Dos actores sobre el cielo
La sesi¨®n de fotos estaba programada a las cuatro de la tarde. Dos horas despu¨¦s, Mario Casas (24 a?os) a¨²n no ha aparecido por el estudio. Y no coge el m¨®vil. Se suceden las hip¨®tesis: "No habr¨¢ encontrado sitio para aparcar", opina la maquilladora. "?Habr¨¢ ligado por el camino?", apunta la estilista. Mar¨ªa Valverde (23 a?os), su compa?era de reparto en Tres metros sobre el cielo, apoya esto ¨²ltimo. El misterio se resuelve a la media hora y con una explicaci¨®n mucho menos emocionante que la posibilidad de un escarceo repentino. A Mario le hab¨ªan dado la direcci¨®n de otro estudio.
Nada fuera de lo com¨²n. Las sesiones de fotos son una sucesi¨®n de esperas. Los intervalos entre toma y toma suelen durar m¨¢s que estas. Cuando Mario llega, las f¨¦minas que forman parte del equipo le reciben cluecas. Tiene pinta de buen chico malo: gorro de lana, vaqueros gastados, botas camperas con la leng¨¹eta por fuera y camiseta gris. Apretada. El muchacho no se muestra pudoroso a la hora de desnudarse. A Mar¨ªa le ha costado m¨¢s. Se iba al ba?o a probarse los vestidos que propon¨ªa la estilista. Ella tiene pinta de buena chica. A secas. Vaqueros, jersey y un lindo tatuaje en el antebrazo que dice con letra cursiva: "Mini?amicielo". Mientras la acicalan, cuenta c¨®mo le ha cambiado la vida desde que se oper¨® la miop¨ªa. Y alaba las virtudes del color rosa. "Es mi favorito". La laca que quiere que le pongan en las u?as confirma su predilecci¨®n, y la funda de pl¨¢stico que se lleva su iPhone, tambi¨¦n.
Dan vida a Babi y Hache, dos adolescentes que se inician en el amor y la vida el uno a trav¨¦s del otro
"Ha fluido una corriente de energ¨ªa entre los tres que cuando ves la pel¨ªcula se nota", cuenta su director
Cada uno representa un modelo de actor dentro de la profesi¨®n. A ¨¦l lo pari¨® la tele. Mar¨ªa viene del cine
"Si nos critican porque es un trabajo comercial, pues bienvenido sea", opina Mario Casas
Mario y Mar¨ªa. Esto parece el t¨ªtulo de una canci¨®n de Mecano. Ellos ya se conoc¨ªan. Su relaci¨®n alcanza el grado de amistad. Hab¨ªan trabajado juntos en La mula (de Michael Radford). En Tres metros sobre el cielo dan vida a Babi y Hache, dos adolescentes que se inician en el amor y la vida el uno a trav¨¦s del otro. Protagonizan lo que viene a ser el romance que todos creemos (o queremos) haber vivido. Mario describe as¨ª a su personaje: "Es un sobrao que lo que quiere es chulear con las motos y las ni?as". Efectivamente, Hache es el t¨ªpico chico duro que te coge de los pelos y te arrastra contra tu voluntad para luego revelarte que tiene un coraz¨®n de oro y prometerte que te va a proteger de los lobos el resto de tu vida. Y como no pod¨ªa ser de otra manera,, Babi es una ni?a no tan buena que se debate entre el decoro y la indecencia. "Prob¨¦ a todas las actrices j¨®venes espa?olas para el papel. A todas las que te est¨¢s imaginando, pues s¨ª, a todas?", cuenta por tel¨¦fono Fernando Gonz¨¢lez Molina, el director de la pel¨ªcula. Eligi¨® a Mar¨ªa "porque se mostr¨® muy interesada. No paraba de hacerme preguntas". Se lo gan¨®. "Me gustaba desde siempre. Ve¨ªa revistas en las que sal¨ªa y me encantaba. Conocerla fue como un flechazo. Es un t¨ªa que tiene una bondad y una manera de afrontar la vida que se parecen mucho a las m¨ªas. Nos comunicamos". Con Mario fue otra historia. Porque Mario es el actor fetiche de Fernando. Lo escogi¨® para la serie Los hombres de Paco, de la que fue responsable un tiempo, y le abri¨® la puerta al cine con Fuga de cerebros, su anterior pel¨ªcula. "Lo adoro. Tiene un talento brutal para emocionar y dar intensidad a las cosas. Es todo verdad. Aparte de que me parece que es un bellez¨®n. Es un t¨ªo con rollo y que cada vez tiene m¨¢s", dice Fernando. "Pero, vamos, el tri¨¢ngulo que se ha establecido entre los tres ha sido muy especial. Ha fluido una corriente de energ¨ªa y de sensaciones que cuando ves la peli se nota. Creo que ellos se han enamorado un poco, y yo me he enamorado de los dos". Mario no le quita m¨¦ritos al papel que este director ha jugado en su carrera: "Yo s¨¦ lo que ha luchado para poder tenerme en todos sus proyectos". El ¨²ltimo se llama El barco y, de nuevo, es una serie de televisi¨®n. En eso est¨¢n ahora.
