Parad a los galgos
Setenta agentes de la Guardia Civil desencadenaron la operaci¨®n antidopaje que, aparte del deshonor de Marta Dom¨ªnguez, supone el fin de un estilo de organizar el entrenamiento con el sello de Eufemiano Fuentes y Manuel Pascua Piqueras
Marta Dom¨ªnguez es la galga, una galga corredora de patas largas y larga nariz, y una cinta rosa sobre la frente, por encima de las orejas que le cuelgan. La imagen, la caricatura, que se encuentra en la p¨¢gina web de la campeona del mundo inspir¨® a los agentes de la Guardia Civil que buscaban bautizar una operaci¨®n antidopaje que deber¨ªa acabar, y acab¨®, por ahora, en el deshonor p¨²blico de la mejor atleta espa?ola de todos los tiempos, la gran dama de Espa?a. La galga se convirti¨® finalmente en lo que nunca habr¨ªa querido ser, y menos una atleta celosa de su libertad e independencia y un punto rebelde, en liebre, en el objetivo de los verdaderos galgos en lo que parece, al final, una f¨¢bula, los agentes de la Guardia Civil que la persiguieron hasta agotarla, hasta detenerla en una fr¨ªa ma?ana castellana de diciembre.
Laich, Eufemiano y Pascua son el tri¨¢ngulo de un equipo que encandila a los federativos y a la prensa
Pascua Piqueras era un entrenador veterano al que le hab¨ªan salido los dientes en el Frente de Juventudes
Los agentes, alentados por la juez, ya ten¨ªan todos los elementos en su mano para actuar en noviembre
En 1989, Odriozola lleg¨® a la presidencia de la federaci¨®n y apart¨® del organigrama federativo a Pascua y a Fuentes
"Ten¨ªa muchas razones para creer que practicaban el dopaje", afirma el presidente de la federaci¨®n
El lunes 15 de noviembre, al d¨ªa siguiente de ganar el cross de Quintanar, Alemayehu Bezabeh se extrajo medio litro de sangre y, con ello, puso fecha a su ca¨ªda y, con ¨¦l, la de algunas de las personas m¨¢s respetadas, admiradas e hist¨®ricas del atletismo espa?ol. "Ahora te vas a Etiop¨ªa a entrenarte en altura y esta bolsa te la vuelves a poner cuando vuelvas, el jueves antes del Campeonato de Europa", le dijo al atleta Manuel Pascua Piqueras, su entrenador, que hab¨ªa colaborado en la extracci¨®n sangu¨ªnea. Los agentes de la Guardia Civil que escuchaban la conversaci¨®n lo decidieron inmediatamente: el 9 de diciembre actuar¨ªan, sorprender¨ªan a algunos de los principales implicados con las manos en la masa, registrar¨ªan las casas de todos. Siete meses despu¨¦s de haberse iniciado, todo cuadraba. La Operaci¨®n Galgo quedaba lanzada.
La noche del 8 al 9 de diciembre, 70 guardias de la Unidad Central Operativa (UCO), heraldos inesperados de un cambio no deseado en la vida de 14 personas, durmieron muy poco. Una noche de control y vigilancia de al menos 15 edificios en varias provincias espa?olas: Segovia, Madrid, Las Palmas, Alicante, Palencia. Una trama de dopaje estaba a punto de caer. El 9, jueves, a¨²n no hab¨ªa amanecido cuando Pascua recogi¨® a Alemayehu, reci¨¦n llegado de su pa¨ªs natal, en avi¨®n desde Addis Abeba, y juntos marcharon hacia El Escorial, seguidos en la carretera, vigilados por agentes invisibles, sombras en la noche. En la localidad madrile?a se encontraron con Alberto Le¨®n, el colaborador encargado de la log¨ªstica que les entreg¨® la bolsa que deb¨ªa reinfundirse el atleta para elevar sus valores sangu¨ªneos, hematocrito, hemoglobina, su capacidad de transporte de ox¨ªgeno, el par¨¢metro clave en atletismo de resistencia. Entonces intervinieron los agentes. "Cuando gritas 'Guardia Civil' y ense?as la placa, notas f¨ªsicamente c¨®mo a los interpelados se les viene el mundo f¨ªsico", dice un agente. "Su f¨ªsico se transforma, se ponen p¨¢lidos, se ve gr¨¢ficamente el nudo que se les hace en el est¨®mago, el miedo en los ojos". A Alemayehu, que es negro, dif¨ªcilmente le ver¨ªan palidecer, y en sus ojos, los