La melancol¨ªa persigue a los herederos del sah de Persia
Farah Diba ha perdido a sus hijos Ali Reza y Leila, incapaces de vivir en el exilio
Ali Reza Pahlav¨ª, el segundo hijo var¨®n del fallecido sah de Persia y su tercera esposa, Farah Diba, se suicid¨® el pasado martes en su domicilio de Boston. La familia, que desde el a?o pasado trata de vincularse al movimiento popular de oposici¨®n surgido dentro de Ir¨¢n, ha querido enmarcar esta nueva tragedia en el contexto de la crisis pol¨ªtica que atraviesa su pa¨ªs. Sin embargo, todo apunta a que el pr¨ªncipe, como su hermana Leila en 2001, sucumbi¨® a la depresi¨®n. Sean cuales sean las muestras de simpat¨ªa de los exiliados iran¨ªes, el recuerdo de los abusos de su progenitor hace mucho tiempo que cerr¨® las puertas a la monarqu¨ªa en Ir¨¢n.
Aunque la revoluci¨®n que destron¨® al sah en 1979 era furibundamente antimon¨¢rquica (hasta el punto de que lleg¨® a negar a los reyes persas), el r¨¦gimen isl¨¢mico ya no ve a la familia real como una amenaza. De hecho, los medios de comunicaci¨®n iran¨ªes dieron la noticia a pesar de que lo habitual es que ignoren todo lo relacionado con los Pahlevi, mientras que las webs reformistas apenas la han mencionado. La mayor¨ªa se ha referido a "la muerte del hijo del anterior dictador". Solo el ultraconservador Kayhan ha utilizado un tono burl¨®n relacionando el suicidio con el fracaso del Movimiento Verde. Ese diario tambi¨¦n sugiere la posibilidad de que el pr¨ªncipe heredero, Reza, haya tenido algo que ver tanto en este caso como en el de Leila "a causa de la herencia".
El menor de los pahlav¨ª, que se suicid¨® el martes, nunca acept¨® su situaci¨®n
M¨¢s all¨¢ de un pu?ado de nost¨¢lgicos, la mayor¨ªa de los iran¨ªes se muestran indiferentes ante la familia real. Influye sin duda el que dos tercios de la poblaci¨®n hayan nacido despu¨¦s de la revoluci¨®n isl¨¢mica y crecido alimentados por las denuncias de su despotismo. Pero si hay algo que pueda tocarles la fibra sensible en estos momentos de estrecheces econ¨®micas es la menci¨®n a sus riquezas.
No deja de ser llamativo que tres d¨¦cadas despu¨¦s de su huida del pa¨ªs, los Pahlavi a¨²n puedan vivir de las rentas de lo que muchos aqu¨ª consideran el expolio de sus bienes nacionales. Se rumore¨® entonces que se hab¨ªan llevado 30.000 millones de d¨®lares (23.300 millones euros), aunque portavoces familiares rebajaron esa cifra a 100 millones (77,4 millones de euros) y a la muerte del sah, Reza hered¨® 25 millones.(19,3 millones de euros). No inclu¨ªan sin duda sus numerosas propiedades en diversos lugares del planeta. Para que no se olvide la opulencia que disfrutaron, el Museo Nacional de las Joyas, sito en una c¨¢mara acorazada del Banco Melli, exhibe el trono del Pavo Real engastado con 26.733 piedras preciosas y otras alhajas de la corona.
El fallecido pr¨ªncipe naci¨® en Teher¨¢n en 1966 y a¨²n no hab¨ªa cumplido los 13 a?os cuando su padre opt¨® por el exilio, ante la movilizaci¨®n popular contra su dictadura a principios de 1979. Tras varios meses de humillante peregrinaci¨®n en busca de un pa¨ªs de acogida, la familia se instal¨® en Egipto. A la muerte del derrocado rey un a?o m¨¢s tarde v¨ªctima de un c¨¢ncer, Farah Diba se traslad¨® con sus cuatro hijos a Estados Unidos. Ali Reza, el tercero de los hermanos, curs¨® el Bachillerato en Williamstown (Massachusetts), se gradu¨® en Musicolog¨ªa en Princeton, estudi¨® Historia de Ir¨¢n en Columbia, e inici¨® un doctorado en Harvard que no termin¨®.
La prensa del coraz¨®n lleg¨® a calificarle de uno de los solteros m¨¢s deseables del mundo. En 2001 se rumore¨® que se hab¨ªa comprometido, pero la boda no lleg¨® a celebrarse sin que se sepa qu¨¦ motiv¨® la ruptura tras ocho a?os de noviazgo. La misma discreci¨®n explica que la mayor¨ªa de sus vecinos de la calle de West Newton de Boston apenas le conocieran, tal como han comprobado los periodistas que estos d¨ªas han acudido al lugar en busca de alg¨²n detalle jugoso sobre su vida.
A diferencia de su hermano mayor y te¨®rico heredero al trono, Ali Reza nunca fue una figura pol¨ªtica y siempre llev¨® una vida tranquila y alejada de los focos. Fuera de las fotos familiares, en las que aparece de ni?o junto a sus padres, Reza y sus hermanas, Farahnaz y Leila, pocos iran¨ªes dentro o fuera del pa¨ªs hab¨ªan visto im¨¢genes suyas antes de su muerte.
Desde su domicilio de las afueras de Washington, el heredero se ha esforzado por mantener viva su disponibilidad como recambio al r¨¦gimen teocr¨¢tico, bien en calidad de sah o m¨¢s recientemente en un hipot¨¦tico frente democr¨¢tico. Seg¨²n el periodista especializado en Ir¨¢n Stephen Kinzer, "Ali Reza nunca se regode¨® en esta fantas¨ªa, al menos en p¨²blico, pero una vez dijo que llevar 'la libertad y la democracia' a Ir¨¢n era su '¨²nica misi¨®n en la vida". A pesar de ello, no se le conoce activismo entre los 2,7 millones de iran¨ªes que viven en EE UU, la mitad de ellos en Los ?ngeles y sus alrededores, donde se encuentra el principal n¨²cleo promon¨¢rquico.
"Como millones de j¨®venes iran¨ªes, ¨¦l tambi¨¦n estaba profundamente afectado por todos los males que aquejan a su querida patria, as¨ª como el peso de haber perdido a su padre y a su hermana a una temprana edad", asegura el comunicado colgado de la p¨¢gina web de su hermano (www.rezapahlavi.org).
Un mensaje similar sigui¨® a la muerte de la princesa Leila por una sobredosis de barbit¨²ricos hace 10 a?os, cuando ten¨ªa 31. Fardia Pars, un amigo de la familia, ha declarado a la agencia Associated Press que Ali Reza nunca se recuper¨® de la p¨¦rdida de su hermana. Tal como han recordado estos d¨ªas varios estudiosos del Ir¨¢n contempor¨¢neo, hay numerosos antecedentes familiares de depresi¨®n. La tendencia a la melancol¨ªa del sah se reflejaba en todos los perfiles que sobre ¨¦l elaboraron las Embajadas y servicios secretos occidentales. Tambi¨¦n la hermana gemela del rey, la maquiav¨¦lica princesa Ashraf, que hoy tiene 91 a?os, ha sufrido toda su vida de depresiones.
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