Tesoros de Nashville en familia
El l¨ªder de Lambchop y Cortney Tidwell, dos heterodoxos de Nashville, unidos en un disco de country cl¨¢sico? Kurt Wagner y la cantautora comparecen al otro lado del tel¨¦fono: "Era inevitable, despu¨¦s de tantos a?os huyendo", alega ella, a prop¨®sito de Invariable heartache. Y hay motivo para ese ¨¢lbum de versiones: el abuelo de Tidwell, Slim Williamson, fue due?o del sello vaquero Chart en los sesenta y primeros setenta. Y su padre, Cliff, trabaj¨® como cazatalentos y productor en dicha etiqueta, a la que ahora el d¨²o homenajea. Un legado ancestral, el de Cortney, y parte de la banda sonora de su infancia para el transgresor de clich¨¦s con Lambchop.
Invariable heartache (lo firman como Kort, jugando con sus nombres de pila) no se centra en las piedras angulares de Chart, m¨¢s bien en flores raras de su cat¨¢logo. Nada de Jim Nesbitt, la primera estrella, ni de Lloyd Green, el mago de la steel guitar, a¨²n en activo. Ni siquiera del emblema, Lynn Anderson. Su marcha a Columbia (enseguida revent¨® las listas con Rose garden) supuso la antesala del fin para el peque?o sello independiente. "Las fugas a las majors rompieron el coraz¨®n a mi familia, por eso el disco ha sido una experiencia agridulce, aunque me haya sentido c¨®moda: cantar country me resulta natural", confiesa Tidwell.
"Se trataba de tocar solo con ciertos gui?os al sonido a?ejo", dice Wagner
La tristeza de Incredibly lonely, registrada en su versi¨®n de 1968 por los an¨®nimos Gene & Rod, abre un disco espl¨¦ndido, reacio a obviedades. "No habr¨ªa sido tan interesante grabar canciones m¨¢s conocidas. Cualquiera podr¨ªa hacerlo en plan karaoke", interviene Wagner, voz de nicotina. Y los arreglos no tienden a lo retro: "Se trataba de tocarlas de modo diferente, con solo ciertos gui?os al sonido a?ejo". Para Penetration, obra de una oscura banda, Three Heads, no hizo falta innovar: les atrap¨® por su intro de piano y su atm¨®sfera psicod¨¦lica. "Uno de los temas reproducidos m¨¢s fielmente, porque representa una m¨²sica que no se asocia con Nashville, adem¨¢s de otro aspecto del sello". Tidwell concreta: "A mi abuelo no le gustaba. Es de una ¨¦poca, en los setenta, en la que mi padre incorpor¨® a artistas influidos por el pop o el rock". Y solo la pizpireta Picking wild mountain berries gozaba de repercusi¨®n previa: "Cuando la grabamos, no sab¨ªa que exist¨ªa una versi¨®n de Loretta Lynn y Conway Twitty", reconoce el cerebro de Lambchop.
La colaboraci¨®n comenz¨® en 2006 con un cameo de Wagner en el segundo ¨¢lbum de Tidwell, Don't let the stars keep us tangled up (su freak folk dio lugar incluso a una remezcla del gur¨² electr¨®nico Ewan Pearson). Y de ah¨ª, a un cl¨¢sico country de Don Williams, I believe in you, interpretado a d¨²o en una actuaci¨®n en vivo muy celebrada en Nashville. ?Pero c¨®mo casan el gru?ido de ¨¦l y la gran voz de ella, menos et¨¦rea aqu¨ª? "Yo nunca dejo de aprender, y qu¨¦ mejor que hacerlo con los mejores cantantes. En realidad, solo algunos cortes son duetos: as¨ª canto menos", bromea Wagner. Y de paso, la alternancia evita el empalago. "Lo importante era poner el foco en la maravillosa obra de aquel sello". Chart alberg¨® tambi¨¦n a Connie Eaton, madre de Tidwell y vocalista malograda, a la que se dedica Who's gonna love me now? "Ver sus decepciones me alej¨® durante a?os de la m¨²sica", admite la cantautora. Y prefiere acabar con un apunte sobre las letras: "?Qui¨¦n no se identifica con el desamor? Muchas resultan cool de puro bobaliconas". "Y m¨¢s ahora, que todo el mundo es tan listo", remacha Wagner.
Invariable heartache est¨¢ editado por City Slang / Nuevos Medios.
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