p¨¢rpados entornados, la mirada siempre dormilona, ver¨ªan poco m¨¢s que la sorpresa, el despiste. El atleta, un inmigrante africano que lleg¨® a Espa?a hace unos a?os para ganarse la vida haciendo lo que mejor sabe hacer, correr, no sab¨ªa d¨®nde se hab¨ªa metido. No era m¨¢s que una pieza del rompecabezas, estaba dentro de un sistema que ¨¦l cre¨ªa que era el ¨²nico del modelo de funcionamiento del deporte mundial en las ¨²ltimas d¨¦cadas. De un sistema que el cambio de consideraci¨®n social, de paradigma, producido en los ¨²ltimos a?os, sobre todo a ra¨ªz del caso Festina (1998), y de las sucesivas operaciones policiales contra el dopaje (Balco, Puerto, Grial...), hab¨ªa convertido casi en marginal: sus ¨²ltimos coletazos, minoritarios, al menos dentro del deporte espa?ol, pero muy resistentes al exterminio, puros supervivientes. Y muy notorios.
El historiador franc¨¦s Christophe Brissonneau describe en una peque?a monograf¨ªa sobre la historia del dopaje "la fascinaci¨®n" que ejerci¨®, a finales de los a?os setenta, sobre los pol¨ªticos de la vieja Europa, los m¨¦dicos y los entrenadores el conocimiento y el ¨¦xito del sistema deportivo del bloque sovi¨¦tico. Su imagen m¨¢s aparente, las medallas, los pol¨ªticos, sabedores de que el escalaf¨®n ol¨ªmpico es un s¨ªntoma de grandeza del pa¨ªs, envidiaban. Sus otras manifestaciones -la excelencia en el rendimiento, el funcionamiento de los atletas como m¨¢quinas, el recurso al dopaje sistem¨¢tico mediante esteroides anabolizantes, cuya eficacia, al igual que la de las anfetaminas como estimulantes, hab¨ªa sido previamente puesta a prueba en las guerras-, los m¨¦dicos y los entrenadores admiraban y conoc¨ªan, no solo mediante las conferencias de los principales fisi¨®logos del ejercicio -Zartsiorsky, Mendveiev, Platonov, Bompa-, sino tambi¨¦n aprovechando el incremento de intercambios, competiciones y viajes al otro lado del tel¨®n de acero, donde las noches de vodka acababan con revelaciones incre¨ªbles e informaciones sobre d¨®nde comprar sustancias al por mayor. Los Juegos de M¨¦xico 68, los primeros que se celebraron a m¨¢s de 2.000 metros de altura, supusieron adem¨¢s un laboratorio inmenso en el que se pudieron comprobar a la perfecci¨®n los beneficios de la altitud para el entrenamiento de resistencia.
En todos los pa¨ªses europeos se intenta imitar el modelo del Este. La Francia del De Gaulle imperial tras mayo del 68, el presidente que m¨¢s inspir¨® la noci¨®n de la grandeur, se convirti¨® en la referencia. Los clubes de provincias descubren a los talentos, y los mejores deportistas de especialidades ol¨ªmpicas son concentrados en centros de alto rendimiento centralizados donde se les puede someter al entrenamiento moderno, a los dictados de los fisi¨®logos del esfuerzo -la nueva religi¨®n de la medicina del deporte, que hasta entonces estaba mayoritariamente en manos de traumat¨®logos-, a las m¨¢quinas de alta tecnolog¨ªa para examinar sus niveles de rendimiento, al enfoque racional y cient¨ªfico. Sobre todo, cient¨ªfico. En la aislada Espa?a franquista, con su consideraci¨®n raqu¨ªtica y pueblerina del deporte, esta moda lleg¨® tarde, a comienzos de los a?os ochenta, aunque su esplendor m¨¢ximo lo alcanz¨® con la preparaci¨®n de los Juegos de Barcelona 92, cuando se multiplicaron las inversiones en instalaciones, los gastos en importaci¨®n de t¨¦cnicos del Este, los maestros de la puesta a punto para las citas ol¨ªmpicas, para lograr el m¨¢ximo rendimiento mediante los m¨¦todos m¨¢s extremos y la pura disciplina, las subvenciones para proyectos de laboratorio fisiol¨®gico. Sus profetas eran, ya entonces, en los ochenta, puros pioneros, Eufemiano Fuentes y Manuel Pascua Piqueras, quienes pusieron en marcha su sue?o -la pesadilla de muchos ahora- en la federaci¨®n de atletismo.
