Hait¨ª se convierte en un gran pueblo de chabolas

Jean-Baptiste ha preferido irse lejos. No estar hoy en Puerto Pr¨ªncipe, cuando se conmemora un a?o del terremoto que mat¨® a 230.000 haitianos y dej¨® sin hogar a 1,3 millones. No ver los campamentos de la Rue de la R¨¦union, detr¨¢s del Palacio Nacional, disfrazados con telas rojas y azules que simulan la bandera de Hait¨ª. No escuchar al presidente, Ren¨¦ Preval, decir el lunes por la noche, en Radio Metropol, que este no es el momento para hablar de pol¨ªtica sino de las v¨ªctimas, en un intento por no responder al informe de la Organizaci¨®n de Estados Americanos que tacha de fraudulenta la primera vuelta de las presidenciales, del 28 de noviembre. Jean-Baptiste -un expatriado haitiano que trabaja con una de tantas agencias en la atenci¨®n de las v¨ªctimas del terremoto y en la reconstrucci¨®n de Puerto Pr¨ªncipe- se fue del pa¨ªs solo por esta semana, pensando seriamente si lo que ha hecho durante el ¨²ltimo a?o ha servido para algo, si ha sido realmente efectivo.

Los 5.300 millones de d¨®lares que han donado 60 pa¨ªses de todo el mundo para la recuperaci¨®n de la isla -de los cuales, seg¨²n cifras de la ONU, 2.650 ya hab¨ªan sido entregados hasta diciembre de 2010- llegan a las v¨ªctimas por cuentagotas. Los filtra el papeleo de una burocracia lenta, de instituciones p¨²blicas que quedaron desmanteladas por la misma tragedia que tratan de enfrentar, pues alrededor del 60% de las oficinas de Gobierno, incluyendo el palacio presidencial, se vinieron abajo con el se¨ªsmo.

"No s¨¦ qu¨¦ diablos estamos haciendo", dice Jean-Baptiste. La organizaci¨®n para la que trabaja a¨²n est¨¢ dispuesta a invertir unos cuantos miles de d¨®lares m¨¢s en la alimentaci¨®n de los desplazados que viven en los 1.150 campamentos que existen en Hait¨ª, para construirles mejores letrinas y para mejorar los servicios de agua. Pero ni el Gobierno ni los propietarios de los terrenos donde se alzan esos campamentos se lo permiten. "No quieren que los damnificados del terremoto est¨¦n demasiado c¨®modos, no sea que luego no quieran irse de all¨ª".

Algunos de los damnificados ya han comenzado a ser desalojados de los refugios; otros, se han ido voluntariamente a buscarse la vida; y pocos tienen una casa ad¨®nde ir. Del mill¨®n y medio de desplazados que viv¨ªan en campamentos hace un a?o, hoy quedan 810.000, de acuerdo con los n¨²meros de Naciones Unidas. Porque los due?os de los terrenos reclaman lo suyo, por las buenas o por las malas. Lo que hace la mayor¨ªa es mudar a otra parte la tienda de campa?a que han remendado durante un a?o y que, reforzada con piezas de madera y zinc, ya ha quedado convertida en toda una chabola.

A Sanon Jude, y a las otras 25 familias que comparten el campamento de Bremmont, en el barrio de Juvenat, le han dicho el lunes que tiene 72 horas para desalojar las tierras de madame Marie Danielle Auerrier porque all¨ª han empezado a construir una gran torre de electricidad. Pero Sanon no le guarda rencor a madame Auerrier, porque el terremoto los hizo casi iguales: "Ella estaba en el negocio de los bienes ra¨ªces y muchas de sus propiedades se vinieron abajo el 12 de enero. Era rica y ya no lo es".

La peor calamidad que dicen haber padecido los desplazados del campamento Bremmont es el c¨®lera. En los cien metros cuadrados donde viven hoy las familias que no han logrado mudarse, ha habido cinco casos y una persona ha muerto. En todo Hait¨ª, se han registrado 181.829 contagios y 3.759 muertes, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Ministerio de la Salud P¨²blica y la Poblaci¨®n.

La semana pr¨®xima, cuando se vayan de nuevo las c¨¢maras de la televisi¨®n, Jean-Baptiste volver¨¢ a Puerto Pr¨ªncipe a hacer su trabajo. "Porque lo que siempre viene a mi mente es que ese hombre en el campo de refugiados pod¨ªa ser yo", dice y aunque a ratos se sienta in¨²til, regresa a ayudar.

Un a?o despu¨¦s del terremoto, Hait¨ª sigue entre escombros