El Cabanyal espera una soluci¨®n tras un a?o de paralizaci¨®n del plan
2011 abre un nuevo escenario para el conflicto del barrio de Valencia
La esperanza de un futuro mejor y el des¨¢nimo por a?os de degradaci¨®n urbana y social conviven en El Cabanyal desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. A?os en los que el plan del Ayuntamiento de Valencia, gobernado por el PP, de prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez a costa del derribo de m¨¢s de 450 casas ha polarizado el debate pol¨ªtico y ha marcado la relaci¨®n de muchos vecinos de este barrio marinero. Unos a favor y otros en contra de la operaci¨®n urban¨ªstica, pero todos pendientes de una soluci¨®n que ponga freno al deterioro de su entorno, les devuelva la seguridad en sus calles y les ofrezca la calidad de vida que corresponde a un espacio privilegiado junto a las playas de la ciudad.
Gallart: "Hay que seguir presionando para solucionar problemas"
"Que hagan la avenida o no, pero que se decidan ya a hacer algo", pide Concepci¨®n Forn¨¦s, de 49 a?os, como otros vecinos. El barrio contin¨²a a la expectativa de un cambio un a?o despu¨¦s de que el Ministerio de Cultura decidiera suspender el plan impulsado por la alcaldesa, Rita Barber¨¢, por considerarlo un expolio al patrimonio hist¨®rico y art¨ªstico del barrio. La orden de paralizaci¨®n y la exigencia de que se elaborara un proyecto urban¨ªstico que respete la singularidad de El Cabanyal no ha solucionado los problemas, pero ha abierto un nuevo escenario en el largo conflicto.
Para empezar, las excavadoras han dejado de derribar casas, lo que es "positivo" y "permite albergar esperanzas de que al final se pueda abrir un di¨¢logo" para recuperar el barrio sin destruir su trama urbana, opina el presidente de la asociaci¨®n de vecinos de El Cabanyal-Canyamelar, Vicente Gallart. Un di¨¢logo que, en el plano pol¨ªtico, se antoja muy dif¨ªcil. La orden ministerial recrudeci¨® la batalla por El Cabanyal. El enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la Generalitat, que intentaron sortear la paralizaci¨®n, y el Gobierno ha acabado en el Tribunal Constitucional.
Por otra parte, el nuevo candidato socialista a la alcald¨ªa de Valencia, Joan Calabuig, tiene una perspectiva distinta a la defendida hasta ahora por el grupo municipal que dirige Carmen Alborch. Ha llegado a hablar de "prolongaci¨®n consensuada", aunque despu¨¦s matiz¨® que no hab¨ªa cambio de estrategia, sino una intenci¨®n de "poner por delante la revitalizaci¨®n del barrio a lo de prolongaci¨®n s¨ª o prolongaci¨®n no".Calabuig, cuyas declaraciones sorprendieron en el barrio y en el partido, tendr¨¢ ocasi¨®n de detallar su propuesta sobre El Cabanyal a los vecinos en un acto previsto la semana pr¨®xima en el Ateneo Mar¨ªtimo. "La palabra prolongaci¨®n no es peque?a, es una bomba aqu¨ª, pero creo que hay una trayectoria de partido que no cambiar¨¢", opina sobre la pol¨¦mica Maribel Dom¨¦nech, portavoz de Salvem El Cabanyal. Las elecciones municipales est¨¢n cerca. La plataforma promover¨¢ "que se vote" y mantendr¨¢ su l¨ªnea de "independencia" y defensa de la rehabilitaci¨®n del barrio "por la v¨ªa pol¨ªtica, judicial y social".
La salida al conflicto pol¨ªtico parece lejana, con elecciones o sin ellas. "Nosotros debemos confiar en nuestras propias fuerzas. Tenemos que seguir presionando y contactando con todas las instituciones para buscar soluciones a los problemas y que se oiga nuestra voz", afirma Vicente Gallart. Un empe?o complicado por la tensi¨®n constante con el Ayuntamiento. En la retina del barrio siguen grabadas las im¨¢genes de la carga policial contra los vecinos que trataron de impedir el pasado abril que las m¨¢quinas enviadas por Barber¨¢ demolieran varias casas.
Adem¨¢s, el gobierno local respondi¨® a la prohibici¨®n judicial de derribar m¨¢s casas con la suspensi¨®n de cualquier licencia de obras y actividad en El Cabanyal, aunque fuera para pintar una fachada o mejorar un negocio. Los vecinos reaccionaron con quejas ante el S¨ªndic de Greuges y el Defensor del Pueblo con el argumento de que la suspensi¨®n del proyecto urban¨ªstico no puede condenar los intentos del propio barrio por "recuperar un escenario de normalidad" que ayude a "la reactivaci¨®n social y econ¨®mica". Las protestas de los vecinos, a las que se sumaron las de los comerciantes, han llevado finalmente al gobierno local del PP a abrir algo la mano. En los ¨²ltimos meses, aunque con cuentagotas, han empezado a aprobarse algunos permisos. La posici¨®n oficial del Ayuntamiento, sin embargo, no ha variado. El equipo de gobierno insiste en que no puede dar licencias porque lo impide la orden ministerial, pese a que un informe de la Abogac¨ªa del Estado avala que se den cuando no da?an el patrimonio hist¨®rico.
M¨¢s all¨¢ de esa batalla, la asociaci¨®n vecinal exige de manera constante que se incremente la presencia policial y se eliminen focos de insalubridad por las basuras acumuladas en solares y en torno a contenedores. "En esos aspectos ha habido una mejora unos meses, aunque ¨²ltimamente vuelven a aumentar las quejas", constata Gallart.
"Yo no veo mejora. Esto est¨¢ mal, mal, mal", opina al respecto P. G., de 59 a?os, que no quiere dar su nombre "por seguridad" en una de esas calles de El Cabanyal en las que se vende droga y hay casas ocupadas por familias gitanas. "Esto hay que tirarlo", a?ade. Otros, como Francisco Zafra, de 46 a?os, tampoco ven futuro al barrio. "Esto est¨¢ igual que hace un a?o, por no decir peor", afirma a las puertas de un bar del barrio. "Pero si quisieran, lo podr¨ªan arreglar", a?ade su compa?era, Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez, de 50 a?os. Frustraci¨®n y esperanza se alternan en las conversaciones, pero sobre todo la petici¨®n de que algo "se mueva".
En eso se centrar¨¢ Salvem El Cabanyal, que hace un balance "positivo" del ¨²ltimo a?o. "Seguimos existiendo, luchando por la prosperidad de este barrio, por desarrollar su gran potencial", afirma Dom¨¦nech. Por una "rehabilitaci¨®n sin destrucci¨®n", como piden los carteles colgados en fachadas del barrio, que en el ¨²ltimo a?o han empezado a alternarse con otras que reclaman la prolongaci¨®n de la avenida defendida por Barber¨¢, en cuyo apoyo ha nacido tambi¨¦n una nueva asociaci¨®n vecinal. Dos maneras de imaginar el futuro de El Cabanyal que contin¨²an vivas en el barrio y a la espera de soluciones.
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