Copas a precio de oro
Recorrido nocturno por los controles de alcoholemia de la Polic¨ªa Municipal
El sargento se planta en medio de la carrera con una llamativa linterna y manda parar a un veh¨ªculo que circula bajo el puente de Praga. "Buenas noches, estamos haciendo un control de alcoholemia y documentaci¨®n. ?Ha bebido usted algo de alcohol?". El hombre le mira tranquilo y responde que solo alguna cerveza. Sin m¨¢s. El polic¨ªa decide comprobarlo. El alcohol¨ªmetro no deja lugar a dudas. Rub¨¦n, un chileno de 36 a?os, ha consumido algo m¨¢s que una o dos ca?as. Arroja un primer resultado de 0,55 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Es decir, duplica la tasa legal. Pero su falta es a¨²n m¨¢s grave: no tiene carn¨¦ de conducir en Espa?a. Solo en Chile. Rub¨¦n se ha convertido as¨ª en el primer positivo durante los controles de alcoholemia de la Polic¨ªa Municipal durante la madrugada de ayer.
"Era un trayecto corto y pens¨¦ que no pasar¨ªa nada", dice un denunciado
Conducir ebrio supone 500 euros de multa y cuatro o seis puntos menos
"No puedo beber alcohol. Soy evang¨¦lico", se justific¨® un hombre
Algunas noches hay hasta 30 detenidos en la capital por asuntos de tr¨¢fico
El hombre se baja del coche aturdido y algo desorientado. No sabe lo que est¨¢ pasando. Pero lo peor para ¨¦l est¨¢ a¨²n por llegar. El etil¨®metro (un aparato de medici¨®n m¨¢s preciso) detecta que est¨¢ cometiendo un delito: conduce con 0,73 miligramos.Rub¨¦n no podr¨¢ conducir esta noche y seguramente muchas de las siguientes semans. El delito est¨¢ penado con retirada del carn¨¦ con un m¨ªnimo de ocho meses, adem¨¢s de una multa y de trabajos en beneficio de la comunidad. "Mi novia se encontraba mal del est¨®mago y he cogido yo el coche. S¨¦ que he bebido, pero como era un trayecto corto, de pocas cuadras [manzanas], pens¨¦ que no pod¨ªa pasar nada. Desde luego, es mala suerte", asume con resignaci¨®n. Y lo que es peor, este delito puede impedirle el permiso de residencia que est¨¢ tramitando.
"Dice que ha bebido poco, pero para dar esa tasa, ha pasado de los dos litros de cerveza", explica el agente que le ha hecho la prueba. En este caso, se le imputa el delito y se le deja ir. Ser¨¢ citado para un juicio r¨¢pido en los pr¨®ximos d¨ªas. "Solo van detenidos los que han conducido de forma temeraria o lo que est¨¢n implicados en accidentes graves. Si no lo hici¨¦ramos as¨ª, tendr¨ªamos los calabozos llenos", reconoce el mando. La Unidad municipal de Atestados de Tr¨¢fico efectu¨® durante 2009 4.000 detenciones. "La media es que tengamos entre 12 y 15 todas las noches. Algunas llegamos hasta los 25 o los 30", reconoce.
Hasta ayer, la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) puso en marcha una campa?a especial de control de alcoholemia en toda Espa?a, cuyo objetivo era hacer una media de 20.000 pruebas al d¨ªa. Adem¨¢s de los agentes de la Agrupaci¨®n de Tr¨¢fico de la Guardia Civil, tambi¨¦n se invit¨® a los municipios de m¨¢s de 25.000 habitantes. Entre ellos, l¨®gicamente, estaba la capital. "Algunos no se dan cuenta de las graves consecuencias que puede tener el beber alcohol y conducir", resume un polic¨ªa. Entre esos efectos est¨¢ el aumento del tiempo de reacci¨®n, incremento de la somnolencia, p¨¦rdida de control y problemas de coordinaci¨®n, adem¨¢s de excitabilidad o problemas de visi¨®n.
