Cuenten con mi presencia
La fotograf¨ªa, tomada en el aeropuerto de Barajas el pasado 3 de diciembre, da una idea del caos provocado por la huelga salvaje de los controladores a¨¦reos. Entre los rostros de perplejidad, de desamparo, de hast¨ªo o de des¨¢nimo, distinguimos de s¨²bito, en la parte inferior derecha de la imagen, a un par de j¨®venes bes¨¢ndose en la boca. Observen las manos de ¨¦l colocadas sobre la dulce curva de la regi¨®n lumbar de la chica mientras que el brazo de esta rodea el cuello del amado atray¨¦ndolo con fuerza hacia s¨ª. Si uno leyera la foto de arriba abajo y de derecha a izquierda, como se lee un texto, se quedar¨ªa sorprendido por este final feliz que quiz¨¢ sea el principio de algo.
Por los mismos d¨ªas del desastre a¨¦reo, un polic¨ªa se arroj¨® a las v¨ªas del metro de Madrid para salvar a un hombre a punto de ser arrollado por un tren. El polic¨ªa fue condecorado por su heroica acci¨®n. Nos parece muy bien. ?Pero por qu¨¦ nadie se preocup¨® de localizar a esta pareja que combati¨® la desesperaci¨®n a besos? Ese beso dado y recibido en medio del caos aeroportuario es el hilo conductor de la existencia. Estamos jodidos, de acuerdo, pero la vida sigue y ah¨ª tienen la demostraci¨®n de que el mundo no se acaba. Ojal¨¢ fu¨¦ramos capaces, en los momentos de mayor zozobra, de volvernos hacia nuestra pareja para intercambiar con ella una manifestaci¨®n de amor como la de la imagen. Proponemos que se localice a los j¨®venes para rendirles un homenaje en el mejor restaurante del aeropuerto de Madrid, donde a los postres ser¨ªan condecorados por el ministro de Fomento. Cuenten con mi presencia.
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