"A la mayor¨ªa de militares espa?oles no les gusta Zapatero"

"Del general Sanz [jefe de la c¨²pula militar] y el almirante Torrente [secretario general de Pol¨ªtica de Defensa] para abajo, los oficiales clave de las Fuerzas Armadas espa?olas han vivido en EE UU y han vuelto como fans. Son instintivamente proamericanos en pol¨ªtica, t¨¢ctica y equipo. Dicho esto, esos oficiales son orgullosos espa?oles y se toman mal cuando sienten que a Espa?a se la da por descontado o se le trata en menos que la potencia media democr¨¢tica en que se ha convertido". La frase forma parte de un informe secreto elaborado por Eduardo Aguirre el 30 de agosto de 2008, con motivo de la visita a Espa?a de un alto cargo del Pent¨¢gono, y refleja la atenci¨®n que la Embajada de EE UU en Madrid presta a los altos mandos de las Fuerzas Armadas espa?olas, con quienes mantiene estrecho contacto.

"La Marina espa?ola es fielmente proamericana. A pesar del crecimiento de la industria europea de defensa y de la presi¨®n para adquirir productos nacionales, tiene una clara preferencia por comprar americano", escribe Aguirre en otra nota, de 30 de mayo del mismo a?o. "No os equivoqu¨¦is: todos los ej¨¦rcitos espa?oles est¨¢n bien dispuestos hacia EE UU y comprometidos con la OTAN, pero es en la Marina donde encontramos mejor acogida".

La confianza de los militares espa?oles con los diplom¨¢ticos estadounidenses llega a veces a la confidencia. En un almuerzo del 26 de marzo de 2007, poco despu¨¦s de cesar en su cargo, Torrente admite que "a la mayor¨ªa de los militares espa?oles no les gusta Zapatero, por su pol¨ªtica interna y por algunos errores en pol¨ªtica exterior, como el no ponerse de pie al paso de la bandera de EE UU en el desfile de 2003 o la precipitada retirada de Irak que orden¨® en 2004". Pese a ello, "los militares espa?oles son profesionales y leales y tratan de ver el lado positivo de las pol¨ªticas de Zapatero. Valoran que ha intentado hacer lo correcto en relaci¨®n con la OTAN y Afganist¨¢n", agreg¨® el almirante, seg¨²n un informe secreto del n¨²mero dos de la delegaci¨®n diplom¨¢tica, Hugo Llorens.

Aguirre aprovech¨® la ins¨®lita recepci¨®n ofrecida el 25 de septiembre de 2008 por la Embajada de EE UU en Madrid, con motivo del relevo de la c¨²pula militar, a la que asistieron m¨¢s de 90 invitados, para estrechar relaciones con los nuevos altos mandos, nombrados por Chac¨®n. En un informe confidencial, se traza un retrato de cada uno. Del nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Julio Rodr¨ªguez, se destaca su formaci¨®n como piloto de combate y su condici¨®n de ex director de Armamento. No en vano los temas sobre los que convers¨® con Aguirre se refer¨ªan al inter¨¦s de Espa?a por los misiles Tomahawk o los aviones JSF. Los mismos asuntos abord¨® el embajador con el nuevo jefe de la Armada, el almirante Manuel Rebollo, de quien subraya que comenz¨® su carrera profesional como marinero, y quien le reconoci¨® que no ten¨ªa garant¨ªas de que el Ministerio de Defensa aprobase finalmente la compra de los Tomahawk; lo que finalmente no hizo. Del jefe del Ej¨¦rcito de Tierra, Fulgencio Coll, recuerda el informe que fue el encargado de ejecutar dos de las m¨¢s dif¨ªciles decisiones militares de Zapatero: la retirada de Irak y la puesta en marcha de la Unidad Militar de Emergencias (UME). "Al contrario que otros generales espa?oles, ha pasado largos periodos al mando de tropas", subraya la nota. Del jefe del Ej¨¦rcito del Aire, el general Jos¨¦ Jim¨¦nez, dice que su nombramiento fue sorpresa y que estaba a punto de retirarse cuando alguien de Defensa le avis¨® de que no lo hiciera.

"Los militares espa?oles son muy disciplinados al mando pol¨ªtico, pero vale la pena recordar que cualquiera que sean nuestras diferencias con los pol¨ªticos espa?oles, las Fuerzas Armadas estar¨¢n siempre dispuestas a trabajar con EE UU, bilateralmente o en el contexto de la OTAN", concluye Aguirre.

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