Manuel Pascua Piqueras (Ar¨¦valo, ?vila, 1933) era, ya entonces, un entrenador veterano al que le hab¨ªan salido los dientes en el Frente de Juventudes con un cron¨®metro en las manos y en la cabeza un n¨²mero inagotable de marcas, distancias, tiempos. Un profesor de educaci¨®n f¨ªsica que en los a?os sesenta trabaj¨® en las universidades laborales de C¨®rdoba y Alcal¨¢ de Henares; un rebelde que, a¨²n con Franco vivo, en 1973, fue sancionado con una suspensi¨®n de tres a?os, hasta noviembre de 1976, por negarse a ceder a la federaci¨®n madrile?a a los atletas de su club, el Vallehermoso, para un enfrentamiento Madrid-Barcelona-Lisboa, para protestar por la falta de democracia y las imposiciones federativas. Entre las atletas que entrenaba por entonces estaba Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez Guerrero, que acab¨® siendo su esposa y su colaboradora en los trabajos de entrenamiento. Tambi¨¦n, como su marido, fue detenida el d¨ªa 9 durante la Operaci¨®n Galgo y sancionada asimismo. Si de su primera suspensi¨®n federativa era de un asunto del que Pascua pod¨ªa hablar con orgullo, lucir como una medalla, de la ¨²ltima, pronunciada el lunes pasado por el presidente de la federaci¨®n espa?ola, Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola, solo puede avergonzarse.
En 1980 gana las elecciones a la federaci¨®n espa?ola Juan Manuel de Hoz y, guiado por el director t¨¦cnico, Carlos Gil, impulsa el primer plan de preparaci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnico que se conoce en el deporte espa?ol de cara a preparar a una ¨¦lite de atletas, una quincena, para los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles 84. El lado t¨¦cnico corre, nominalmente, a cargo de Pascua; el cient¨ªfico, a cuenta de Eufemiano Fuentes (Las Palmas, 1955), un superdotado que acaba de licenciarse en Medicina en la Universidad de Navarra -todo sobresalientes-, que ha sacado el MIR de ginecolog¨ªa, que, entrenado por Pascua, es el mejor vallista universitario, que a¨²n tiene tiempo para licenciarse por el INEF y que, como alguien incapaz de saciar su sed de conocimientos, un rasgo que le emparienta con Pascua, la persona intelectualmente m¨¢s inquieta del atletismo espa?ol, todo lo quiere saber sobre las claves del rendimiento. Una religi¨®n monote¨ªsta, el rendimiento su ¨²nico dios; el deportista, un mero medio en el que m¨¦dico y t¨¦cnico experimentan y trabajan, como los mec¨¢nicos ajustan el motor de un coche, el lienzo del artista. Su salud no importa, es un asunto secundario, incluso despreciable. Por si acaso, los profetas tienen preparada la coartada ideol¨®gico-intelectual, un argumento que a¨²n repiten como un mantra hasta en estos tiempos nuestros de cada d¨ªa: el deporte de alta competici¨®n est¨¢ re?ido con la salud, dicen, pues obliga a las personas a superar sus l¨ªmites, a ir m¨¢s all¨¢ de su capacidad. O, con otras palabras: igual que el torero sabe que puede morir en la plaza, quien quiera ser atleta debe saber que en cualquier momento su cuerpo le puede traicionar.
