Canciones para Jean Genet

La carrera de ?tienne Daho est¨¢ hecha de suficientes pliegues y aristas luminosas para que el observador m¨¢s pintado tenga de tanto en tanto que afinar si no quiere quedar en fuera de juego delante de una obra, aparentemente ligera y a la vez brillantemente compleja, se?alada por una fuerza de un neorromanticismo apasionado e ¨ªntimo. Elegante estilista, adem¨¢s de haber realizado algunos de los ¨¢lbumes bandera de la m¨²sica francesa de las ¨²ltimas d¨¦cadas, entre ellos, Pop Satori, Daho ha sido capaz de mantenerse entre el ¨ªdolo popular y el m¨²sico adorado por los semanarios cool y sofisticados, que devuelve a la Piaf a la pista de disco, Mon man¨¨ge ¨¤ moi, que canta a Cole Porter como un inspirado crooner, ha cultivado una segunda l¨ªnea de colaboraciones con artistas que van desde Sylvie Vartan, su adorada Fran?oise Hardy, Jacques Dutronc, Marianne Faitfhull, Jane Birkin, Camille, a Brigitte Fontaine o Dani, modelo y cantante surgida de las cenizas con la que realizar¨ªa uno de los d¨²os m¨¢s sulfurosos de Gainsbourg, Comme boomerang. Ahora, afronta una de sus colaboraciones m¨¢s arriesgadas y adem¨¢s estrenando propio sello discogr¨¢fico. Los versos amorosos y desgarrados de uno de los poemas cumbre de la lirica francesa, Le comdan¨¦ ¨¤ mort de Jean Genet -inspirados en un joven asesino, Maurice Pilorge ajusticiado en la guillotina en 1939- y para el proyecto le pide apoyo a una leyenda, Jeanne Moreau, que se pone generosamente a su servicio. Con estos ingredientes no me dir¨¢n ustedes que el proyecto no inspire toda clase de respetos y despu¨¦s de escuchado, elogios y emociones. Daho ya hab¨ªa dado una primicia, cantando desde hace tiempo Sur mon cou, un intenso fragmento del poema con m¨²sica de H¨¦l¨¨ne Martin, autora tambi¨¦n de toda la m¨²sica del texto, y que sigue siendo una de las partes m¨¢s bellas del disco. Para Moreau, adem¨¢s de reencontrarse con los versos de un poeta y amigo, con el cual vivir¨¢ y compartir¨¢ historias y aventuras en el Paris de la posguerra, y en la pantalla, t¨ªtulos como Mademoiselle (Tony Richardson, 1966) y Querelle (R. W. Fassbinder, 1982), ha significado su retorno a la escena musical, en la parte recitadora, como la memoria que guarda la voz del poeta. La alternancia de fragmentos en la voz de Jeanne Moreau y de canciones en la parte de Daho acaba construyendo todo ese mural rico de complicidades y convergencias que se pueden producir entre el poema y la m¨²sica, entre canci¨®n y poes¨ªa. Daho se coloca en esa primera l¨ªnea donde la canci¨®n francesa ya hab¨ªa dejado estrellas eternas. El ¨ªdolo pop pasa majestuosamente el gran sal¨®n de la chanson y contin¨²a esta larga y maravillosa historia de amor de textos y poemas en fuga transformados en canciones. Con la voz de un poeta como Jean Genet, un diamante negro, maravilloso, ¨²nico, extra?o, pero que muy pocos, como dec¨ªa la propia actriz, se atreven a pon¨¦rselo como anillo. Ese poeta capaz de ver el horror y transformarlo en belleza.

Jeanne Moreau & ?tienne Daho. Le comdan¨¦ ¨¤ mort. Radical Po Music Na?ve.