Juan Piquer Sim¨®n, el gran creador espa?ol de cine fant¨¢stico

No hace mucho tiempo, en realidad hace bien poco, las salas de cine espa?olas ten¨ªan sesiones continuas, un disfrute para los aficionados o para los ni?os y adolescentes, que pod¨ªan enlazar una de dibujos y otra de aventuras. En esas ¨¦pocas, casi nadie cre¨ªa en el cine de terror comercial, convertidos Paul Naschy y Jess Franco en rara avis. Casi nadie, porque Juan Piquer Sim¨®n s¨ª entendi¨® la necesidad de pel¨ªculas para todos los p¨²blicos y de que el cine de g¨¦nero vale tanto para mostrar tu personalidad como el mal llamado cine de autor.

De su pasi¨®n nacieron Viaje al centro de la Tierra; Slugs, muerte viscosa; La grieta; Misterio en la isla de los monstruos; Mil gritos tiene la noche... Piquer Sim¨®n cre¨ªa en hacer industria, en volcarse en la promoci¨®n, en rodar en ingl¨¦s, incluso en irse a filmar a Estados Unidos con equipos espa?oles, con tal de llegar al m¨¢ximo p¨²blico posible. Y todo ese amor lo disfrutamos los adolescentes de las sesiones continuas que el pasado s¨¢bado nos quedamos sin Piquer Sim¨®n (J. P. Simon en sus pel¨ªculas en ingl¨¦s), ya que el cineasta falleci¨® por culpa de un c¨¢ncer de pulm¨®n en su Valencia natal a los 75 a?os. Twitter, con su inmediatez inform¨¢tica, expandi¨® la noticia ayer, domingo: en sus cuentas, directores como Edgar Wright o Eli Roth (que asegur¨® que su slasher favorito es Mil gritos tiene la noche) rindieron honores a quien en los ochenta defendi¨® en solitario el g¨¦nero del fantaterror en Espa?a.

Inspir¨® a una hornada de autores que hoy mandan en el cine espa?ol

La pasi¨®n movi¨® a Juan Piquer. Naci¨® en Valencia en febrero de 1935 en una familia humilde, nadie de su entorno ten¨ªa ninguna relaci¨®n con las artes. Estudi¨® Bellas Artes y Decoraci¨®n antes de saltar al Instituto de Investigaciones Cinematogr¨¢ficas en Madrid, y de ah¨ª pasa a ejercer de c¨¢mara en TVE. En 1959 crea la productora Cinedinter, con la que comienza a dirigir publicidad. Despu¨¦s de rodar varios documentales, empieza a filmar el cine que de verdad quer¨ªa hacer y en 1977 estrena una versi¨®n con trazos de ciencia-ficci¨®n de Viaje al centro de la Tierra: "Fue una aut¨¦ntica locura, solamente explicable en el entusiasmo de un grupo de gente que cre¨ªamos que en nuestro pa¨ªs se pod¨ªan hacer otras pel¨ªculas que no fuesen las de boina y taz¨®n o de la Guerra Civil. En realidad fue el primer largometraje que se puede considerar de efectos especiales de la historia del cine espa?ol", explic¨®.

Funda los estudios Piquer -un edificio en la madrile?a calle de Pradillo con todos los adelantos t¨¦cnicos necesarios para filmar con efectos especiales- y la productora Almena Films, y Piquer respalda otros autores, como Carlos Puerto, que dirige Escalofr¨ªos, con secuencias rodadas por Piquer, productor ejecutivo y responsable del montaje final: la secuencia central era un m¨¦nage a cuatro en un decorado satanista que catapult¨® su fama. En 1979 pas¨® a los superh¨¦roes con Supersonic man, y es el primer espa?ol que usa el frontal projection, que elimina los bordes azules que aparec¨ªan al sobreponer im¨¢genes para dar la impresi¨®n de que los protagonistas vuelan, adem¨¢s de rodar parte del filme en Nueva York. Al a?o siguiente, dirigi¨® Misterio en la isla de los monstruos, con Peter Cushing y Terence Stamp, m¨¢s Julio Verne, autor de referencia que volver¨ªa a adaptar en Los diablos del mar.

Entre esos dos t¨ªtulos con los que inicia la d¨¦cada de los ochenta, rod¨® el filme que le dar¨ªa fama -y taquilla- mundial: Mil gritos tiene la noche, su paso al gore: "Mil gritos... es una pel¨ªcula muy especial, una mezcla de g¨¦neros. El g¨¦nero puede ser terror, o ciencia-ficci¨®n o aventura, pero con fant¨¢stico, que es lo que m¨¢s me gusta". En 1988 se traslada a EE UU a rodar Slugs, muerte viscosa, o c¨®mo unas babosas aniquilan a los habitantes de un peque?o pueblo (obtuvo el Goya a los efectos especiales). Al a?o siguiente repite taquillazo con La grieta, en la que colabor¨® en los efectos Colin Arthur ("Colin y yo estamos siempre discutiendo porque estamos igual de locos", bromeaba Piquer), otro Goya en su apartado t¨¦cnico y otra muestra de la clase del cineasta para saber narrar buenas historias con efectos especiales. En 1991 se aproxima al mundo Lovecraft con La mansi¨®n de Cthulhu, como siempre con mayor ¨¦xito internacional que en Espa?a.

Por falta de presupuesto no puede levantar sus adaptaciones de El guerrero del antifaz o de El capit¨¢n Trueno. "Mi frustraci¨®n es no haber adaptado m¨¢s novelas de Julio Verne, que estimulaba mi imaginaci¨®n". Piquer trabaj¨® varios a?os en la Mostra de Valencia. El cineasta que ense?¨® a decenas de t¨¦cnicos de efectos especiales e inspir¨® a una hornada de autores que hoy son quienes mandan en el cine espa?ol deja un vac¨ªo en el coraz¨®n de la generaci¨®n de j¨®venes que disfrutamos de las ¨²ltimas sesiones continuas.