Mientras el control del puente de Praga tramita el atestado de Rub¨¦n, la actividad contin¨²a fren¨¦tica en los otros dos puntos. En Moncloa, son muchos los conductores que acaban de salir de cenar y que han podido beber alcohol. Sin embargo, ninguno da positivo. Casi todos se han abonado al 0,0. "En las primeras horas, suelen dar gente con alto poder adquisitivo que sale de cenar y que lleva coches potentes. Despu¨¦s, se para hasta las tres o las cuatro y a partir de ah¨ª, da todo el mundo, en especial j¨®venes, que llevan todo tipo de coches", explica el sargento, con una amplia experiencia en la Unidad de Atestados de Tr¨¢fico de la Polic¨ªa Municipal.
Mientras empieza a caer una d¨¦bil lluvia, un polic¨ªa detiene a un conductor y le ordena que se meta dentro de la l¨ªnea de conos. "?Ha bebido usted?". Pregunta de rigor, con respuesta sorprendente: "No puedo beber. Soy evang¨¦lico". Y para dar fe, saca un Evangelio. Sonrisas entre los agentes. Y efectivamente, tambi¨¦n da 0,0.
La noche transcurre tranquila. El fr¨ªo ha hecho que mucha gente se haya quedado en casa y que la circulaci¨®n haya bajado. Se ven muchos taxis ocupados, pero muchos m¨¢s con las luces verdes encendidas. En la zona pr¨®xima al estadio Santiago Bernab¨¦u, los conductores se han aprendido la lecci¨®n y, si beben, prefieren aparcar el coche.
"?Venga, venga por aqu¨ª! Vamos a ver c¨®mo va de matem¨¢ticas". El polic¨ªa municipal se lo suelta a un joven que luce una vistosa L verde en la luna trasera tintada. Y lo dice con iron¨ªa, la que da la experiencia de haber efectuado miles de pruebas de alcoholemia a lo largo de la carrera profesional. El conductor, 19 a?os y con siete meses de carn¨¦, se muestra entre preocupado e incr¨¦dulo. Sube a la furgoneta de Atestados y al poco empieza a soplar en el etil¨®metro. Este aparato, muy parecido a un ordenador, da la raz¨®n al agente: 0,48 militros de alcohol por litro de aire espirado. El conductor triplica la cantidad m¨¢xima permitida a los noveles. "Ve. Le fallan las matem¨¢ticas. No eran solo dos copas y tomadas hace un rato. Seguro que hab¨ªa alguna m¨¢s que se le olvidaba", le espeta el polic¨ªa, con una sonrisa en la boca.
La broma le supondr¨¢ a Johny una sanci¨®n de 500 euros -250, si paga en el periodo voluntario- y la retirada de cuatro puntos del carn¨¦. Si la tasa hubiera sido un poco m¨¢s alta, le habr¨ªa supuesto seis puntos. Al ser novel solo tiene ocho puntos durante los dos primeros a?os. Por tanto, en una sola noche, se ha quedado con la mitad. Las copas le han salido esta vez un poco caras. O bastante, seg¨²n se mire. Johny, vecino de Legan¨¦s, reconoce que ha bebido. "Solo han sido tres whiskys y de eso hace ya m¨¢s de cuatro horas. En los siete meses que tengo el carn¨¦, me han parado tres veces y solo en esta he dado positivo. En las dem¨¢s 0,0. Me parece raro que d¨¦ tanto", afirma con tono serio y muchas ganas de hablar. Ahora le tocar¨¢ esperar a que se le pase el efecto de la bebida o a que otra persona venga a recogerlo.
Justo delante de ¨¦l ha parado un coche blanco, que infunde serias sospechas a los polic¨ªas. Nada m¨¢s parar el motor, el conductor reconoce que no lleva ni carn¨¦ de conducir ni el de identidad. El coche tampoco es suyo y le falta parte de la documentaci¨®n. Los polic¨ªas se mosquean y le ordenan que se baje del veh¨ªculo, al igual que su acompa?ante. Primero les cachean, tras poner todo lo que llevan en los bolsillos encima del coche. Despu¨¦s les registran el coche. Lo ponen literalmente patas abajo. Los agentes se meten y con sus linternas comprueban desde la guantera hasta los bajos de los asientos.
