. Triunf¨® igualmente con Era medianoche en Bhopal, mano a mano con su sobrino Javier Moro. En un espa?ol mezclado con italiano y acento franc¨¦s explica su ¨¦xito: "Darle voz a la gente que no la tiene. Tambi¨¦n abordar temas universales, como la II Guerra Mundial, el nacimiento de Israel o la partici¨®n de India". Y detalla su proceso creativo: intentar poner, mediante im¨¢genes, olores y sonidos al mundo que describe.
A mediados de este mes la editorial Planeta presentar¨¢ en Espa?a la reedici¨®n de O llevar¨¢s luto por m¨ª. La edici¨®n original (1968) "fue censurada por Franco y los espa?oles no han podido leer todo el libro". Adem¨¢s de la historia de El Cordob¨¦s, "van a descubrir cosas extraordinarias sobre la Guerra Civil", por ejemplo, la matanza de 400 personas en Palma de R¨ªo, la localidad natal del diestro, por los franquistas y el ganadero F¨¦lix Moreno, en 1936, porque se hab¨ªan comido a sus toros bravos.
El Cordob¨¦s, asegura, se opuso en principio a la publicaci¨®n del libro, "pero ha comprendido que es la m¨¢s magn¨ªfica biograf¨ªa que un hombre puede recibir". Adem¨¢s, "el matador es un s¨ªmbolo del cambio de Espa?a", asegura mientras ve complacido libros suyos en las estanter¨ªas del Caf¨¦ Turtle, uno de sus favoritos por su condici¨®n de centro literario.
"Me interesan los h¨¦roes desconocidos. Es un honor escribir sobre Helen Lieberman, la madre Teresa de Sud¨¢frica, o el hombre caballo de un barrio de chabolas en Calcuta, Hasari Pal". Y de sus proyectos humanitarios asegura: "Solo hago una gota de agua, pero como me dec¨ªa Teresa de Calcuta: sin esa gota el oc¨¦ano no es oc¨¦ano".
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