S¨¦ de Jorge Sanz
Esta noche podr¨¢ verse el ¨²ltimo de los seis cap¨ªtulos de ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz?, ir¨®nica serie con, sobre y por este actor, famoso de ni?o y luego merecidamente en el recuerdo gracias a unas cuantas pel¨ªculas (Valentina, Amantes, Belle ¨¦poque...). La serie es de David Trueba, pero es autor tambi¨¦n el propio Sanz prest¨¢ndose con buen humor y gran sobriedad al ins¨®lito ejercicio de parodiarse. Trata de un derrotado, un perdedor acogido a los servicios de un representante tontorr¨®n, anteriormente vendedor de quesos. Aun cuando Sanz es ahora un actor que sabe vocalizar (otro sarcasmo, de los muchos del gui¨®n), tiene que someterse a humillaciones sexuales, laborales, vitales... Los cap¨ªtulos suelen comenzar con ¨¦l dormido, rara vez en una cama, a quien un tel¨¦fono molesto devuelve a su pesarosa vida: por ejemplo, a aceptar un trabajo en una serie que el propio productor define como "puta mierda". A partir de ah¨ª contin¨²a el cotidiano descenso a los infiernos de ese personaje encarnado por Sanz, que se interpreta a s¨ª mismo en el marco de un cine espa?ol mirado con iron¨ªa, colaborando con fortuna en el empe?o los propios caricaturizados: Resines, Segura, Larra?aga, Prada, Juan Diego Botto... La divertida maldad de Trueba-Sanz se extiende a Almod¨®var, Sbaraglia, el Duque, Liberto Rabal, Aranda... y hasta a los de la ceja -que acaba siendo un orzuelo-.
Los cap¨ªtulos suelen empezar con ¨¦l dormido, rara vez en una cama
Pero Jorge Sanz, que se considera a s¨ª mismo como de Atapuerca, no se limita a reflejar el mundillo del cine. Lo bueno es que la serie trasciende a otros sectores de este pa¨ªs, y en cierta parte al pa¨ªs mismo. Aunque, si bien el retrato de ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz? es extrapolable, el trasfondo no puede ser m¨¢s que espa?ol y de hoy, y no solo porque nuestro h¨¦roe tenga que dar el preg¨®n de las fiestas de Cantalejo del Jarama, disfrazado poco menos que de Cid Campeador. Son esos detalles reconocibles en las actitudes, el ambiente, los personajes, en cierto cutrer¨ªo visto con maliciosa bondad... un aire del maestro Azcona.
Babelia
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