Distop¨ªas fronterizas
La muerte del CBP One inaugura una nueva era de restricciones migratorias, que deshumanizar¨¢ a¨²n m¨¢s a millones de personas
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Era un rumor que viajaba de murmullo en murmullo en la frontera estos d¨ªas: el CBP One estaba por caer. La aplicaci¨®n que hab¨ªa dise?ado el Gobierno de Estados Unidos, de la mano de Joe Biden, para organizar la miriada de peticiones de asilo que recib¨ªa cada d¨ªa, ten¨ªa los d¨ªas contados. ?Qu¨¦ ser¨¢ de nosotros si eso ocurre?, se preguntaban en las g¨¦lidas calles de Ciudad Ju¨¢rez, los migrantes reci¨¦n llegados, con sus citas de la app. Sol, una ciudadana venezolana que ten¨ªa su cita el 29 de enero, no quer¨ªa ni pensarlo.
La incertidumbre no ha durado demasiado, porque este lunes, el d¨ªa m¨¢s triste del a?o, seg¨²n la moderna tradici¨®n anglosajona, el nuevo presidente de la gran potencia mundial, Donald Trump, ha empleado sus primeros minutos en el cargo en mandar la app al museo de las pol¨ªticas p¨²blicas. Al s¨®tano del museo, m¨¢s bien. Para el entorno de Trump, la CBP One simbolizaba la parte m¨¢s retorcida del progresismo contempor¨¢neo, porque permit¨ªa la entrada al pa¨ªs de cientos de miles de migrantes al a?o, sin ning¨²n tipo de control.
Ya en la ma?ana, como contaban las compa?eras Beatriz Guill¨¦n y Almudena Barrag¨¢n desde Ju¨¢rez y Tijuana, la app empezaba a informar de que todas las citas quedaban canceladas. No importaba el tiempo que Sol y otras miles de personas como ella hab¨ªan tardado en conseguir que las atendieran, el dinero gastado en llegar a una de las puertas de entrada a EE UU, la separaci¨®n de sus familias... El dolor, en fin, en que se ha convertido, en el siglo XXI, una de las actividades b¨¢sicas del ser humano: migrar.
La ca¨ªda en desgracia del CBP One anuncia un cambio de paradigma, lo que algunos especialistas, caso de Nina Glick, han dado en llamar ¡°el fin de la migraci¨®n tal y como lo conocemos¡±. No es que el cambio llegue ahora, con Trump. La mera presencia del republicano en a?os de Biden, su discurso y sus modos agresivos, empujaron a los dem¨®cratas a pol¨ªticas migratorias cada vez m¨¢s restrictivas. De hecho, el CBP One era una herramienta que ayudaba a entornar, casi cerrar, la ventana del asilo pol¨ªtico, una de las pocas que quedaban abiertas para entrar al pa¨ªs.
Pero la l¨®gica pendular con que gobiernos dem¨®cratas y republicanos encaraban sus acercamientos a la migraci¨®n ¡ªlos primeros, aparentemente m¨¢s humanos, los segundos, sigilosamente m¨¢s prohibitivos¡ª parece abocada a su fin. Los republicanos pretenden cambiar de arriba a abajo la noci¨®n, convertir al migrante en un impertinente, por emplear un eufemismo. Algo que choca con la historia de un pa¨ªs que cuenta con casi 50 millones de personas que nacieron fuera de sus fronteras, seg¨²n la Oficina del Censo.
Y ahora, ?qu¨¦? Cientos de miles de migrantes, muchos de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, etc¨¦tera, aguardaban estos d¨ªas sus citas en M¨¦xico. ?Volver¨¢n a sus pa¨ªses, se quedar¨¢n en la naci¨®n del ¨¢guila y la serpiente? Son preguntas adecuadas, claro. Igual que cuestiones relacionadas con el futuro de los flujos migratorios, si crecer¨¢n o no, si el r¨ªo, el desierto y, en muchos casos, la muerte, volver¨¢n a convertirse en opciones y destinos... Porque, ?qu¨¦ har¨ªa usted si hubiera empe?ado hasta la sangre de sus venas en llegar a una frontera que, de repente, parecen cerrarle para siempre?
Luego est¨¢n los millones de migrantes que ya viven al norte del r¨ªo Bravo, en situaci¨®n legal irregular. ?En qu¨¦ los convertir¨¢ el nuevo Gobierno de Trump, en impertinentes en ejercicio? ?l y su segundo, el vicepresidente JD Vance, han insistido en los ¨²ltimos meses en un ejercicio de deportaci¨®n masiva, de brocha gorda, a lo bruto. M¨¢s all¨¢ de los argumentos que se?alan la imposibilidad material de llevarla a cabo y de la cat¨¢strofe econ¨®mica que supondr¨ªa ¡ªsorpresa, EE UU necesita la mano de obra migrante¡ª el asunto es el miedo.
?Qu¨¦ puede esperarse de un pa¨ªs que convierte el miedo ¡ªa la detenci¨®n, a la deportaci¨®n, a perderlo todo¡ª en su principal impulso relacional con millones de personas?
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