Fuego y hielo
2011 ha empezado con otro dilema en la pol¨ªtica econ¨®mica. Muchas partes del mundo (b¨¢sicamente los pa¨ªses importadores de materias primas) se instalan en una crisis de doble h¨¦lice, caracterizada al tiempo por las turbulencias financieras que han dado lugar al estrangulamiento del cr¨¦dito y por un incremento del precio de los alimentos y de otros productos como el petr¨®leo. La inflaci¨®n vuelve a nuestras vidas (no asociada a una expansi¨®n de la demanda real, sino a factores ex¨®genos) y las autoridades se debaten entre el hielo de la ausencia de liquidez y la deflaci¨®n, y el fuego de los altos precios.
Lo novedoso, despu¨¦s de a?o y medio de tregua, es el giro hacia las materias primas. La Organizaci¨®n para la Agricultura y la Alimentaci¨®n de las Naciones Unidas (FAO) acaba de advertir de que los precios de los alimentos marcaron en diciembre su m¨¢ximo hist¨®rico, por encima incluso de la coyuntura de la segunda mitad del a?o 2008. Su ¨ªndice, que incluye precios de productos para la exportaci¨®n tales como la carne, cereales, l¨¢cteos, aceites, az¨²car, grasas..., se situ¨® en ese mes en un escal¨®n de 215, mientras que en 2008 alcanz¨® el 213. El precio del barril de petr¨®leo Brent ha comenzado el a?o en 95 d¨®lares, escalando d¨ªa a d¨ªa, aunque todav¨ªa lejos de los 146 d¨®lares de julio de 2008.
Es una crisis de doble h¨¦lice: por un lado, la ausencia de cr¨¦dito y la deflaci¨®n; por el otro, la subida de los precios
La explicaci¨®n m¨¢s ortodoxa de estas subidas, que seg¨²n la FAO todav¨ªa no han llegado a su tope y pueden ser duraderas, se ci?e sobre todo a las malas cosechas de algunos pa¨ªses productores durante la segunda mitad del a?o pasado (sequ¨ªas en distintos sitios, inundaciones en otros) y a la creciente demanda de grandes pa¨ªses emergentes como China e India. Es insuficiente: al tsunami alimentario actual hay que a?adir, como hace dos a?os, el factor especulativo: las subidas est¨¢n m¨¢s basadas en un aumento de la demanda financiera que en la demanda real de los pa¨ªses. Entonces, con la extensi¨®n de la crisis de las hipotecas de alto riesgo, los fondos especulativos apostaron alternativamente por los mercados de materias primas: en las operaciones a plazo de mercados como Chicago, los contratos financieros dispararon los precios. Ahora, la relajaci¨®n monetaria que existe en EE UU, motivada por la expansi¨®n cuantitativa instrumentada por la Reserva Federal, ha generado un movimiento de capitales hacia los activos de mayor rentabilidad como las materias primas.
La Gran Recesi¨®n tiene una peculiaridad distinta de otras crisis econ¨®micas: desde 2007 va mutando y cada uno de los problemas que va generando se convierte en dominante en una coyuntura concreta sin que los dem¨¢s desaparezcan. En ocasiones fue la falta de liquidez, en otras la ausencia de solvencia; a veces afecta m¨¢s a la econom¨ªa financiera y en otros a la real; la especulaci¨®n se fija en la deuda p¨²blica, en la privada o en los precios. Ahora regresa a las materias primas sin que se haya solucionado la anemia crediticia a las empresas y a las familias. Enorme complejidad.
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