La gran fosa minera de Huelva
M¨¢s de 1.400 v¨ªctimas se arrojaron al cementerio de Nerva en la Guerra Civil
En el cementerio de Nerva (Huelva) algunos rezan mirando a un muro. Junto a ¨¦l, dentro del recinto, se encuentra la mayor fosa com¨²n de la provincia onubense. El reciente mapa de enterramientos de la Guerra Civil y posguerra en Andaluc¨ªa, realizado por las asociaciones de memoria hist¨®rica y las universidades andaluzas, sit¨²a hasta 1.400 v¨ªctimas de la represi¨®n franquista en las fosas de este recinto de verjas negras ubicado frente a las minas de Riotinto, sobre un terreno de tierra roja y roca fosf¨®rica llamado Cerro Colorado.
"S¨®lo quiero saber si a mi padre lo tiraron all¨ª", afirma, muy pausado, Francisco Silva, de 81 a?os e hijo de ajusticiado. Con una foto en blanco y negro, el anciano aparece mucho mayor que su progenitor. "S¨®lo ten¨ªa 30 a?os cuando lo asesinaron", apunta Silva tras denunciar "el r¨¦gimen del silencio" al que se le someti¨® desde peque?o. "Mi madre y yo nunca hablamos de aquello", sostiene entristecido. A ella, cuenta, le hicieron beber aceite de ricino mezclado con miga de pan "para sacarle donde estaba su marido".
El historiador Espinosa sospecha que hay muchas zanjas en la sierra
El Ayuntamiento se resiste a sufragar una cata y posibles excavaciones
El cementerio de Nerva est¨¢ dividido en dos partes. La fosa se extiende unos 50 metros a cada lado de la puerta. All¨ª iban arrojando los cuerpos de los fusilados. Era sencillo. Solo hab¨ªa que trasladar los cuerpos unos metros. Del muro a la zanja.
"Esto es una historia de exterminio", afirma Juan Barba, responsable de la Coordinadora de Memoria Hist¨®rica de Riotinto. La asociaci¨®n ha pedido en varias ocasiones la apertura de la fosa. "Como m¨ªnimo, deber¨ªa hacerse una cata para saber c¨®mo est¨¢n enterrados y cu¨¢ntos podr¨ªa haber", a?ade.
El Ayuntamiento de Nerva, gobernado por independientes, aprob¨® una partida de 6.000 euros para abordar el tema. Se destinar¨¢ a investigaciones, conferencias, alg¨²n recordatorio, pero de abrir la fosa, nada.
"Todav¨ªa hay miedo", apunta Barba. Un monolito est¨¢ preparado para su instalaci¨®n, pero el Ayuntamiento, seg¨²n el coordinador, no acaba de actuar. Esteban S¨¢nchez, sepulturero durante siete a?os, asegura que no deja de llegar gente al cementerio, sobre todo mujeres. "Ponen flores de forma aleatoria, cada d¨ªa en un sitio, donde ellos creen que descansan sus muertos", explica.
El historiador Francisco Espinosa, experto en la Guerra Civil, asegura que en la franja minera hubo "muchos m¨¢s" de 1.400 ajusticiados. Lo que no tiene tan claro es que todos se encuentren enterrados en Nerva. Sospecha que debe haber muchas m¨¢s zanjas escondidas en la sierra. "No se sabe cu¨¢ntos hay hasta que no se abre", opina Cecilio Gordillo, fundador de la web todoslosnombres.org y conocedor de la represi¨®n minera.
La mayor¨ªa de paredones (350) de los 614 localizados en Andaluc¨ªa, seg¨²n el mapa enviado a la Junta por las asociaciones, se encuentran en Sevilla, Huelva y C¨¢diz. Casi todas datan de 1936. En Huelva ascienden a 120. Es la provincia m¨¢s afectada, tras Sevilla (130).
Nerva es el emblema onubense. Seg¨²n Espinosa, "nadie ha investigado a¨²n la dimensi¨®n de la represi¨®n en la cuenca minera, un modo de comenzar es analizar el censo del 35/36 y compararlo con el del 40".
Espinosa y otros historiadores aseguran que el problema es que muchos desaparecidos no constan en ning¨²n registro. Seg¨²n la Ley de Memoria Hist¨®rica, los familiares pueden registrar a los desaparecidos en su localidad de origen con el testimonio de dos testigos. "Setenta a?os despu¨¦s de la Guerra, es muy dif¨ªcil cumplir esa norma", protestan las asociaciones.
Los barrotes de hierro negro del cementerio de Nerva a¨²n muestran se?ales de disparos. Son agujeros de bala a la altura de la cabeza. Barba alude al car¨¢cter reivindicativo del sector minero, siempre beligerante. Un grupo de unos 60 voluntarios, por ejemplo, blind¨® camiones en verano del 36 y se puso rumbo a Sevilla para "su liberaci¨®n". A la entrada de la ciudad fueron apresados y ajusticiados en Triana y la Macarena, para escarnio p¨²blico. Barba a?ade, adem¨¢s, el ensa?amiento de Queipo de Llano con la zona: "Ten¨ªa una consigna. Para salvarse uno, ten¨ªas que entregar a tres. Esto sucede desde el 36 al 39". En el pueblo, prefieren no hablar. Los familiares tampoco insisten. Todos coinciden en algo: "?C¨®mo van a abrir la fosa? ?Y qui¨¦n lo paga? Si no hay para nada".
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