As¨ª, los artistas, los sacerdotes, Fuentes y Pascua, y aglutinando a ambos, una figura misteriosa, Guillermo Laich, un argentino reci¨¦n llegado de California, donde ha practicado el b¨¦isbol y el f¨²tbol americano en la Universidad, donde ha aprendido los misterios de los anabolizantes y la hormona de crecimiento de manos de Robert B. Kerr, el mago que se ha quedado en Los ?ngeles para preparar al equipo estadounidense de cara a la cita ol¨ªmpica. Laich llega a Espa?a con estudios de medicina iniciados en California y en M¨²nich, donde entra en conocimiento de los m¨¦todos de la Alemania del Este, y se licencia en la Complutense de Madrid en 1977. Diez a?os m¨¢s joven que Pascua, diez m¨¢s viejo que Eufemiano, cierra el tri¨¢ngulo de un equipo que encandila por igual a federativos -exceptuando a Odriozola, entonces directivo de la espa?ola y voz cr¨ªtica-, a la prensa, que alucina con las novedades prometidas por el grupo -se empieza a hablar en Espa?a por primera vez de hormonas, biopsias musculares, sueros, preparaci¨®n biol¨®gica, pruebas de esfuerzo, ejercicios isocin¨¦ticos, preparaci¨®n en altura, transfusiones entonces legales-, y a algunos atletas, que ven multiplicado su rendimiento, su capacidad de entrenamiento, mejoradas sus marcas.
A los m¨¢s l¨²cidos, sin embargo, m¨¢s que fascinarles el despliegue del cientifismo -"en realidad, era todo bastante cutre y giraba, finalmente, en torno a una charla y la palabrer¨ªa seudopsicol¨®gica de Laich", dice un atleta de la ¨¦poca que luego se hizo entrenador-, les asust¨®. La federaci¨®n se convirti¨® en el coto privado de los iluminados, adelantados a su ¨¦poca. Contaban tambi¨¦n con el apoyo del laboratorio antidopaje, que analizaba las muestras que les enviaban en privado para comprobar el tiempo de eliminaci¨®n de las sustancias con el fin de ajustar las dosis y los tiempos para evitar positivos indeseados en las competiciones. Aun as¨ª, hubo filtraciones y momentos de peligro. Se supo, y se public¨®, que la federaci¨®n hab¨ªa tapado cinco positivos, pero ello no provoc¨® el esc¨¢ndalo que se habr¨ªa producido ahora, casi 30 a?os m¨¢s tarde. El presidente reconoci¨® los casos, los explic¨® alegando que eran fruto de la investigaci¨®n cient¨ªfica, el concepto que todo lo justifica. Mientras, Fuentes y Pascua continuaban con su formaci¨®n acelerada y con contactos en el extranjero -Checoslovaquia, Bulgaria, pa¨ªses entonces pioneros en el entrenamiento biol¨®gico, eufemismo que designaba la planificaci¨®n del dopaje- propiciados por Laich, quien ten¨ªa contactos con los entrenadores de Jarmila Kratochvilova y Helena Fibingerova, quienes incluso llegaron a entrenarse en Madrid y en Canarias.
El ¨¦xito dio validez a todo. Jos¨¦ Manuel Abascal, bronce en los 1.500 metros, se convirti¨® en el primer atleta espa?ol de la historia que consegu¨ªa una medalla en la pista. Naci¨® el mito. El sistema funcionaba y ni siquiera alg¨²n asunto morboso, como el positivo de Cristina P¨¦rez -esposa de Fuentes, velocista y pupila suya tambi¨¦n: como Pascua, se cas¨® con la atleta que entrenaba-, que la federaci¨®n tambi¨¦n intent¨® tapar. Finalmente, se sobresey¨® por un defecto de forma al que no fue ajeno el hecho de que Fuentes, director m¨¦dico de la federaci¨®n tambi¨¦n, fue la persona que realiz¨® el control. Sin embargo, despu¨¦s del caso P¨¦rez, nada volvi¨® a ser igual. En enero de 1989, adem¨¢s, Odriozola tom¨® posesi¨®n de la presidencia de la federaci¨®n y su primera decisi¨®n fue apartar del organigrama federativo a ambas personas, Pascua y Fuentes. "Ten¨ªa muchas razones para creer que practicaban el dopaje", dice Odriozola.
