El mismo dopaje, menor tolerancia
La reacci¨®n de la sociedad y del propio deporte a la Operaci¨®n Galgo muestra el cambio ¨¦tico ante las sustancias prohibidas - La idea de que el deportista es una marioneta es contestada
"No siento remordimientos de conciencia por nada de lo que he hecho. He vivido lo que ten¨ªa que vivir, he hecho lo que ten¨ªa que hacer. Ca¨ª en el dopaje porque as¨ª era el sistema. Era as¨ª y as¨ª es. Pero tampoco querr¨ªa tener 21 a?os ahora e intentar hacer toda mi carrera limpia". As¨ª habla un deportista profesional espa?ol de m¨¢s de 30 a?os.
Habla del sistema y habla tambi¨¦n de la moral, la ¨¦tica de geometr¨ªa variable, de su deporte, de los deportistas, del sistema. "Cada uno, cada deportista, cada t¨¦cnico, cada patr¨®n, tiene su nivel ¨¦tico. Nunca ha sido igual para cada persona, cada uno viene de una cultura, ni en todos los tiempos. Ahora se ve mal lo que antes era perfectamente normal, por ejemplo", contin¨²a. "As¨ª que la ¨²nica referencia de actuaci¨®n es la que marca el reglamento antidopaje. Es la l¨ªnea de lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal, as¨ª que si uno no da positivo, no hace nada mal. Adem¨¢s, creo que el reglamento antidopaje est¨¢ establecido por tres motivos: para cuidar la salud del deportista, en lo que no creo; como negocio por parte de los organismos antidopaje, que me da igual, y para que los malos no ganen a los buenos, que no se puedan alterar los resultados, para que no salgan perjudicados los que m¨¢s y mejor trabajan. Esta es la ¨²nica justificaci¨®n que vale para m¨ª".
Se ve¨ªa el dopaje como inevitable dada las presiones del negocio
Contrasta el trato dado a Delgado en el Tour y ahora a Marta Dom¨ªnguez
Quiz¨¢s este deportista represente el pensamiento antiguo, una filosof¨ªa que, dicen, se ha quedado en el siglo pasado. En la ¨¦poca en la que el pensamiento mayoritario del pelot¨®n ciclista, por ejemplo, lo refleja este corredor an¨®nimo australiano: "?C¨®mo puedes pensar en ir a una cacer¨ªa sin una escopeta? ?Y por qu¨¦ ir al Tour de Francia con un hematocrito de 42 cuando sabes que los dem¨¢s andan por 55? Es como decir: OK, vamos al duelo de OK Corral, y yo ir¨¦ armado con una pistola de agua. S¨¦ que voy a morir".
El poder moderno, nos ense?a Giorgio Agamben, no es solo gobierno, sino que sigue teniendo necesidad de la gloria, y por eso todos los aspectos lit¨²rgicos, ceremoniales y aclamatorios mantienen, en nuevas formas, su vigencia incluso en los tiempos actuales, en los que el capitalismo, en su forma ¨²ltima, se presenta como una inmensa acumulaci¨®n de espect¨¢culos.
No habla directamente de deporte -de los Juegos Ol¨ªmpicos, o de los Mundiales, los grandes espect¨¢culos en los que los Estados encuentran ahora la gloria- en su discurso el fil¨®sofo romano, pero seguramente le vendr¨¢n al pelo para todos aquellos deportistas que justifican su elecci¨®n personal -?doparse o no doparse?- en la inevitabilidad determinada por las presiones de un sistema, un business, una organizaci¨®n deportiva -patrones, directores tras el volante, entrenadores, prensa- que exige ¨¦xito y gloria en cada momento y en el que ellos, los deportistas, no son sino v¨ªctimas, marionetas.
El objetivo de los centros de alto rendimiento inventados en los pa¨ªses de la vieja Europa a imitaci¨®n democr¨¢tica de las escuelas de deporte de los pa¨ªses del Este para organizar el dopaje de Estado no es otro que el de fabricar medallas. Los deportistas, como si fueran coches de hermosa mec¨¢nica, se ponen en manos de los fisi¨®logos del ejercicio, los nuevos sacerdotes, que como mec¨¢nicos les ajustan y regulan para obtener el m¨¢ximo rendimiento. Por cualquier medio. Eufemiano Fuentes, m¨¦dico formado en las artes de la preparaci¨®n biol¨®gica en la Checoslovaquia y la Alemania del Este de los a?os 80, e implicados ahora en la Operaci¨®n Galgo, ser¨ªan los representantes actuales de ese sacerdocio.
As¨ª se justifica, por ejemplo, la ca¨ªda de Marta Dom¨ªnguez, imputada en la trama y a quien la Guardia Civil atribuye una de las bolsas de sangre encontradas a Eufemiano en 2006.
