?Qu¨¦ pol¨ªtica antidopaje?
Cuando escribimos nuestro informe acerca de la actitud de los ciclistas australianos ante el sistema de lucha contra el dopaje nos dejamos guiar por los comentarios del profesor Barry Houlihan, quien escribi¨® en su libro Dying to win (Morir por ganar), que m¨¢s que basarse en conceptos tales como juego limpio o salud p¨²blica, la pol¨ªtica antidopaje, para ser m¨¢s efectiva, deber¨ªa concentrarse en las justificaciones derivadas de la experiencia: una pol¨ªtica hecha a la medida de cada circunstancia particular, de cada deporte, de cada cultura.
Los ciclistas profesionales australianos, eso descubrimos entrevist¨¢ndolos, son c¨ªnicos y desconfiados en lo que respecta a las razones institucionales para luchar contra el dopaje. Para ellos, lo importante era la protecci¨®n de la salud y de la forma de ganarse la vida tanto de ellos individualmente como de su comunidad, del pelot¨®n.
La mayor¨ªa de los ciclistas no ganan muchas carreras, y algunos no ganan ninguna durante largos a?os de vida profesional, pero eso no significa que no tengan ¨¦xito en su trabajo y en su deporte. El ciclismo es, en realidad, un deporte social en el que la colaboraci¨®n es la regla. Se deben favores unos a otros, se generan deudas entre corredores y entre equipos. El pelot¨®n es, en el fondo, una entidad autogestionaria con sus propios m¨¦todos para sancionar a los que rompen las reglas. Hay un sentido de cooperaci¨®n en ciclismo que no se da en otros deportes, incluso entre corredores y equipos rivales. Es un deporte ¨²nico. Para muchos corredores, la belleza principal de su deporte reside en el sentido de comunidad que se crea en el pelot¨®n, que se rige por un libro de reglas no escritas: quien no las respeta es llamado al orden.
Aprendimos de las entrevistas que hicimos a decenas de profesionales que las nuevas generaciones de corredores ven el respeto hacia las normas antidopaje como algo en lo que est¨¢ en juego su propia supervivencia como individuos y como comunidad. Para tratar de entender este concepto nos dejamos guiar por la obra de Michel Foucault sobre la ¨¦tica del cuidado de uno mismo. ?C¨®mo podemos convertir la concordancia en cumplimiento? Si el c¨®digo moral est¨¢ constituido por un r¨¦gimen antidopaje global (Agencia Mundial Antidopaje, Uni¨®n Ciclista Internacional), la pregunta de c¨®mo comportarse uno ¨¦ticamente implica la de c¨®mo los ciclistas y el pelot¨®n se constituyen en sujetos morales de sus propias acciones.
En palabras de un excorredor profesional: "La ¨²nica alternativa sostenible es la de encontrar un medio de cambiar la cultura del pelot¨®n. Es necesario atacar el cuerpo del deporte, y conseguir aunque sea un m¨ªnimo movimiento que, en la pr¨¢ctica, acabar¨¢ haci¨¦ndose grande... Encontrar algo que los corredores quieran promover ser¨ªa, efectivamente, una herramienta muy poderosa".
En esta idea de un pelot¨®n social actuando como una comunidad, y en su experiencia social, es donde podremos encontrar el potencial para desarrollar una ¨¦tica racional que minimice el da?o y asegure la sostenibilidad de un deporte hermoso.
Martin Hardie es profesor de Derecho en Geelong (Australia) y coautor del estudio Ojal¨¢ tuviera 21 a?os, m¨¢s all¨¢ del dopaje en el pelot¨®n australiano.
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