El m¨¦dico canario se centr¨® casi al 100% en el ciclismo, donde ya hab¨ªa empezado a ejercer unos a?os antes en el equipo del Orbea de Marino Lejarreta y Perico Delgado, donde Jos¨¦ Luis Pascua, hermano de Manuel y tambi¨¦n imputado en la Operaci¨®n Galgo, ejerc¨ªa como preparador f¨ªsico. Despu¨¦s de pasar por el ONCE, en 1991, el a?o en que Melcior Mauri gan¨® la Vuelta, y el Amaya -gran Montoya en la Vuelta de 1992-, Fuentes fue el hombre que dio valor al Kelme, un equipo con una tremenda popularidad y un car¨¢cter atacante ¨²nico. Pascua sigui¨® por libre, atrayendo a su grupo a algunos de los mejores atletas espa?oles e internacionales. Ambos no volver¨ªan a compartir titulares hasta mucho despu¨¦s, hasta esta Operaci¨®n Galgo que podr¨ªa suponer, definitivamente, el fin de las actividades de ambos.
La mejor historia del deporte espa?ol en las ¨²ltimas d¨¦cadas solo la podr¨ªan escribir ambos, un volumen a cuatro manos, dicen los c¨ªnicos, sarcasmo in¨²til. Y la mejor radiograf¨ªa, dicen los optimistas, o necropsia, dicen los realistas, es la que ofrecen los informes policiales de las tres grandes operaciones contra el dopaje en el deporte de ¨¦lite llevadas a cabo en Espa?a desde 2006. En las tres (Operaci¨®n Puerto, 2006; Operaci¨®n Grial, 2009, y Operaci¨®n Galgo, 2010), y en otras iniciadas y archivadas por los jueces, pero de las que han quedado los documentos que recogen las escuchas, los seguimientos, las investigaciones, los nombres de Pascua y Fuentes se mezclan, se enganchan como cerezas en un cesto, tirar de uno significa obligar a asomar al otro.
El primero que apareci¨® en los documentos policiales fue, curiosamente, Pascua, quien en 2004 recibi¨® en su m¨®vil, el mismo n¨²mero que a¨²n usaba al menos hasta el d¨ªa 9, una llamada de un vendedor de sustancias prohibidas, un precursor de la hormona del crecimiento importado de Australia, al que la Guardia Civil hab¨ªa intervenido el tel¨¦fono. Ese hilo llev¨® a Jos¨¦ Luis Merino Batres, un hemat¨®logo que colaboraba con varios m¨¦dicos deportivos, entre ellos Eufemiano Fuentes, desde su centro legal de an¨¢lisis cl¨ªnicos. Dos a?os despu¨¦s, ambos, Fuentes y Merino Batres, cayeron en la Operaci¨®n Puerto -recuerden: 100 bolsas de sangre, 100 de plasma, centenares de documentos de prescripci¨®n dopante de decenas de ciclistas, para un caso a¨²n en espera de juicio oral-, el primer aldabonazo serio, un golpe seco e inacabado que puso en marcha un efecto mariposa al parecer interminable. Un nombre al que no se pudo investigar a fondo en la Operaci¨®n Puerto, el del m¨¦dico peruano Walter Vir¨², colaborador de Fuentes en el Kelme y asentado en Valencia, dio pie a la Operaci¨®n Grial, mediado un antecedente, tambi¨¦n archivado, en el que la polic¨ªa obtuvo pruebas de sus relaciones con Pascua, concretadas en el env¨ªo de paquetes sospechosos al propio Pascua en su domicilio de Valdemorillo (Madrid), as¨ª como al de la familia de su esposa en Sevilla la Nueva (Madrid) o al de algunos de sus atletas a los que Pascua hab¨ªa recomendado los servicios del m¨¦dico peruano. Poco despu¨¦s, en 2009, en la Operaci¨®n Grial, cae Vir¨², y con ¨¦l, uno de los grandes del atletismo espa?ol de todos los tiempos, el marchador de Guadix Paquillo Fern¨¢ndez, como Dom¨ªnguez, o Alberto Garc¨ªa -otro atleta imputado en la Operaci¨®n Galgo- o los ex ciclistas Roberto Heras u ?scar Sevilla, un habitual de las conferencias que Eufemiano Fuentes sol¨ªa organizar en invierno en Canarias. De las cenizas del grial, unos meses despu¨¦s se puso en marcha la Operaci¨®n Galgo.