Sorprendentemente, o no, el apoyo popular del que gozaron algunos de los ¨ªdolos del deporte espa?ol acusados en su momento de dopaje -recuerden cuando a Perico Delgado le quisieron quitar el Tour de Francia, hace no tanto, en 1988- no lo ha disfrutado la palentina, que solo ha contado con la simpat¨ªa de sus vecinos.
"Esto es porque los tiempos est¨¢n cambiando, han cambiado", dice Mikel Zabala, un profesor de la universidad de Granada que ha puesto en marcha en la federaci¨®n de ciclismo, el deporte que, quiz¨¢s, junto al atletismo, m¨¢s identifica la sociedad con el dopaje, el programa Prevenir para ganar. "Han cambiado a golpe de operaci¨®n policial. Ha cambiado lo que piensa la sociedad de los dopados y ha cambiado lo que piensan los propios deportistas. Pero, parad¨®jicamente, dada la popularidad de los ¨²ltimos ciclistas con problemas, el pelot¨®n est¨¢ mejor que nunca, pero se habla de dopaje m¨¢s que nunca".
"Se ha notado el cambio", dice el deportista, an¨®nimo, que no reniega de su pasado, del pasado. "Se ha notado sobre todo en Europa, los deportistas j¨®venes son m¨¢s cr¨ªticos con el doping, j¨®venes con otra cultura, otra base".
Para Zabala, que tambi¨¦n imparte la asignatura de ?tica a futuros directores ciclistas, "ha habido m¨¢s de un saboteador al volante" (directores deportivos), pero ahora se trabaja "en la buena l¨ªnea". "Y ha cambiado tambi¨¦n la actitud de los patrocinadores que, quiz¨¢s por miedo a la mala imagen, han empezado a preocuparse por la imagen y ya no miran hacia otro lado, como antes, y est¨¢n de acuerdo en que hay que recalcular el papel del m¨¦dico en el equipo", dice Zabala. "Y en los cuestionarios que hago rellenar a los aspirantes a director y en lo que les hago hablar p¨²blicamente veo que se habla ya del dopaje de una manera distinta".
"El mensaje que legitimaba el dopaje, transmitido de padres a hijos, de unos a otros, era que el que no lo hac¨ªa era tonto. Ese era el discurso. Ahora son cada vez m¨¢s cr¨ªticos", dice Zabala, quien echa de menos, sin embargo, "m¨¢s compromiso en el pelot¨®n profesional. "Hay gente, como Joseba Beloki, que quiere mirar hacia adelante, pero sin temor a mirar atr¨¢s, a asumir los errores".
Quiz¨¢s deban aprender los dem¨¢s deportistas de la reacci¨®n de la mayor¨ªa de los atletas ante la Operaci¨®n Galgo, aplaudiendo en un manifiesto a la Guardia Civil y pidiendo que se sancione a los culpables. Es el comienzo de la aplicaci¨®n del castigo de la exclusi¨®n social. Los limpios estaban hasta ahora acogotados, callados por la ley del silencio impuesta por los tramposos. "Y tienen raz¨®n los atletas", dice Zabala. "La exclusi¨®n social es quiz¨¢s el peor castigo que pueda recibir un deportista. Que los suyos le miren mal, no lo acepten, es peor incluso que una suspensi¨®n".
La lucha policial contra el dopaje
- Entre la Polic¨ªa y la Guardia Civil han efectuado en Espa?a m¨¢s de 40 operaciones contra el dopaje en la ¨²ltima d¨¦cada, pero la mayor¨ªa iban dirigidas contra la falsificaci¨®n de productos y el tr¨¢fico de sustancias en gimnasios y salas de culturismo. Tres de ellas, sin embargo, han estado centradas en el deporte profesional de ¨¦lite.
- Operaci¨®n Puerto
(mayo de 2006). A¨²n a espera de juicio, supuso el desmantelamiento de una organizaci¨®n, dirigida por Eufemiano Fuentes, al que se le intervinieron unas 200 bolsas de sangre. Implicados unos 50 ciclistas. Los m¨¢s famosos: Jan Ullrich, Ivan Basso y Alejandro Valverde.
- Operaci¨®n Grial (noviembre de 2009). Detenci¨®n del m¨¦dico peruano Walter Vir¨², que ejerc¨ªa desde Valencia. Implicado el marchador Paquillo Fern¨¢ndez.
- Operaci¨®n Galgo. Eufemiano Fuentes, Manuel Pascua y Marta Dom¨ªnguez son los principales implicados de un caso que afecta, sobre todo, al atletismo.
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