Sea como fuere, lo cierto es que entre Mario y Mar¨ªa hay qu¨ªmica. "A la primera persona a la que o¨ª hablar de 3MSC fue a Mario. Estaba entusiasmado. Luego me llamaron a m¨ª para el casting. Y flip¨¦. Me apetec¨ªa volver a rodar con Mario?", dice ella. "?Qu¨¦ mentirosa eres!", responde ¨¦l. "Calla, porque sabes que es verdad, que adem¨¢s te lo he dicho en privado?", sigue ella. En cuanto tienen ocasi¨®n, comienzan una partida de pimp¨®n. Si Mario dice algo como: "Me gustar¨ªa aprender italiano" -que lo dijo-, Mar¨ªa le sale al quite: "?Porque te gustan las italianas?".
Mar¨ªa es madrile?a, "de Carabanchel. Fundamental dejarlo claro", y Mario, coru?¨¦s, "aunque siempre he vivido en Barcelona. Soy charnego. Me vine a Madrid a los 18, yo solo. Pero que a nadie le de pena porque me lo pas¨¦ muy bien". Aunque pertenezcan a la misma generaci¨®n de actores espa?oles, cada uno representa un modelo dentro de la profesi¨®n. A Mario lo pari¨® la tele. Mar¨ªa viene del cine. Lo que ambos tienen en com¨²n es llevar en este mundo desde peque?os. ?l empez¨® haciendo anuncios de televisi¨®n. "Para Scalextrix o Boomer. No me acuerdo bien, pero s¨¦ que me lo pasaba muy bien", cuenta. Ella se estren¨® en la cabecera del concurso ?Qu¨¦ apostamos? Con 11 a?os, y a los 15 dio el salto con la pel¨ªcula La flaqueza del bolchevique. "Estudi¨¦ interpretaci¨®n, pero no en serio, sino como actividad extraescolar que hac¨ªa de peque?a. En realidad, ser actriz era mi sue?o, no mi vocaci¨®n. Yo lo que quer¨ªa era aparecer en los carteles del cine de Callao. Ver mi cara en grande", revela. "Cuando yo empec¨¦ hab¨ªa muy poca gente de mi edad dedic¨¢ndose a esto. Ahora no. Ver gente de tu generaci¨®n en lo mismo que t¨² da mucho subid¨®n". A excepci¨®n de un curso en la escuela de Cristina Rota, Mario tampoco ha estudiado interpretaci¨®n. ?l defiende la escuela de la tele. "Te da callo porque no te queda otra que trabajar. Puedes tener la suerte de caer en una serie, pero luego lo tienes que demostrar. Te curte mucho. Te ense?a una serie de cosas t¨¦cnicas, de c¨¢mara y luz, que luego te facilitan el paso al cine. Esa ha sido mi suerte. A m¨ª me ha servido m¨¢s, en vez de Rota, hacer cursos de c¨¢mara, que te daban un texto, te pon¨ªan delante de una c¨¢mara y ten¨ªas que interpretar todo el rollo acad¨¦mico de buscar dentro de ti mismo. En la tele, como empieces con rollos de 'yo, de peque?o, porque mi madre?'. No hay tiempo para eso. Rota me ayud¨® m¨¢s para conocer gente que otra cosa".
Dos j¨®venes haciendo de adolescentes; un cl¨¢sico dentro de la cinematograf¨ªa teen. Mario, el mayor de tres hermanos, desvela que su despertar a la vida nada tuvo que ver con el de 3MSC. "Fue todo parque, banco, porros y colegas. Un rollo. Obviamente, la historia que cuenta esta pel¨ªcula es imposible. Puedes haber sentido lo que sienten los personajes alguna vez, pero poco m¨¢s. Eso es lo bueno que tiene, que no es la t¨ªpica peli espa?ola costumbrista". Contra todo pron¨®stico, Mar¨ªa, hija ¨²nica, opina: "Yo no creo que la vida real sea tan diferente de lo que sale en esta pel¨ªcula. Mi adolescencia fue muy divertida y alocada. He corrido m¨¢s de una vez delante de la poli? es lo que tiene Carabanchel. Pero, bueno? he cambiado mucho desde entonces".
A ambos les entusiasma la pel¨ªcula que acaban de rodar. "A m¨ª me parece redonda, si nos critican porque es comercial, pues bienvenido sea? No es una peli para mentir a la gente. No es de esas que usa actores de la tele para meter a gente en el cine. 3MSC no es eso. Es comercial y teen, pero tiene el mismo trabajo y el mismo sentimiento que una de autor. Yo prefiero salir en algo que la gente realmente vaya a ver que trabajar con un director de la hostia solo para poder decirlo", cuenta ¨¦l. Ella prefiere poner el acento en el director: "Me gustan las pel¨ªculas que no te hacen sufrir. Como esta. Es que Fer lo hace muy bien, el cabr¨®n. Y yo no he visto director m¨¢s currante que ¨¦l".
La sesi¨®n de fotos sigue su curso, y el juego entre Mar¨ªa y Mario, tambi¨¦n. A la pregunta de: "Vosotros dos? ?est¨¢is siempre ligando?", ella contesta: "Si estuvi¨¦ramos ligando, no lo har¨ªamos as¨ª. Es nuestro c¨®digo". ?l hace mutis por el foro. Hasta que le suena el m¨®vil. Lleva por melod¨ªa una frase de la pel¨ªcula La vida es bella: "Buenos d¨ªas, princesa", atrona el aparato. Y as¨ª, de nuevo, contin¨²a el tonteo.
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