Vargas en el pa¨ªs de Salander
En la cena posterior a la entrega del Nobel, Mario Vargas Llosa brind¨® por Suecia: "Ese curioso pa¨ªs que parece haber conseguido, para ciertos privilegiados, el milagro de que la vida sea literatura y la literatura vida". Y aunque el Nobel se refer¨ªa al "cuento de hadas" que, en palabras de su hijo ?lvaro, el escribidor ha vivido en Estocolmo, es un poco inevitable pensar en otro cuento de hadas, que apenas hace un a?o le produjo similar fascinaci¨®n a la que de adolescente le procur¨® la lectura de Dumas, de Dickens y de V¨ªctor Hugo. En su apasionado Lisbeth Salander debe vivir (EL PA?S 06/09/2009) nos presenta a la protagonista de Millennium y su compa?ero de fatigas Mikael Blomkvist como dos justicieros que, como Amad¨ªs, Tirant o el Quijote, "en vista del fracaso de las instituciones para frenar los abusos y crueldades de la sociedad, se echan sobre los hombros la responsabilidad de deshacer los entuertos y castigar a los malvados". El cuento de hadas de Vargas Llosa en Suecia ha coincidido con las acusaciones de la fiscal¨ªa del pa¨ªs contra Julian Assange, el fundador de Wikileaks, a quien dos mujeres han denunciado por una rocambolesca violaci¨®n, lo que deriv¨® en una orden de busca y captura de Interpol y la reciente detenci¨®n de Assange en Londres, a la espera de una posible extradici¨®n a Suecia y Estados Unidos. ?Qu¨¦ tiene este Julian Assange de Mikael Blomkvist, del intr¨¦pido coprotagonista de la trilog¨ªa de Larsson? En su elogio de Millennium, Vargas Llosa calificaba cari?osamente a Blomkvist como "periodista fornicario". Apenas un a?o despu¨¦s, el aparato judicial sueco intenta cambiarnos el cuento en cr¨®nica negra para presentarnos a un Assange "periodista violador".
Los paralelismos van m¨¢s all¨¢. ?C¨®mo no ver detr¨¢s de Anonymous, la red ciberactivistas que apoya estos d¨ªas a Assange, al grupo de hackers que ayuda a Lisbeth Salander en su batalla contra los malvados? Hay una frase tremenda del art¨ªculo de Vargas Llosa sobre Millennium: "?Qu¨¦ ser¨ªa de la pobre Suecia sin Lisbeth Salander, esa hacker querida y entra?able!". Y a?ade: "El pa¨ªs al que nos hab¨ªamos acostumbrado a situar, entre todos los que pueblan el planeta, como el que ha llegado a estar m¨¢s cerca del ideal democr¨¢tico de progreso, justicia e igualdad de oportunidades, aparece en Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que so?aba con una cerilla y un bid¨®n de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire, como una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los polic¨ªas y esp¨ªas delinquen, los pol¨ªticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones y el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupci¨®n..." M¨¢s all¨¢ de este certificado de defunci¨®n de la socialdemocracia, lo cierto es que nuestro peque?o mundo occidental, atenazado por la crisis financiera, con sus derechos sociales amenazados, angustiado ante el cambio clim¨¢tico, empieza a parecerse a un relato de tintes milenaristas. La verdad de las mentiras: Salander debe vivir. Assange y Wikileaks, tambi¨¦n.
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