La oscura diplomacia del Tercer Reich

La historia reciente de Alemania es una fuente inagotable de sorpresas. La ¨²ltima la ha provocado un libro que derriba el mito sobre la supuesta oposici¨®n silenciosa que el Ministerio de Exteriores mantuvo frente al ideario nazi. Das Amt und Die Vergangenheit (El ministerio y el pasado), ediciones Blessing, redactado por una comisi¨®n de historiadores guiada por el profesor Eckart Conze, describe a los diplom¨¢ticos del Reich como una "organizaci¨®n criminal". La conclusi¨®n es contundente: "Los diplom¨¢ticos estaban al tanto de la pol¨ªtica contra los jud¨ªos y tomaron parte activa en ella. (...) La cooperaci¨®n en el exterminio en masa era una de las ¨¢reas de actividad del ministerio en toda Europa".

El canciller Willy Brandt trabaj¨® con Ernst Achenbach, ex oficial del F¨¹hrer encargado de rastrear jud¨ªos en Francia

Pero no solo eso. Despu¨¦s de 1945, el Ministerio de Exteriores de la Rep¨²blica Federal ocult¨® a los ex criminales nazis. Sucedi¨® entre 1951 y 1955, etapa en la que Konrad Adenauer era canciller. Adenauer permiti¨® que ex miembros del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alem¨¢n) se quedaran en el equipo ministerial como diplom¨¢ticos, que ocuparon puestos en las Embajadas de pa¨ªses ¨¢rabes o latinoamericanos, donde era dif¨ªcil que tuvieran que enfrentarse a ninguna persecuci¨®n. Las cosas no cambiaron con Willy Brandt. A pesar de haber sido un firme opositor a Hitler, Brandt, una vez elegido canciller, sigui¨® trabajando con Ernst Achenbach, ex oficial del F¨¹hrer encargado de rastrear jud¨ªos en la Francis ocupada. Fue Joschka Eischer, al frente del Ministerio de Exteriores, quien cre¨® en 2005 una comisi¨®n para investigar hasta qu¨¦ fecha el departamento hab¨ªa ocultado su pasado nazi. Hasta la llegada de Fischer, muchos documentos hab¨ªan permanecido secretos.

El estudio fue publicado el mes pasado y al acto de presentaci¨®n asistieron los ¨²ltimos responsables de la diplomacia alemana, Fischer, Frank Walter Steinmeier y el actual responsable de esta cartera, Guido Westerwelle, aunque en distintos eventos. Los cables liberados a trav¨¦s de este trabajo se leen como una Wikileaks hist¨®rica que involucra a los diplom¨¢ticos alemanes en la persecuci¨®n de los jud¨ªos en Serbia, Francia, Suiza, Italia...

Los informes de los enviados del departamento de Exteriores fueron le¨ªdos y archivados cuidadosamente por empleados a las ¨®rdenes de Constantin Freiherr von Neurath y, m¨¢s tarde, de Joachim Ribbentrop, titulares de esta cartera durante los Gobiernos de Hitler. Franz Rademacher, "responsable de los jud¨ªos", fue enviado en octubre de 1941 a Serbia, donde coordin¨® deportaciones y ejecuciones en masa. A su vuelta escribi¨® un informe: "Los jud¨ªos varones ser¨¢n fusilados este fin de semana, as¨ª que el problema queda solucionado tal y como relata la Embajada en un comunicado". Los costes de su viaje est¨¢n registrados en un documento como: "Liquidaci¨®n de jud¨ªos en Belgrado". Ulrich von Hassell, embajador en Roma, estaba encantado en 1933 con la nueva etapa antijud¨ªa y escribi¨® claramente que quer¨ªa "ser un luchador activo, es decir, participar" en la eliminaci¨®n de jud¨ªos. Por su parte, Ernst von Weizs?cker, diplom¨¢tico en Berna, en 1933, anotaba preocupado que "en el exterior falta una comprensi¨®n de la acci¨®n antijud¨ªa, porque quiz¨¢ la influencia jud¨ªa no ha manchado todav¨ªa sus almas".

La necesidad de iluminar los bajos fondos del Ministerio de Exteriores alem¨¢n comenz¨® con una carta que Marga Hensler, ex traductora del departamento, de 92 a?os, envi¨® a Joschka Fischer quej¨¢ndose de un elogioso obituario del diplom¨¢tico Franz N¨¹sslein publicado en el a?o 2003 en una revista oficial. N¨¹sslein fue c¨®nsul general de Alemania en Barcelona entre 1962 y 1974, y durante la Segunda Guerra Mundial fue fiscal en la Checoslovaquia ocupada, donde firm¨® miles de sentencias de muerte contra presuntos miembros de la resistencia. Fischer, sorprendido y preocupado por la pol¨¦mica que hab¨ªa generado la carta de Hensler, decidi¨® poner en pie una comisi¨®n de investigaci¨®n: "Este es el obituario que este se?or se merece", dijo. Despu¨¦s de la publicaci¨®n del libro, Guido Westerwelle mand¨® una circular a las delegaciones diplom¨¢ticas alemanas en el mundo recomendando que descolgaran de las paredes todos los retratos de embajadores germanos anteriores a 1951. Inst¨® tambi¨¦n a las embajadas a investigar cualquier acusaci¨®n de nazismo contra sus antiguos representantes. Estos detalles y el apoyo de tres ministros de Exteriores han elevado el inter¨¦s del libro a los ojos del p¨²blico. Y la obra se ha convertido en un superventas en las librer¨ªas. Se han vendido 80.000 ejemplares entre noviembre y diciembre pasados. Tambi¨¦n ha generado un sinn¨²mero de art¨ªculos o entrevistas de otros historiadores que han ido analizando las 880 p¨¢ginas y 2.000 notas en b¨²squeda de incongruencias y superficialidades. El asunto est¨¢ que arde, y la pol¨¦mica, servida. Hans Mommsen, c¨¦lebre experto del Tercer Reich, explic¨® la semana pasada que el libro le caus¨® "horror" y que, en su opini¨®n, est¨¢ lleno de "errores enormes". J?hannes H¨¹rter, del Instituto de Historia Contempor¨¢nea de M¨²nich, dijo que no tiene "fundamento". Su colega de Fr¨¢ncfort S?nke Neitzel dijo que se trata de "pornograf¨ªa hist¨®rica". Se critica en particular la superficialidad y la falta de m¨¦todo cient¨ªfico por mezclar documentos in¨¦ditos con otros ya publicados. A pesar de esto, muchos pol¨ªticos, Fischer y Westerwelle entre ellos, est¨¢n convencidos de que la obra cambiar¨¢ para siempre la imagen de la diplomacia alemana. Lo mismo piensan los supervivientes del Holocausto. La actitud de Westerwelle "demuestra que la Alemania actual es muy seria en su intenci¨®n de confrontarse honesta y dolorosamente con su oscuro pasado", dijo Elan Steinberg, vicepresidente de la Uni¨®n Americana de Supervivientes Jud¨ªos.