"Julian est¨¢ muy decepcionado, no esperaba acabar en la c¨¢rcel"
La abogada del fundador de Wikileaks, Jennifer Robinson, dice que no se le ha permitido hablar con su cliente desde que entr¨® en prisi¨®n en la tarde del martes
Julian Assange ya ha pasado dos noches tras los barrotes de la prisi¨®n para hombres de Wands-woth (Londres). Su abogada, Jennifer Robinson, asegur¨® ayer por la tarde que no ha podido hablar con su cliente desde que fue arrestado el martes por la polic¨ªa. "La ¨²ltima vez que habl¨¦ con ¨¦l fue ayer [por el martes], en la comisar¨ªa", dijo en conversaci¨®n con EL PA?S. "Julian est¨¢ decepcionado. No esperaba acabar en la c¨¢rcel. Ha sido una sorpresa para ¨¦l".
Robinson, letrada de la firma Finers Stephens Innocent, cuenta que su cliente no entiende c¨®mo le ha sido aplicada la prisi¨®n preventiva por miedo a una posible fuga cuando fue ¨¦l quien se present¨® de manera voluntaria ante la polic¨ªa brit¨¢nica. "Pero est¨¢ seguro de que va a tener la posibilidad de limpiar su nombre".
Las dos mujeres presentaron sus denuncias el 20 de agosto
"Los cargos no est¨¢n orquestados por el Pent¨¢gono", dice Miss A.
El fundador de Wikileaks acudi¨® el martes a una comisar¨ªa de polic¨ªa brit¨¢nica confiando en que ser¨ªa liberado a las pocas horas previo pago de una fianza. No fue as¨ª. No dio ese paso antes, dado que la orden de arresto emitida por la fiscal¨ªa sueca conten¨ªa defectos formales. Una vez recibida la nueva orden, no hab¨ªa raz¨®n para seguir escapando. Tarde o temprano, tendr¨ªa que hacer frente a la justicia.
Son cuatro los cargos que pesan en su contra: uno por coerci¨®n ilegal, dos por acoso sexual y uno por violaci¨®n. La historia detr¨¢s de estos cargos contiene m¨²ltiples aspectos oscuros que la justicia sueca deber¨¢ aclarar, contando con la declaraci¨®n de Assange. Todo apunta a que se trata de dos episodios de sexo consentido que derivaron en episodios de sexo forzado, seg¨²n las denunciantes.
Por lo que se sabe hasta ahora, el activista australiano viaj¨® en agosto pasado a Estocolmo para participar en una conferencia sobre la libertad de expresi¨®n. Se encontr¨® con Miss A., una de las organizadoras del evento, y acordaron que Assange se alojar¨ªa durante unos d¨ªas en su apartamento. Seg¨²n se desprende de la declaraci¨®n de la denunciante, el 14 de agosto, mantuvieron relaciones sexuales de mutuo acuerdo. Pero seg¨²n Miss A., en un momento determinado ella se sinti¨® forzada y Assange utiliz¨® el peso de su cuerpo para inmovilizarla.
El encuentro sexual, que seg¨²n The New York Times se produjo en la ma?ana de ese 14 de agosto, se sald¨® con una ruptura del preservativo. Seg¨²n la denunciante, a pesar de su oposici¨®n, el acusado no se detuvo y la forz¨® a seguir.
Assange se qued¨® unos d¨ªas en Estocolmo y prosigui¨® con sus conferencias. Miss W., una admiradora que le vio en televisi¨®n, acudi¨® a una de esas sesiones, y quedaron para verse y se acostaron de mutuo acuerdo. En la ma?ana del 17 de agosto, seg¨²n public¨® The Guardian, Assange la sorprendi¨® mientras estaba dormida y no us¨® preservativo.
Al d¨ªa siguiente, Assange y Miss A. volvieron a encontrarse, siempre seg¨²n la versi¨®n de la denunciante. En esta ocasi¨®n, el cerebro de Wikileaks la "acos¨® deliberadamente" con la intenci¨®n de violar su integridad sexual.
Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el d¨ªa 20, ambas se presentaban en una comisar¨ªa de Estocolmo para presentar una denuncia contra Assange. Seg¨²n cuenta un periodista que durante un tiempo trabaj¨® estrechamente con Assange y que prefiere no identificarse, antes de acudir a la polic¨ªa, las dos mujeres dieron un plazo a Assange para que se hiciera la prueba del VIH. A pesar de que una persona de Wikileaks intercedi¨® ante Assange para que este accediera a la petici¨®n, el australiano se neg¨®. Miss A y Miss W. decidieron entonces acudir a la polic¨ªa.
Cuarenta y ocho horas despu¨¦s de poner la denuncia, Miss A. ofreci¨® una entrevista al peri¨®dico sueco Aftonbladet y declar¨®: "Los cargos contra Assange, por supuesto, no est¨¢n orquestados por el Pent¨¢gono. La responsabilidad de lo que me ocurri¨® a m¨ª y a la otra chica reside en un hombre con una actitud retorcida hacia las mujeres que no sabe aceptar un no por respuesta".
En la legislaci¨®n sueca existen tres categor¨ªas de violaci¨®n. Se considera que hay violaci¨®n severa cuando se produce un alto nivel de violencia; las penas pueden ascender a los 10 a?os de c¨¢rcel para el violador. En el caso de violaci¨®n normal, que implica un cierto uso de la violencia, la pena m¨¢xima es de seis a?os. La tercera categor¨ªa, en la que los fiscales suecos encuadrar¨ªan la acusaci¨®n a Assange, seg¨²n relataba ayer The New York Times, recibe el nombre de violaci¨®n menos severa y se aplica en casos en los que puede no haber existido violencia pero se ha forzado el acto sexual. La pena de c¨¢rcel puede ascender a cuatro a?os.
Las sombras que planean sobre este caso obedecen en gran parte al hecho de que la fiscal¨ªa formaliz¨® una orden de arresto por violaci¨®n que retir¨® al d¨ªa siguiente. Los abogados de Assange apuntan a que todo obedece a una maniobra pol¨ªtica. Su mayor preocupaci¨®n en estos momentos es que las autoridades brit¨¢nicas autoricen la extradici¨®n del australiano a Suecia, donde, temen, podr¨ªa ser extraditado a su vez a Estados Unidos.
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