Durante semanas y semanas, alentados por la jueza del 24 de la plaza de Castilla de Madrid, que autoriz¨® escuchas, grabaciones, vigilancias, el uso de todo un arsenal investigador a lo The Wire, los agentes, que contaron con la colaboraci¨®n de varios deportistas en su faena, ataron cabo tras cabo, hilaron hechos, superaron los momentos de desasosiego -como cuando una conversaci¨®n entre un ciclista y una ciclista entrenados por Jos¨¦ Luis Pascua les dio indicios de una cita para que ¨¦l le entregara a ella un tarro de miel: los agentes se movilizaron e interrogaron a ambos sospechosos, pero estos salieron del paso pues, al parecer, el padre de ¨¦l es apicultor y la miel sospechosa era en realidad miel- y, finalmente, en noviembre, ya ten¨ªan todos los elementos en su mano para actuar. Ten¨ªan tambi¨¦n controlado a Jos¨¦ Alonso Valero, Pepillo en el mundillo del atletismo, quien como atleta -y muy bueno, a¨²n, 23 a?os despu¨¦s, mantiene el r¨¦cord nacional de 400 metros vallas- fue entrenado por Pascua, como amigo ¨ªntimo de Eufemiano Fuentes, y como profesional, representante de atletas como Alberto Garc¨ªa, el campe¨®n de Europa de 5.000 metros en 2002 y que ya hab¨ªa dado positivo por EPO en 2003, y la propia Marta Dom¨ªnguez. Tambi¨¦n o¨ªan todo lo que dec¨ªa, segu¨ªan todos sus movimientos, C¨¦sar P¨¦rez, un buen atleta de 3.000 metros obst¨¢culos quien tras sufrir un accidente de moto que le destroz¨® la rodilla se recuper¨® a la sombra de Pascua y comenz¨® a dirigir t¨¦cnicamente -salto de vallas, paso de la r¨ªa- a Marta Dom¨ªnguez gracias a un t¨ªtulo de entrenador conseguido en Estados Unidos. Con su entrada en el equipo, en 2008, se elimina a Mariano D¨ªez, el entrenador de toda la vida de la palentina, y se cierra el c¨ªrculo: solo los iniciados, silenciosos, de confianza, pueden estar en el grupo. Solo falta dar con el d¨ªa en el que todas las piezas del puzle que conforma un sistema de funcionamiento del siglo pasado -presuntamente, dopaje organizado en todos sus extremos, dentro de una sociedad del siglo XXI que ha cambiado su mirada, tan saturada por las novedades tecnol¨®gicas, que ha perdido su fascinaci¨®n por la parte cient¨ªfico-t¨¦cnica del rendimiento y da m¨¢s valor a la historia de vida, a la emoci¨®n del gesto deportivo- estuvieran en su sitio: el 9 de diciembre.
A Alemayehu Bezabeh le dicen ahora, en que ha tenido que irse a un piso de alquiler en Vallecas, junto a su esposa, reci¨¦n llegada, embarazada, de Etiop¨ªa, que la intervenci¨®n de la Guardia Civil, que le separ¨® de Pascua y su ayudante, Alberto Le¨®n, justo antes de practicar la transfusi¨®n, le salv¨® pr¨¢cticamente la vida, pues evit¨® que culminara su dopaje; pero en eso no piensa minutos despu¨¦s, sino en las incomodidades que le esperan, pues, de entrada, tiene que regresar en autob¨²s de El Escorial a Madrid. Y tambi¨¦n se queda corto Bezabeh, quien por la noche terminar¨¢ confesando sus problemas al presidente de la federaci¨®n, quien le sanciona de inmediato prohibi¨¦ndole defender el domingo su t¨ªtulo de campe¨®n de Europa de cross. Mientras da botes en el autob¨²s, la Operaci¨®n Galgo se desarrolla simult¨¢neamente en 14 domicilios: registros, hallazgo de diversas sustancias en varios pisos que a¨²n no han sido analizadas y detenci¨®n de 14 personas -las m¨¢s importantes: Eufemiano Fuentes; los hermanos Pascua y Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez; el m¨¢nager Jos¨¦ Alonso Valero; Marta Dom¨ªnguez y su entrenador, C¨¦sar P¨¦rez; Alberto Le¨®n, Alberto Garc¨ªa- a las que se imputa un delito de dopaje. Los galgos lo tienen todo.
