Autobiograf¨ªa m¨ªnima
El cantaor siempre relat¨® su vida con humildad, sabidur¨ªa y humor fino
En bares, casas o viajes, Enrique Morente Cotelo, nacido en plena posguerra granadina (1942) en el seno de una familia paya pero pobre como si fuera gitana, recordaba su vida regalando a quienes le escuchaban el mejor relato oral de su vida.
- Granada. "La ¨²nica ciudad del mundo que tapa sus r¨ªos y mata a sus poetas".
- La escuela de Zambra. "Yo empec¨¦ a o¨ªr m¨²sica en las calles del Albaic¨ªn, y luego result¨® que ten¨ªa el cante. Por eso cuando llegu¨¦ a Zambra a pedir trabajo me dijeron si quer¨ªa el cuadro o la Antolog¨ªa, y dije en la Antolog¨ªa".
- Arte universal. "Es que el arte para que sea arte tiene que ser universal. Hay que mirarlo con una idea que no sea de barrio, de provincia, porque no hay ning¨²n arte que sea de una calle sola, aunque el de esa calle sea el que m¨¢s nos guste. La m¨²sica no puede ser racista. Miles Davis hizo un pedazo de saeta, Chick Corea ha hecho flamenco grande. Eso hace que el arte sea arte".
- Etiquetas. "Paco Guti¨¦rrez, Andr¨¦s Raya... Todos eran rojillos, y me empezaron a pasar los libros de Miguel Hern¨¢ndez". "S¨ª, aquel disco [el dedicado al poeta de Orihuela] fue el que me hizo el cantaor rojo. Sali¨® en M¨¦xico antes que aqu¨ª. Pero no fui un gran m¨¢rtir del franquismo. Aunque luego hicimos festivales pol¨¦micos en B¨¦lgica, en Par¨ªs, las Seis Horas por Espa?a, las cabezas del movimiento eran Raimon, Paco Ib¨¢?ez, Luis Pastor, Pablo Guerrero, Elisa Serna... Hicimos muchos festivales, pero yo era un cantaor cl¨¢sico y no me creaban muchos problemas. Me pusieron la etiqueta de rojo, que afortunadamente ya me han quitado... Toda la vida quit¨¢ndome etiquetas...".
- Poes¨ªa. "Al principio cre¨ªa que hac¨ªan falta versos de tantas s¨ªlabas, poemas de tantos versos, pero ahora eso da igual". "Mientras los poemas sean buenos, todos valen. Yo mismo he escrito algunas canciones, alguna letra, pero he tenido m¨¢s facilidad para crear la m¨²sica, y hay tanta poes¨ªa y tan buena que es mucho m¨¢s f¨¢cil cogerla, cantarla. A C¨¦sar Vallejo lo he tenido siempre pendiente. A Pablo Neruda tambi¨¦n".
- El romancero. "Al conocer el romancero flamenco empec¨¦ a tomar conciencia de las letras buenas, de las letras vanas -hay letras vanas muy graciosas- y de los versos postizos. Al principio, solo le¨ªa tebeos malos, Marcial Lafuente Estefan¨ªa y esas cosas, pero un d¨ªa cay¨® en mis manos Do?a Rosita la soltera, la obra de Lorca, y vi all¨ª dibujado el Albaic¨ªn, mi barrio, y entonces cant¨¦ un fragmento en un homenaje a Lorca que se hizo en Par¨ªs".
- M¨¦xico. "En M¨¦xico conoc¨ª a mucha gente del cine y del teatro, a Octavio Paz, a Juan Rulfo, gente que hoy tengo m¨¢s conciencia de qui¨¦n es. Cant¨¦ para Rulfo, pero no para Paz. Una noche me dijeron que le cantara, pero lleg¨® con una borrachera... Le dije a Juan: 'Si este hombre est¨¢ mareao'. 'Pos mareao y to', dijo ¨¦l. Luego vino a saludarme y se medio cay¨®, y ya no cant¨¦. Hoy s¨ª cantar¨ªa para ¨¦l. He le¨ªdo cosas suyas y es un gran artista".
- Cante nuevo. "Cuando yo canto el cante cl¨¢sico, le doy la vuelta a lo que ya est¨¢ hecho; cuando hago una cosa por primera vez, es una creaci¨®n. Funciona en varias vertientes: cosas que ya he hecho, que no he hecho, de dentro del flamenco, de fuera. Sobre todo bebo del cante antiguo. Esa es mi base real, mi ¨²nico campo de conocimiento verdadero, que utilizo para crear mi propio cante. Yo parto muy directamente del cante jondo. Flamenco es todo lo que canta un cantaor. En arte no hay que poner barreras".
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