Calabuig pretende conquistar el centro pol¨ªtico en Valencia
El candidato recibe cr¨ªticas por el cambio de discurso en la capital
Algo se mueve en las filas socialistas de Valencia. Joan Calabuig, que pronto se medir¨¢ en las urnas con la alcaldesa Rita Barber¨¢, ha dado en apenas mes y medio un empuj¨®n a su partido hacia el centro. Con un discurso m¨¢s contemporizador con lo que son los nuevos tiempos, el candidato ha dejado estupefacto a m¨¢s de un colega de partido. "En tiempos como estos, si no fidelizas a tu electorado, te puedes encontrar con una sangr¨ªa de votos", explica un dirigente socialista a la par que recuerda los dos grandes batacazos electorales del PSPV en la capital: En las elecciones de 1987, donde el grupo municipal pas¨® de 18 a 13 ediles, y en 1991, donde se perdieron otros cinco ediles.
Si no fidelizas al electorado, "puede haber una sangr¨ªa", seg¨²n los cr¨ªticos
La tricefalia en la ciudad dificulta la coordinaci¨®n de los socialistas
Calabuig estar¨¢ en las reuniones semanales del grupo municipal
Para el candidato, si siempre se hace lo mismo, se logra lo mismo: la derrota
"Ser¨ªa m¨¢s c¨®modo no moverse, aspirar a lo que tenemos, pero esta comunidad aut¨®noma ha cambiado mucho y no voy a quedarme quieto", arguye Calabuig tras las cr¨ªticas, m¨¢s o menos veladas, que ha recibido. E insiste: "Si siempre hacemos lo mismo, volver¨¢ a pasarnos lo mismo", es decir, a caer derrotados frente a la popular Barber¨¢.
Varios de los dirigentes socialistas consultados por este diario atribuyen este episodio a la situaci¨®n de tricefalia que viven los socialistas en la ciudad: el secretario general de Valencia, Salvador Broseta, la portavoz municipal Carmen Alborch y el candidato local en 2011 Joan Calabuig. Demasiadas piezas para coordinar. Y una cuarta autoridad, la del secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, con la que Calabuig tiene l¨ªnea directa.
El partido hab¨ªa pactado un traspaso ordenado de poderes. En enero, Alborch, que anunci¨® en septiembre que no optar¨ªa a la reelecci¨®n, pasar¨ªa el tim¨®n a Calabuig. Pero, ya fuera un desliz o algo meditado, el calendario salt¨® por los aires un domingo de noviembre, cuando en una entrevista el candidato se mostr¨® dispuesto a negociar una prolongaci¨®n o conexi¨®n "de bistur¨ª" de la avenida de Blasco Ib¨¢?ez hasta el mar con tal de revitalizar el barrio del Cabanyal.
Al otro lado, estupor. Calabuig no advirti¨® ni a Alborch ni al secretario general del PSPV-PSOE de Valencia, Salvador Broseta, que no daban cr¨¦dito. Dio la sensaci¨®n, aunque el candidato insisti¨® en que solo hab¨ªa cambiado el acento al asunto, no alterando el fondo, de que el trabajo realizado por el Ministerio de Cultura, por el partido en la ciudad, que se implic¨® con una campa?a ciudadana por la rehabilitaci¨®n del barrio, se echaba por tierra por muchos pa?os calientes que se colocasen. Alborch tard¨® cuatro d¨ªas en dar un paso atr¨¢s y ceder todo el protagonismo de la agenda municipal a Calabuig.
El giro de discurso del candidato no era nuevo. D¨ªas antes caus¨® sorpresa cuando dio la bienvenida a la posible instalaci¨®n de un parque de Ferrari en Cheste o cuando aplaudi¨® con rotundidad la retirada del recurso contra el campo del Valencia CF, un recurso presentado a?os atr¨¢s por el entonces portavoz socialista Rafael Rubio. A la direcci¨®n del partido no le ha chirriado ninguno de estos dos posicionamientos, pero s¨ª el del Cabanyal.
El diputado al Congreso por Valencia no acepta ese giro de posici¨®n al centro. No cree, adem¨¢s, que haya cambiado "en sustancia" la posici¨®n del grupo municipal, solo ha puesto el acento en otros aspectos. "No rechazo nada de lo que se ha hecho. Pero tampoco puedo quedarme cruzado de brazos", argumenta. Sin embargo, si el pol¨ªtico quer¨ªa marcas distancias con la gesti¨®n realizada por el grupo municipal que comanda Alborch, lo ha conseguido y r¨¢pido.
Las aclaraciones de Joan Calabuig han sido aceptadas pero el miedo a que se produzcan nuevos equ¨ªvocos como el del Cabanyal en asuntos estrat¨¦gicos de la ciudad, existe. Es el caso de la ampliaci¨®n del puerto de Valencia, con la que los socialistas est¨¢n de acuerdo, del acceso norte o los chiringuitos.
El partido ha celebrado hasta la fecha dos convenciones program¨¢ticas que acabar¨¢n con la redacci¨®n del programa electoral. Calabuig acudir¨¢ a partir de ahora regularmente a las reuniones del grupo municipal de los lunes, donde se planifica la agenda de la semana y se fija posici¨®n pol¨ªtica.
El candidato viajar¨¢ adem¨¢s en las pr¨®ximas semanas a ciudades como Zaragoza, San Sebasti¨¢n, Gij¨®n o Barcelona para entrevistarse con los alcaldes y ver modelos de ciudad diferentes del de Valencia. Esta gira se completar¨¢ con la visita de Calabuig a los barrios, a veces solo, a veces con Jorge Alarte, "ya veremos", se?ala el candidato.
De momento, su empe?o y el del propio partido es que los socialistas no sean los que dicen no a todas las iniciativas del gobierno local y tampoco los que siempre flotan en la indefinici¨®n. "Yo no estoy moviendo nada hacia el centro, pero alguien me tendr¨¢ que responder por qu¨¦ en las [elecciones] generales los valencianos votan m¨¢s a los socialistas que en las auton¨®micas o las locales", advierte Calabuig.
En la sede del PSPV de la ciudad entienden que el candidato tiene un amplio margen de maniobra sobre m¨²ltiples aspectos de la campa?a pero en absoluto goza de patente de corso para afrontar cualquier debate pol¨ªtico. "Queremos fijar posturas claras en pocos asuntos y la sinton¨ªa es muy grande", apuntan. No quieren l¨ªos ni m¨¢s ruido interno porque si a algo es sensible ese electorado m¨¢s alejado de los extremos es a la corrupci¨®n y a los problemas internos. "Ese electorado desconf¨ªa de los partidos que no saben gobernar su casa", concluye.
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