Hawass exige que se restaure el gran obelisco de Nueva York
El busto de Nefertiti, la Piedra de Rosetta... s¨ª, pero cuando se piensa bien en cu¨¢l es el patrimonio del Egipto fara¨®nico m¨¢s impresionante que se encuentra fuera del pa¨ªs solemos olvidar lo m¨¢s obvio: los obeliscos, las llamadas agujas de Cleopatra.
Hay varios repartidos por todo el mundo, pero los verdaderamente monumentales, de m¨¢s de 20 metros, aut¨¦nticos titanes de piedra, son ocho: cuatro en Roma (entre ellos el de la plaza de San Pedro), el de la plaza de la Concordia de Par¨ªs, el del muelle Victoria de Londres, el de Atmeidan en Estambul y el de Central Park en Nueva York.
Este ¨²ltimo, mandado levantar precisamente por Tutmosis III, ha atra¨ªdo la celosa mirada de Zahi Hawass. De momento, el poderoso se?or de la arqueolog¨ªa egipcia no lo reclama directamente: eso, aunque consecuente con su agresiva pol¨ªtica de retorno de la herencia fara¨®nica, ser¨ªa abrir una verdadera caja de los truenos patrimonial; ?c¨®mo despojar a las grandes capitales del mundo de esos monumentos que ya son emblem¨¢ticos de sus fisonom¨ªas urbanas, por no hablar del reto de ingenier¨ªa que ser¨ªa abatirlos y transportarlos? -el de la plaza romana de San Juan de Letr¨¢n supera las 500 toneladas-.
?Petici¨®n de devoluci¨®n?
Hawass lo que pide de entrada es que se restaure urgentemente el obelisco americano que, denuncia, se encuentra en un injustificable estado de abandono y amenaza ruina. Si no se le hace caso, dice, exigir¨¢ la devoluci¨®n a Egipto para cuidarlo all¨ª debidamente. "La protecci¨®n y conservaci¨®n de las antig¨¹edades egipcias es mi deber y considero necesario luchar por las de este obelisco", ha se?alado Hawass, que ayer envi¨® una carta al alcalde de Nueva York solicitando el cuidado del gigante p¨¦treo, llevado a Estados Unidos en 1880.
El alto cargo egipcio se?ala especialmente da?os en el texto en jerogl¨ªficos que "ha desaparecido completamente en algunas partes". Y amenaza: "Si Nueva York no puede conservar adecuadamente este obelisco, seguir¨¦ los pasos necesarios para devolverlo a casa y salvarlo de la ruina".
De los grandes obeliscos egipcios que se conservan, solo cuatro permanecen en territorio egipcio -cinco si se a?ade el obelisco inacabado en la cantera de Asu¨¢n-: dos en Karnak, frente al cuarto pilono del templo; uno en Matarieh, en las afueras de El Cairo, y otro, cuya soledad fue cantada por Pierre Loti, en la entrada del templo de Luxor: su gemelo es el que fue llevado a Par¨ªs en 1836, mutilando la armon¨ªa del conjunto monumental. No hay precedentes de la devoluci¨®n de un obelisco egipcio pero s¨ª de uno et¨ªope: el de Axum, en 2005.
Babelia
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