Washington alent¨® la apertura del Papa hacia Turqu¨ªa y el islam
La diplomacia de EE UU calific¨® de "euroc¨¦ntrico" a Benedicto XVI y sigui¨® con preocupaci¨®n sus cr¨ªticas al mundo musulm¨¢n
"Euroc¨¦ntrico" y con escasas perspectivas de convertirse en una "figura prominente de la escena internacional", como lo fue su antecesor, Juan Pablo II. La elecci¨®n de Joseph Ratzinger como Sumo Pont¨ªfice el 19 de abril de 2005 fue recibida con sorpresa por la Embajada de EE UU en la Santa Sede, que en un cable de ese mismo d¨ªa destaca el ¨¦nfasis del hasta entonces cardenal en defender Europa de las "fuerzas del laicismo o el islam". El mismo nombre que ha adoptado (por san Benito, patr¨®n de Europa y fundador de la tradici¨®n mon¨¢stica occidental) es toda "una se?al", dice el informe. "En asuntos internacionales afrontar¨¢ un aprendizaje escarpado. Deber¨ªamos contactarlo pronto para ayudar a definir su enfoque mientras comienza a lidiar con el mundo m¨¢s all¨¢ de los muros del Vaticano".
Rez¨® en 2006 en la mezquita Azul de Estambul, donde ofreci¨® di¨¢logo
EE UU destaca en 2009 las relaciones interreligiosas del pont¨ªfice alem¨¢n
Algo muy concreto inquieta a EE UU: la declarada oposici¨®n de Ratzinger a que Turqu¨ªa, pa¨ªs de mayor¨ªa musulmana, aliado vital de Washington y miembro de la OTAN, ingrese en la Uni¨®n Europea. Como cardenal, lo calific¨® de "error". Como Papa, debe matizar sus recelos y asumir la postura oficial de la Santa Sede, que en teor¨ªa "no ve obst¨¢culos a la incorporaci¨®n de Turqu¨ªa a la UE siempre que cumpla con los requisitos y garantice la libertad religiosa".
Sin embargo, cinco meses despu¨¦s de la llegada de Ratzinger al papado, las relaciones con Ankara est¨¢n bajo m¨ªnimos. "?Relaciones? ?Qu¨¦ relaciones?", se lamenta un diplom¨¢tico turco en agosto de 2005. La Iglesia, explica, busca unas garant¨ªas para los cristianos que el secular Estado turco "no puede ofrecer". En otro cable, la embajada anota que "Benedicto no parece demasiado inclinado a construir puentes con el islam".
Las tensiones larvadas estallan el 12 de septiembre de 2006. Un discurso acad¨¦mico de Benedicto XVI en la Universidad alemana de Ratisbona inflama al mundo musulm¨¢n. En su conferencia, sobre la relaci¨®n entre la fe y la raz¨®n, el Papa lee una cita de Manuel II Pale¨®logo, un emperador bizantino del siglo XIV, sobre la yihad o guerra santa: "Mu¨¦strame lo que Mahoma ha tra¨ªdo de nuevo, y solo encontrar¨¢s cosas malas e inhumanas, como su disposici¨®n a difundir por medio de la espada la fe que predicaba". La indignaci¨®n se desata entre los dirigentes musulmanes de todo el mundo. Al Qaeda amenaza a los cristianos en Irak. Varios jerarcas del Vaticano intentan calmar las aguas. El Papa se disculpa y asegura que la cita no refleja su visi¨®n.
El an¨¢lisis de la Embajada de EE UU es incisivo. "Desaf¨ªa a la imaginaci¨®n", escribe el encargado de Negocios, Christopher Sandrolini, "pensar que semejante referencia al profeta Mahoma -?por parte del Papa!- fuera a pasar desapercibida". Benedicto XVI, a?ade, es conocido "por su meticulosidad" y "tambi¨¦n por un enfoque hacia el islam y el di¨¢logo interreligioso mucho m¨¢s fr¨ªo que el de Juan Pablo II". Tambi¨¦n "debe de haber sido deliberada" su menci¨®n al emperador Manuel, flagelo de los otomanos... justo dos meses antes de su viaje a Turqu¨ªa. "Seguiremos muy de cerca la evoluci¨®n", dice el cable.
Y la evoluci¨®n es, sin duda, sorprendente. El Gobierno turco, pese a su malestar, act¨²a con "la cabeza fr¨ªa" y mantiene el viaje. A ¨²ltima hora, incluso, el primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, se re¨²ne con Benedicto XVI, que respalda "el camino de di¨¢logo, acercamiento e integraci¨®n [de Turqu¨ªa] en Europa sobre la base de valores y principios comunes". Nada nuevo respecto a la postura del Vaticano, pero s¨ª respecto a su posici¨®n como cardenal. El Papa reza en la mezquita Azul de Estambul con el gran muft¨ª y ofrece al islam "di¨¢logo y convivencia" en Europa, insistiendo, eso s¨ª, en "la identidad cristiana" del continente.
EE UU est¨¢ exultante. Tras el discurso de Ratisbona y sus pronunciamientos como cardenal, el Papa "trat¨® de ofrecer una cara positiva, y su cambio de tono respecto a 2004 es destacable. El Vaticano mantendr¨¢ su neutralidad en el tema de la UE, pero ese llamamiento al di¨¢logo y a las reformas [en Turqu¨ªa] es ¨²til en el contexto de los objetivos de EE UU", escribe el diplom¨¢tico Sandrolini en diciembre de 2006. La embajada, se?ala en otro cable, est¨¢ insistiendo en que la "entrada de Turqu¨ªa en la UE es una oportunidad para mejorar la situaci¨®n de los cristianos" en ese pa¨ªs. El Vaticano es consciente de ello, si bien se muestra esc¨¦ptico sobre la voluntad real de Ankara de defender la libertad religiosa.
Benedicto XVI, el euroc¨¦ntrico, aparece ahora como un potencial "catalizador de un mayor acercamiento entre Turqu¨ªa y Europa, Este y Oeste, islam y cristiandad", escribe tras el viaje la consejera pol¨ªtica de la Embajada de EE UU en Ankara.
Y parece que no defraud¨® las expectativas. En un despacho de diciembre de 2009, la Embajada en la Santa Sede considera que la crisis abierta por el discurso de Ratisbona ha impulsado "el di¨¢logo con el mundo musulm¨¢n". "El n¨²mero y alcance de di¨¢logos interreligiosos [del Vaticano] no tienen parang¨®n en el mundo". Al menos 11 iniciativas se desarrollan con instituciones isl¨¢micas. Benedicto XVI cuenta con dos contrapartes fundamentales: Arabia Saud¨ª y Jordania. Ambas quieren contrarrestar el empuje de los extremistas. El Vaticano, garantizar la protecci¨®n de las minor¨ªas religiosas en los pa¨ªses musulmanes.
Ese acercamiento aproxima a la Santa Sede a la Administraci¨®n de Barack Obama, empe?ada en abrir una etapa de entendimiento con el mundo isl¨¢mico. Obama visita al Papa en julio de 2009. El Vaticano, se?ala la embajada, puede ser "un formidable socio para EE UU y otras naciones en la consecuci¨®n de objetivos comunes".
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