Jardines hist¨®ricos, patrimonio fr¨¢gil
La especulaci¨®n, la escasez de recursos y la desprotecci¨®n, principales amenazas
Para el islam el jard¨ªn es la representaci¨®n del para¨ªso en la tierra, un lugar m¨ªtico que el Cor¨¢n cita en m¨¢s de 6.000 ocasiones. Fuentes, surtidores, acequias, vegetaci¨®n y arquitectura se combinan en los jardines del mundo isl¨¢mico en ejemplos tan bellos y conocidos como el patio de los Naranjos de la Mezquita de C¨®rdoba, el Generalife o el patio de los leones de la Alhambra, lugares que han inspirado a muchos de los que se han creado con posterioridad. Pero los jardines hist¨®ricos son un patrimonio fr¨¢gil y amenazado por la especulaci¨®n urban¨ªstica, la falta de seguridad, la escasez de recursos y la poca implicaci¨®n de las Administraciones. El Colegio de Arquitectos de Catalu?a ha reunido a unos 200 especialistas en Barcelona en las jornadas Jardines: del artificio a la restauraci¨®n, en las que se han analizado los retos a los que se enfrentan los restauradores de este patrimonio.
En Catalu?a solo hay seis jardines catalogados con la m¨¢xima protecci¨®n
"Con la restauraci¨®n del banco del parque G¨¹ell han desvirtuado la obra de Gaud¨ª"
Para el islam el jard¨ªn es la representaci¨®n del para¨ªso en la tierra
Tocan cinco metros cuadrados de zona verde a cada barcelon¨¦s
De hecho, de los m¨¢s de 2.000 Bienes Culturales de Inter¨¦s Nacional que hay catalogados en Catalu?a, solo seis son jardines hist¨®ricos -Marimurtra (Blanes), Les Pesqueres (Banyoles), Santa Clotilde (Lloret de Mar), Ciutadella y el parque G¨¹ell (Barcelona) y la Devesa (Girona). "Aunque podr¨ªan ser m¨¢s de 100", asegura el arquitecto y paisajista Francesc Nav¨¦s. Para Nav¨¦s, catalogaci¨®n implica obligaciones que los propietarios no siempre est¨¢n dispuestos a asumir. "Muchos han reformado o ampliado sus casas a costa de sacrificar los jardines de forma impune". El especialista, que ha dirigido la restauraci¨®n de jardines como los del castillo de Perelada y del Ateneo Barcelon¨¦s, reclama que las comisiones de patrimonio velen por la preservaci¨®n de los jardines. "Es triste que se preocupen de que se respeten todos los detalles del edificio y no les importe si se arrasa la vegetaci¨®n del jard¨ªn", denuncia.
La falta de un criterio com¨²n y de un ¨®rgano que regule las intervenciones es lo que tambi¨¦n reclama el arquitecto Enric Batlle, uno de los responsables del plan director del parque de la Ciutadella de Barcelona. "De nada sirve restaurar un parque y plantar la vegetaci¨®n original sin un mantenimiento adecuado. El crecimiento de la vegetaci¨®n modifica su imagen constantemente y existe una tendencia a unificar papeleras, plantas y farolas, por lo que en 10 a?os todos los jardines acaban pareci¨¦ndose", asegura en una clara cr¨ªtica a Parques y Jardines, la entidad municipal responsable de las casi 3.000 hect¨¢reas de zonas verdes que hay en la ciudad (unos cinco metros cuadrados por barcelon¨¦s).
Precisamente, Parques y Jardines ha finalizado diversos trabajos de restauraci¨®n: los jardines del Laribal y del Teatre Grec, ambos creados por el paisajista Forestier a principios del siglo XX en Montju?c inspirados en los del Generalife de Granada. Tras invertir 2,16 millones de euros, los jardines del Grec recuperaron la vegetaci¨®n original y los elementos ornamentales como columnas y p¨¦rgolas. Sin embargo, para Patricia Falcone, jefa de proyectos de Parques y Jardines, uno de los principales problemas de este patrimonio es la falta de seguridad que evite los continuos actos vand¨¢licos, algo que le ha llevado a sustituir las macetas de barro originales por otras de pl¨¢stico. La desprotecci¨®n hist¨®rica que ha sufrido este patrimonio de Montju?c, que no est¨¢ catalogado, ha hecho que desapareciera en parte. Es el caso de la plaza del Solsticio que Forestier cre¨® como lugar central del Laribal y que fue arrasado en 1975 para construir encima la Fundaci¨®n Mir¨®. "El edificio nunca ha dialogado con el jard¨ªn", sentencia Falcone.
Por su parte, Carmen A?¨®n, considerada la mayor autoridad en Espa?a sobre el tema, asegura que "para restaurar un jard¨ªn se ha de conocer su raz¨®n de ser y su esencia y toda la documentaci¨®n". "Las dos guerras que asolaron Europa acabaron con jardines tan conocidos como los de Peterhof, en San Petersburgo, Linderhof en Baviera y Villandry en Francia. Todos est¨¢n restaurados y nos parecen maravillosos", recuerda la especialista. "Moralmente, no tenemos autoridad para criticar esos trabajos, como tampoco podemos hacerlo con la restauraci¨®n de Varsovia", explica A?¨®n, firmante de la Carta de Florencia de 1981 por la que los jardines hist¨®ricos pasaron a ser considerados monumentos.
Asesora de la Unesco y profesora del ¨²nico curso que se imparte en Espa?a sobre esta materia en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, A?¨®n explica que "cualquier disonancia en un jard¨ªn deja ver que la restauraci¨®n ha fracasado". "Yo misma he fracasado en el Retiro, el jard¨ªn m¨¢s antiguo de Europa, al no poder vencer a los 27 departamentos que lo dirigen, que cuando no colocan unas farolas que les han sobrado de otro lugar pintan un circuito para bicicletas", afirma. Conocedora de la obra de Gaud¨ª, ha defendido la candidatura de su obra ante la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y asegura que "los trabajos de restauraci¨®n en el banco situado sobre la sala hip¨®stila del parque G¨¹ell se han cargado la perspectiva y han desvirtuado su obra".
En las jornadas tambi¨¦n se pudieron ver ejemplos de restauraci¨®n de jardines franceses como el del Bosquet des Trois Fontaines de Versalles y el jard¨ªn lineal de tres kil¨®metros de largo del palacio real de Caserta en Italia, uno de los edificios m¨¢s grandes construido en toda Europa en el siglo XVIII.
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