Banda sonora para los avernos

?Qui¨¦n dijo que Madrid era una ciudad con escasa afici¨®n metalera? M¨¢s de 2.000 almas certificaron en La Riviera el regreso plet¨®rico de Deftones. El quinteto californiano se plante¨® en 2008 el futuro tras el terrible accidente de tr¨¢fico de su bajista, Chi Cheng. Pero anoche, con Sergio Vega asentado en la vacante, celebraron con generosa secreci¨®n de adrenalina el sexto disco, Diamond eyes y el d¨¦cimo aniversario de su trabajo m¨¢s celebrado, White pony.

Su arranque constituye una explosi¨®n de furia salvaje. Las huestes de Chino Moreno encadenan sin tregua las demoledoras Rocket skates, Around the fur, My own summer (himno universal desde su inclusi¨®n en Matrix) y Be quiet and drive, una descarga de vatios merecedora de sonar a todo trapo como banda sonora de los avernos. A Moreno, con su camisa negra, pelo corto y perilla bien acicalada, nos lo podr¨ªamos cruzar por la calle sin cambiarnos de acera. Pero con un micr¨®fono en la mano y esa tarima para encaramarse y brincar se transforma en el mes¨ªas del apocalipsis.

Dos docenas de trallazos nos dejaron estos distinguidos integrantes de una liga que completan, entre otros, Linkin Park, Incubus, Slipknot o Cypress Hill. La pista fue una marea de brazos con los dedos ¨ªndice y me?ique bien extendidos. Si no le convence el panorama, intente reunir m¨¦ritos para acabar, como poco, en el purgatorio.