Educaci¨®n human¨ªstica
Ensayo. Las obras de la profesora y pensadora norteamericana Martha C. Nussbaum (Nueva York, 1947) aparecen con puntualidad en castellano; aunque sospechamos que acaso la urgencia de su publicaci¨®n influya en la mala calidad de algunas de sus traducciones. El ingl¨¦s de la autora se vierte a menudo con descuido. En el caso del libro que nos ocupa lo deslucido de la traducci¨®n no empa?a las ideas principales de Nussbaum, por lo dem¨¢s, sencillas de comprender; pero el texto parece m¨¢s un panfleto de pobre estilo que un ensayo serio de alerta y reivindicaci¨®n. La autora de libros tan sugerentes como El ocultamiento de lo humano o Paisajes del pensamiento aboga en esta ocasi¨®n por defender algo que en nuestras sociedades abiertas y avanzadas se le antoja a punto de quedar abandonado en el rinc¨®n de los recuerdos: la educaci¨®n human¨ªstica. Seg¨²n Nussbaum, una sociedad democr¨¢tica y din¨¢mica debe cuidar el avance tecnol¨®gico y la investigaci¨®n cient¨ªfica para encaminarse con ¨¦xito hacia las m¨²ltiples formas de adquisici¨®n de riqueza. Mas la consecuci¨®n de este objetivo no debe descuidar la educaci¨®n humana de sus ciudadanos. Las humanidades constituyen el humus del pensamiento. La filosof¨ªa, la historia, la literatura y las artes en general son disciplinas que -como muchos profesores de estas materias explican a sus alumnos de secundaria- en apariencia no sirven para nada y, sin embargo, fundamentan una vida buena y plena de sentido. Nussbaum reitera su tesis a lo largo del libro, en el que reivindica tambi¨¦n los logros pedag¨®gicos de pensadores de la educaci¨®n tales como Rousseau, Froebel o Dewey, hasta revisitar con grandes elogios al sabio bengal¨ª Rabindranath Tagore. Fueron abanderados de una educaci¨®n revolucionaria encaminada hacia la instrucci¨®n integral de los ni?os con el objeto de convertirlos en personas pensantes y con sentimientos. Dichos nombres y sus m¨¦todos de ense?anza deber¨ªan hallarse muy presentes en la educaci¨®n de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Asimismo, Nussbaum apela al recuerdo de las ense?anzas de S¨®crates en los Di¨¢logos de Plat¨®n, en tanto que paradigma humano en el que basarse para educar a los ni?os en el disenso democr¨¢tico. El ateniense fue un hombre valeroso al reivindicar el derecho a la duda, pero tambi¨¦n por atreverse a poner en un brete a sus conciudadanos sabelotodo descubri¨¦ndoles que cre¨ªan en ideas que ellos mismos no hab¨ªan fundamentado. En suma, lo que Nussbaum pretende revelar en este ensayo es algo obvio pero no siempre tenido en cuenta: es necesario aprender desde peque?os a pensar con independencia, sobre todo, hay que ejercitarse en conjeturar y plantear con l¨®gica los problemas para hallar soluciones. En una sociedad tan multicultural como la estadounidense, desde la que habla la autora (aunque tambi¨¦n est¨¢ muy familiarizada con la sociedad india actual), ser¨¢ b¨¢sico formar individuos con capacidad de razonamiento, a fin de que no se comporten como hienas cuando alg¨²n descerebrado al mando del Estado ordene que hay que repudiar y hasta exterminar a miembros de otra clase social, etnia o religi¨®n. Tal es la enorme preocupaci¨®n de la autora, que ve c¨®mo la tendencia generalizada de las sociedades avanzadas consiste en cifrar sus ¨ªndices de crecimiento en las ganancias materiales mientras eluden las bases humanas y humanitarias que constituyen una vigorosa educaci¨®n democr¨¢tica; en otras palabras, Nussbaum teme que la materia acabe por aplastar el esp¨ªritu de sus ciudadanos. En el fondo son verdades que parecen de Perogrullo, o que deber¨ªan parec¨¦rselo a personas m¨ªnimamente formadas. ?Se olvidar¨¢n alguna vez? Parece que, seg¨²n vaticina la autora, en las sociedades cada vez m¨¢s interesadas en la consecuci¨®n de placeres inmediatos y abotargadas por el af¨¢n de lucro, s¨ª. Y aqu¨ª entran en juego tanto el Estado verdaderamente democr¨¢tico como la familia amante de la cultura; unidos habr¨¢n de educar en independencia, imaginaci¨®n y sensibilidad humana a sus miembros (?casi nada!).
Sin fines de lucro. Por qu¨¦ la democracia necesita de las humanidades
Martha C. Nussbaum
Traducci¨®n de Mar¨ªa Victoria Rodil
Katz. Buenos Aires / Madrid, 2010
200 p¨¢ginas. 16,50 euros
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