?Y bingo! En el maletero, llevan una espada de m¨¢s de un metro de largo, adem¨¢s de una navaja de unos 10 cent¨ªmetros. "?Y esto de qui¨¦n es? ?Para qu¨¦ llevan esto ah¨ª dentro?", le pregunta el sargento. Ambos se encogen de hombros y aseguran que pertenece al due?o del coche. "Vale, vale. Nosotros nos quedamos con ella. Se la remitimos a la Delegaci¨®n del Gobierno y le rellenamos un acta de incautaci¨®n", resume un polic¨ªa. La broma puede suponerle un m¨ªnimo de 600 euros por llevar armas prohibidas.
La identificaci¨®n del conductor resulta a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. Tan solo dice que es de Usera y que aporta su nombre. La soluci¨®n tambi¨¦n la da de nuevo la experiencia. Los polic¨ªas consultan el padr¨®n y ven que los datos coinciden. Eso no le salvar¨¢ de la multa correspondiente por no llevar la documentaci¨®n. En este caso la sanci¨®n es barata: 10 euros -cinco, si paga pronto-.
En ese momento, cuando el reloj marca ya las cuatro de la madrugada, salta un comunicado inquietante por la emisora. "Atenci¨®n, atropello en la calle de Ezequiel Solana [Ciudad Lineal]". Al lugar se dirige adem¨¢s de una UVI m¨®vil del Samur los patrullas de la zona y un equipo de Atestados. En principio, todo har¨ªa pensar que es un accidente m¨¢s, pero las investigaciones de los agentes apuntan a que se trata de la continuaci¨®n de una ri?a previa en un domicilio cercano al lugar del siniestro.
Una pareja ha bajado del piso y otro hombre se ha plantado en medio de la calle. El conductor, lejos de frenar, le ha arrollado. Despu¨¦s ha chocado contra un veh¨ªculo estacionado. El sargento ante esta situaci¨®n decide acudir al sitio. Pone la luz azul al veh¨ªculo camuflado y le dice al conductor que vaya r¨¢pido para el lugar. La circulaci¨®n ha bajado, pero aun queda mucha gente en la calle. Hay que ir con cuidado en los cruces de la Castellana, sobre todo, porque ha llovido y el suelo est¨¢ muy resbaladizo. Algunos conductores ignoran la luz azul y deciden entorpecer el paso de los polic¨ªas.
Cuando los agentes municipales le hacen la prueba de alcoholemia, tambi¨¦n demuestra que ha bebido. Y mucho. El etil¨®metro marca un 0,91. De nuevo, los agentes est¨¢n ante un delito contra la seguridad vial. En la calle quedan los restos del choque. El veh¨ªculo del conductor ebrio se ha destrozado toda la parte delantera izquierda. El turismo estacionado se ha subido a acera del impacto y tiene parte del maletero hundido. A estas horas, por no haber, no hay casi ni curiosos.
Poco a poco, la madrugada da paso al amanecer. La emisora policial casi se ha quedado muda y solo salta alg¨²n comunicado de ruidos por botell¨®n en puntos alejados de la ciudad. "Bueno, al menos una noche algo tranquila", resume el sargento, al llegar a la unidad, en la calle de Plomo (Arganzuela). Tranquila, s¨ª, pero en una ciudad que nunca duerme. Y menos en temas de tr¨¢fico.
4.000 detenidos
- La Unidad de Atestados de Tr¨¢fico de la Polic¨ªa Municipal efectu¨® unas 4.000 detenciones el a?o pasado.
- Los ¨²ltimos datos reflejan que los agentes realizaron 13.461 pruebas ese mes. De ellas, 597 resultaron positivas, un porcentaje muy bajo. El mayor n¨²mero de positivos en relaci¨®n a las pruebas efectuadas (105 de los 226 controles) lo dieron los accidentes.
- Solo en octubre, Atestados detuvo o imput¨® delitos a 383 personas: 178 por estar implicados en infracciones graves, 124 en accidentes, 73 durante los controles de alcoholemia y 8 por mostrar "s¨ªntomas evidentes".
- En los controles tambi¨¦n participan especialistas del ?rea de Coordinaci¨®n en comprobar si la documentaci¨®n es real o si ha sido falsificada por los conductores.
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