La investigaci¨®n, aplaudida por la Fiscal¨ªa de Madrid, no termin¨® en la guerra rel¨¢mpago de 70 galgos la ma?ana del 9 de diciembre y la detenci¨®n de 14 personas. Los d¨ªas posteriores interrogaron a la quincena de atletas entrenados por Pascua y su esposa. Declararon como testigos. Se trataba de asegurar una acusaci¨®n de inducci¨®n al dopaje para el t¨¦cnico, tambi¨¦n de identificar a los posibles due?os de las bolsas de sangre halladas en el piso de Alberto Le¨®n. Para ello, a todos se les solicit¨® una muestra de saliva para cotejar su ADN. Algunos, los m¨¢s sospechosos precisamente, se negaron a entregarla.
GALER?A DE MITOS ROTOS POR EL DOPAJE
Por JUAN JOS? MATEO
La galer¨ªa de mitos rotos por el dopaje muestra a muchos rostros ilustres del deporte espa?ol. All¨ª est¨¢ Alberto Garc¨ªa, el et¨ªope de Vallecas, un fondista que corr¨ªa tanto como para desafiar al mundo, gota blanca en la marea africana. En su compa?¨ªa marcha Roberto Heras, un ciclista, escalador para m¨¢s se?as, que se agarraba a las cuestas como otros rodaban en llano, ligeras y sueltas las piernas. Con ellos viajan ya inseparables, unidos todos por la misma nota biogr¨¢fica, el positivo por dopaje, hombres y mujeres de las m¨¢s diversas especialidades y procedencias: est¨¢ Johann M¨¹hlegg, que parec¨ªa un tit¨¢n del esqu¨ª de fondo; est¨¢ la ciclista Maribel Moreno, y est¨¢, tambi¨¦n, por ejemplo, Gurpegui, futbolista del Athletic. Todos esos nombres radiograf¨ªan el problema: aunque, por supuesto, son mayor¨ªa los deportistas 'limpios', aquellos que compiten con lo que la naturaleza y el duro entrenamiento les han dado; el dopaje, igual que un malicioso virus, ha tocado todas las especialidades deportivas, con especial sa?a en las de resistencia, y se ha reproducido sin importar el estatus, la edad o el origen de los deportistas, que fueran gentes consagradas o casi debutantes, veteranos o noveles, espa?oles de nacimiento o nacionalizados. Un d¨ªa estuvo la Operaci¨®n Puerto, que afect¨® al ciclismo. Al otro, la Operaci¨®n Grial, que implic¨® al marchador Paquillo Fern¨¢ndez. Y hoy, ahora, tiene lugar la Operaci¨®n Galgo, que lucha contra el dopaje en el atletismo.
JAIME HU?LAMO
Primera medalla en cuesti¨®n
En una ¨¦poca en la que la lucha contra el dopaje daba sus primeros y t¨ªmidos pasos, el ciclista de La Melgosa (Cuenca, 1948) dio positivo en los Juegos de M¨²nich 1972, en los que hab¨ªa sido bronce. Fue el primer caso de dopaje importante en el deporte espa?ol: se le detect¨® coramina, una sustancia frecuente en el pelot¨®n espa?ol. La sustancia, que le proporcion¨® su masajista, no estaba prohibida en el ciclismo, pero s¨ª en el COI.
JULIO REY
El corredor de fondo
El maratoniano de Toledo (1972) fue suspendido dos a?os en 1999 tras dar positivo por mesterolona, un esteroide anabolizante, detectado en el Campeonato de Espa?a de campo a trav¨¦s y en la marat¨®n de Rotterdam. Es, probablemente, un caso ¨²nico en este tipo de sucesos. Sus resultados deportivos mejoraron tras cumplir la sanci¨®n: volvi¨® para lograr el r¨¦cord de Espa?a (2h 6m 52s) y para ganar una plata mundial y dos bronces europeos.
AITOR GONZ?LEZ
Retirado tras una sanci¨®n
El ciclista vasco (Zum¨¢rraga, 1975) gan¨® la Vuelta a Espa?a en 2002, siete etapas entre las cuatro grandes Vueltas..., y dio positivo en 2005 por esteroides tras, dijo, tomar un reconstituyente llamado Animal Pack, en cuyo prospecto y composici¨®n no aparec¨ªa esa sustancia. La Federaci¨®n Espa?ola le permiti¨® seguir corriendo, pero la Uni¨®n Ciclista Internacional recurri¨® ante el TAS, que le sancion¨® con dos a?os, tras lo que Gonz¨¢lez se retir¨®.
