La fe en las palabras
La editorial Veintisiete Letras ha publicado la primera edici¨®n en castellano del Diario de Petter Moen, miembro de la resistencia noruega durante la ocupaci¨®n nazi de su pa¨ªs. Todo diario es un ¨ªntimo di¨¢logo del autor consigo mismo, pero el diario de Moen resulta conmovedor por varios motivos. Escribi¨® el libro en prisi¨®n, a lo largo de ocho meses, buena parte de los cuales los pas¨® en r¨¦gimen de aislamiento total. Lo m¨¢s dram¨¢tico fue el sistema de escritura, impuesto por las severas restricciones establecidas en la c¨¢rcel. Estaba prohibido leer y escribir. Moen recog¨ªa trozos de papel higi¨¦nico y, con ayuda de un clavo, iba perforando a puntitos cada una de las letras de cada una de las palabras, en una tarea ¨ªmproba, que convert¨ªa escribir una sola frase en un ejercicio de voluntad. Cuando ya hab¨ªa rellenado cinco de esos papeles compon¨ªa con ellos un cilindro y, despu¨¦s de numerarlo minuciosamente, lo lanzaba por la rejilla de ventilaci¨®n. Moen nunca pudo corregir sus textos y, peor a¨²n, cuando los lanzaba no sab¨ªa ad¨®nde iban a parar.
En el tr¨¢gico diario de Moen, m¨¢s que de pol¨ªtica, se habla de dudas y de remordimientos. Reza a un Dios que le parece cada vez m¨¢s improbable, recurre a complejos problemas matem¨¢ticos para mantener su mente activa, a?ora a su mujer, se lamenta por los hijos que ya nunca tendr¨ªa o se lamenta a¨²n m¨¢s por haber delatado, bajo tortura, a compa?eros de la resistencia y no saber qu¨¦ ha sido de ellos. El final del diario se corresponde con la muerte del autor. Ante el avance aliado, los presos pol¨ªticos noruegos iban a ser deportados a Alemania, pero el buque que los transportaba, el Westfalen, choc¨® con una mina en el B¨¢ltico y se hundi¨®. Aquel fue el final de Petter Moen.
Hay algo redentor en las palabras que fascina al ser humano, y que le lleva a confiar en ellas, a confiarse a ellas. El lenguaje es una operaci¨®n mental, pero la infinita combinaci¨®n de las letras del alfabeto, y la infinita combinaci¨®n, a su vez, de todas las palabras posibles, hace de cada texto algo ¨²nico, un modo de otorgar una impronta personal a un objeto externo y perdurable. El feliz destino del diario de Petter Moen y el tr¨¢gico destino de su autor ejemplifican esa suerte redentora de la palabra, frente a la fragilidad de la condici¨®n humana.
M¨¢s de cuatrocientos presos pol¨ªticos perecieron en el naufragio del Westfalen, el 8 de septiembre de 1944, pero uno de los cinco supervivientes hab¨ªa o¨ªdo al autor hablar de su libro secreto. Al terminar la guerra permanec¨ªan ocultos, en las tripas de la comisar¨ªa de la Gestapo en Oslo, todos los cilindros de papel enrollado que Petter Moen fue lanzando por una rejilla, sin que supiera qu¨¦ suerte les esperaba. Y all¨ª aparecieron, intactos, los pensamientos que ¨¦l hab¨ªa urdido en prisi¨®n, "pensamientos que revolotean", escribi¨®, "como un p¨¢jaro alcanzado por una bala".
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