Polic¨ªas al servicio de los ni?os
180 guardias municipales vigilan desde la prostituci¨®n a los riesgos en Internet
Mendicidad, desamparo, prostituci¨®n, absentismo y acoso escolar, consumo de drogas o explotaci¨®n laboral son algunos de los peligros que acechan a los menores en Madrid. Los agentes tutores de la Polic¨ªa Municipal tratan de evitar que los m¨¢s vulnerables sean v¨ªctima de ellos. Javier Fern¨¢ndez (Madrid, 1964) es el oficial que se dedica a coordinar esta red que trabaja por todos los distritos de la ciudad. En su sobrio y amplio despacho hay un gran plano del Madrid de los a?os setenta plagado de chinchetas de colores, diversas condecoraciones y, curiosamente, un gran dinosaurio verde de peluche encima de una estanter¨ªa.
"Es un servicio espec¨ªfico de Polic¨ªa Municipal, con una filosof¨ªa de contacto directo con el ciudadano. Intentamos llevar a los agentes hasta el entorno donde est¨¢ el menor: la escuela, donde damos charlas, y el espacio p¨²blico que lo circunda, los lugares de ocio juvenil (bares, etc¨¦tera) y tambi¨¦n las familias", explica. El servicio se cre¨® en 2002 vinculado a los problemas en la escuela de la mano del ahora subinspector ?scar de Santos. Cosech¨® gran ¨¦xito y desde entonces no ha parado de crecer. Son unos 180 agentes. "Aun as¨ª, a veces nos vemos desbordados".
"Los temas con los menores son muy delicados y queman mucho"
"El premio que nos ha dado Unicef da luz a un trabajo casi siempre callado"
He aqu¨ª algunas muestras de su trabajo:
- Padres drogodependientes. "Era un caso en el que ten¨ªan a sus hijos en un estado lamentable. Si subsist¨ªan con un m¨ªnimo de decencia era por los abuelos. Se hizo un informe, se trabaj¨® con los servicios sociales y se retir¨® la tutela. Hay chavales que lo agradecen, ven un entorno quiz¨¢s con malos tratos y comprenden que eso no es bueno, sobre todo cuando ya tienen cierta madurez. Para otros su madre es su madre y, pase lo que pase, no quieren que le aparten de ella. Es un trabajo duro".
- Denuncia an¨®nima. "Nos alert¨® sobre una cl¨ªnica que podr¨ªa estar practicando ablaciones. No era tal, pero s¨ª funcionaba de manera irregular, sin papeles, sin el personal adecuado ni las condiciones sanitarias, y muy enfocada a menores musulmanes principalmente de origen subsahariano, para realizar circuncisiones. Algo il¨ªcito con riesgo para los menores. Conseguimos cerrarla".
- Ni?os mendigos. "Detectamos ni?os rumanos por el centro que, de manera organizada, ped¨ªan con cualquier excusa. Dec¨ªan que era para una asociaci¨®n, ofrec¨ªan pa?uelos, limpiaban cristales... Si no consegu¨ªan una d¨¢diva, comet¨ªan alg¨²n tipo de hurto: uno te distrae, otro te quita algo en el cajero o del bolso. Y lo hac¨ªan con entrenamiento: trabajando en equipo, muchas veces en horario escolar. Investigamos y dimos con la familia, que era una familia normal, con un piso en alquiler, con m¨¢s de un coche a su nombre, incluso com¨ªan de restaurante. Y no trabajaban. La ecuaci¨®n es sencilla: viv¨ªan de lo que ganaban con sus hijos. Ten¨ªan un negocio montado: los sacaban a ciertas horas, los colocaban en el metro, les daban un plano con zonas a cubrir, fotocopias de una supuesta organizaci¨®n de sordomudos para recaudar. Recogimos a los menores en centros de acogida y actuamos judicialmente contra los padres. Ah¨ª acaba nuestro trabajo".
Por intervenciones como estas recientemente han recibido el Premio Educaci¨®n en los Valores de Unicef Espa?a "por el servicio que prestan a la seguridad y a la defensa de los derechos del menor". "Uno est¨¢ acostumbrado a que los premios nos los demos entre polic¨ªas, medallas y dem¨¢s. Que una organizaci¨®n tan prestigiada como Unicef te premie es un orgullo y da mucha luz a nuestro trabajo, que muchas veces es muy callado", dice Fern¨¢ndez, que lleva dos a?os al frente del servicio y 26 en el cuerpo.
A este oficial, licenciado en Derecho, se le ve apasionado con su tarea: "En un 90% de los casos los menores no vuelven a reincidir, es un trabajo agradecido". Es padre de dos hijas de 11 y 16 a?os. "Supongo que tengo los mismos problemas que cualquier padre. Mi madre siempre dec¨ªa que yo era muy travieso. Ahora lo sufro con mis hijas", bromea. "Muchas veces, en casa de herrero, cuchillo de palo. Aqu¨ª siempre decimos que tenemos que dar charlas en los colegios sobre los riesgos de Internet, que me preocupa mucho, y luego llego a casa y me doy cuenta de que no he hablado en profundidad del asunto con mis hijas. Entonces hay un d¨ªa que nos sentamos y hablamos. Son problemas que pueden afectar a cualquier familia: hay que estar vigilante".
Los agentes tutores eligen voluntariamente hacer este trabajo, explica. "Temas como los menores o la violencia dom¨¦stica son muy delicados y queman mucho. Los polic¨ªas reciben pautas psicol¨®gicas, sociol¨®gicas sobre intervenci¨®n con menores, t¨¦cnicas de entrevista, etc¨¦tera. No se aborda igual el trato con menores que con adultos, hay que cuidar las formas, las expresiones. La correcci¨®n es una regla general en la Polic¨ªa, pero con los menores en mayor medida. No podemos ir como un ejemplo a las escuelas a dar una charla y que nos vean en cuanto salimos diciendo tacos o tratando mal a la gente, ser¨ªa demoledor".
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