CARLOS GURPEGUI
El proceso m¨¢s largo
El 1 de septiembre de 2002, tras el primer partido de la temporada 2002-2003, contra la Real Sociedad en Anoeta, Gurpegui es controlado positivo por nandrolona, un esteroide anabolizante con las mismas propiedades que la testosterona. El futbolista navarro (Pamplona, 1980) es suspendido, lo que abre un largo proceso de fallos y apelaciones que termina
en la Audiencia Nacional con retirada de licencia durante dos a?os.
JOHANN M?HLEGG
Tres oros bajo sospecha
El deportista, que naci¨® y compiti¨® con Alemania, obtuvo la nacionalidad espa?ola en noviembre de 1999 y pas¨® a ser conocido como Juanito. Fue el primer esquiador espa?ol en ganar una prueba de la Copa del Mundo. Luego, en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de Salt Lake City 2002, logr¨® tres oros. El fondista, sin embargo, dio positivo por darbepoetin y fue expulsado de la competici¨®n, perdiendo las medallas conseguidas.
ALBERTO GARC?A
No hubo r¨¦cords tras el positivo
El atleta madrile?o, oro europeo en 5.000 metros y plata mundial bajo techo en 3.000, adem¨¢s de r¨¦cord europeo en ambas especialidades, dej¨® de codearse con los mejores, de maravillar a sus compa?eros africanos, cuando dio positivo por EPO (2003). Tras cumplir una sanci¨®n de dos a?os, volvi¨® para lograr la plata europea en campo a trav¨¦s en 2005, pero nunca fue el mismo: la sospecha no dej¨® de perseguirle.
ROBERTO HERAS
Una retirada forzosa
El triple ganador de la Vuelta a Espa?a de ciclismo (Salamanca, 1974) perdi¨® su cuarta gran carrera tras dar positivo por EPO en la pen¨²ltima etapa de la edici¨®n de 2005, que acab¨® en lo m¨¢s alto del podio. Pas¨® lo mejor de su vida profesional en el Kelme, con el m¨¦dico Eufemiano Fuentes, implicado en la Operaci¨®n Puerto y la Operaci¨®n Galgo. Antes se hab¨ªa establecido como un gran escalador. Tras cumplir los dos a?os de sanci¨®n, nunca volvi¨® a competir.
MARIBEL MORENO
La fuga sospechosa
Cuando nac¨ªan los Juegos de Pek¨ªn 2008, la ciclista (Gerona, 1981), campeona de Espa?a juvenil y de ¨¦lite, abandon¨® China alegando una fuerte crisis de ansiedad que le imped¨ªa competir y hacer valer en el complicado circuito sus condiciones de escaladora. Lo que hab¨ªa pasado, en realidad, es que hab¨ªa protagonizado el primer positivo de los Juegos, por EPO. La treta apenas funcion¨® desde el principio porque su salida result¨® muy sospechosa a todas luces.
JOSEPHINE ONYA
El primer caso de clembuterol
La vallista de origen nigeriano (1986) arranc¨® 2008, a?o ol¨ªmpico nada menos, como un tiro: corri¨® los 100m vallas en 12,50s, r¨¦cord de Espa?a, y se instal¨® en la ¨¦lite mundial tras dominar dos pruebas de la Golden League. Luego dio positivo por clembuterol. La Federaci¨®n Espa?ola no la sancion¨®, pero fue 'castigada' tras el recurso presentado por la Internacional ante el Tribunal de Arbitraje deportivo. Desde noviembre de 2010
est¨¢ de nuevo en activo.
PAQUILLO FERN?NDEZ
Nunca ha dado positivo
El marchador (Granada, 1977), doble oro europeo, triple
plata mundial y segundo en los 20 kil¨®metros disputados en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004, fue sancionado despu¨¦s de que la Guardia Civil encontrara productos dopantes en su casa.
Sin embargo, nunca ha dado positivo, y su colaboraci¨®n en la investigaci¨®n ha supuesto que su pena haya sido reducida: el deportista podr¨¢ volver a competir en el a?o 2011.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.