Viejas sensaciones en La Catedral

El 12 de junio de 1960, el Athletic elimin¨® al Bar?a de Kubala en octavos de final. Hab¨ªa perdido 3-1 en el Camp Nou y venci¨® en San Mam¨¦s 3-0. Fue una gesta de la que apenas nadie se acuerda. Ni siquiera Koldo Agirre, un centrocampista fino, de poco correr y mucho tocar, que recuerda, no obstante, que despu¨¦s, con ¨¦l en el banquillo rojiblanco, eliminaron al Bar?a de la Copa de la UEFA. Una fecha inocua, al parecer, aunque significa que hace 50 a?os que el Athletic no elimina al Bar?a de la competici¨®n de Copa, siendo ambos los m¨¢s laureados en esta competici¨®n que admiran por encima de rendimientos m¨¢s concretos (econ¨®micos o deportivos).

La Copa del Rey que hoy arranca con tres partidos de vuelta de los octavos de final tiene el punto de mira en San Mam¨¦s. No es f¨¢cil encontrar al Bar?a con un 0-0 en el partido de ida (un resultado que solo se ha producido una vez en los enfrentamientos coperos entre ambos equipos) y por lo tanto con un partido incierto en La Catedral. "En San Mam¨¦s, la gente va a apretar, le van a perdonar todo a sus jugadores y van a ayudar a su equipo hasta el final", afirm¨® ayer Guardiola. "Si van perdiendo, nos van a meter en el ¨¢rea seguro y, atacar¨¢n. Si no controlamos el partido, tendr¨¢n ocasiones de gol. Aunque aqu¨ª hubi¨¦ramos ganado por uno o dos goles de diferencia hubiera sido igual de complicado. Es San Mam¨¦s, y all¨ª siempre hemos tenido muchas dificultades. Ser¨¢ un partido de todo o nada. Los dos necesitamos marcar".

Guardiola: "Si van perdiendo, nos meter¨¢n en el ¨¢rea. Es todo o nada"

Medio siglo no ha invalidado el efecto San Mam¨¦s. Los fieles de La Catedral hicieron cola incluso dos noches para adquirir las 1.158 entradas puestas a la venta. Se trata de reeditar el efecto de la semifinal contra el Sevilla en 2009, cuando Bilbao se volc¨® con el equipo desde el hotel de concentraci¨®n hasta el campo en un ¨¦xtasis desconocido desde los a?os ochenta en Bilbao. Aquellos a?os en los que el Athletic venci¨® al Barcelona en la final del 84, saldada con unos incidentes impropios de ambos equipos y de la competici¨®n. "Nosotros quer¨ªamos jugar y ellos no", recuerda V¨ªctor Mu?oz, "porque adem¨¢s tuvieron la fortuna de hacer un gol [de Endika] y luego se dedicaron a interrumpir el partido". Despu¨¦s llegaron las peleas. Andoni Zubizarreta, entonces portero del Athletic, hoy director general del Bar?a, no vivi¨® los incidentes porque fue a atender a Sola, que hab¨ªa sido golpeado por Maradona, y le acompa?¨® al vestuario. "Cuando regres¨¦, los incidentes hab¨ªan concluido", dice.

Fue el manch¨®n entre dos equipos que vuelven a encontrarse en condiciones muy distintas. "Ahora es m¨¢s dif¨ªcil eliminar al Bar?a que cuando lo conseguimos nosotros", asegura Koldo Aguirre, que entiende que la diferencia entre ambos es mayor que la que hab¨ªa hace medio siglo. "Lo cierto es que las propuestas en el 84 eran muy similares en cuanto a lo f¨ªsico", recuerda Andoni Zubizarreta, "aunque los estilos fueran diferentes". Caparr¨®s y Guardiola han guardado cartas porque saben de la trascendencia del envite. El t¨¦cnico del Athletic protegi¨® a Javi Mart¨ªnez, Susaeta y Gabilondo frente al Deportivo, con un mal resultado; Guardiola no pudo contar con Messi, Puyol y Piqu¨¦, con un mal partido ante el Levante, pero un resultado apetecible.

Es curioso que los recuerdos se agolpen en la famosa final del 84 y se derriten en los enfrentamientos posteriores. Especialmente los octavos de final de 1990 que resolvi¨® Ronald Koeman por la v¨ªa r¨¢pida: un penalti en Barcelona, un penalti en Bilbao. Lo recuerda Guillermo Amor, que sintetiza en la forma de resolver ambos partidos "la dificultad que entra?aba solventarlos".

Bilbao pide ambiente por todo lo alto en una competici¨®n que vuelve a vivir con gran pasi¨®n y fuertes emociones: largas colas, aforo vendido, solicitud de engalanar la ciudad de rojo y blanco, autob¨²s del Athletic, toda esa sensaci¨®n que apunta a que 40.011 rojiblancos se enfrenten a once jugadores del Bar?a, a ser posible solitarios y taciturnos. El mejor cartel para la vieja Copa.