Rugby para romper tab¨²es
'Queering the pitch' o la trayectoria de un equipo integrado por homosexuales
Hablando de la pel¨ªcula Brokeback Mountain, un cr¨ªtico brit¨¢nico argument¨® que el filme era solo una historia de amor en la que los protagonistas eran, por casualidad, homosexuales. Para el presidente del club de rugby irland¨¦s Emerald Warriors (Guerreros Esmeralda), el ¨²nico equipo gay del pa¨ªs, eso sirve como una alegor¨ªa tanto para el equipo en s¨ª, como para el documental Queering the pitch, que retrata al equipo.
"La mayor¨ªa de los jugadores que est¨¢n con nosotros no tuvieron la oportunidad de jugar al rugby cuando eran m¨¢s j¨®venes porque no eran parte de la pandilla. Unirse al equipo fue una oportunidad de practicar deporte", explica Shane Raferty, de 44 a?os, natural del oeste de Irlanda, pero ahora afincado en Dubl¨ªn. "Para muchos, es la amistad lo que cuenta. Trabajamos duro y jugamos duro en el campo, pero despu¨¦s siempre nos vamos al pub o hacemos eventos sociales, que siempre son incre¨ªbles. La camarader¨ªa es uno de las cosas m¨¢s importantes del club. Estamos muy unidos".
El equipo Emerald Warriors naci¨® en 2003, "mientras tom¨¢bamos unas pintas", cuenta Shane. "?ramos cuatro o cinco chicos, pero seg¨²n iban pasando los meses empez¨® a crecer el grupo", explica. En 2004, ya ten¨ªan un equipo capaz de competir en el Bingham Cup, un torneo de rugby internacional con equipos gais, creado en memoria de Mark Bingham, un jugador de rugby gay que muri¨® en uno de los aviones secuestrados para realizar los atentados del tr¨¢gico 11-S.
En el documental puede verse al equipo en 2006, cuando fue a disputar la Bingham Cup en Nueva York. Las im¨¢genes muestran c¨®mo confluyen sensaciones y sentimientos de amistad, apoyo mutuo y dignidad ante los problemas que surgen en el campo de juego.
Pero claro, un equipo de rugby gay jugando contra otros equipos gais de todo el mundo no permite entrever los desaf¨ªos que han debido superar en Irlanda, un pa¨ªs donde la homosexualidad no fue despenalizada hasta 1993, 14 a?os m¨¢s tarde que en Espa?a. "Hab¨ªa personajes de ciertos sectores que quer¨ªan que desapareci¨¦ramos", explica Shane. "El concepto de un equipo gay no era bien visto dentro de algunas instituciones. Pero poco a poco fueron cambiando de actitud. Dec¨ªan: 'estos chicos no van a ir a ning¨²n lado y van mejorando'. Solicitamos la posibilidad de competir en la liga Leinster J4, que es la competici¨®n donde jugamos partidos cada s¨¢bado contra otros equipos".
Seg¨²n Shane, siempre ha habido muchas risillas cuando la gente se entera de que juega con un equipo de rugby gay, pero es algo que los miembros del club -unos 60 hombres entre ellos un par de chicos heterosexuales- esperan y no les preocupa. "Fue diferente cuando empezamos a jugar partidos de competici¨®n en la liga", precisa Shane. "Porque los rivales no quieren -y perd¨®n por mi lenguaje- que les venzan los maricones".
La experiencia de Esteban Araujo Fervenza, un espa?ol que lleva ocho a?os en Dubl¨ªn y siete de ellos en el equipo, ha sido similar. "Podr¨ªa sacar fotograf¨ªas de las caras que pusieron las personas a las que se lo he dicho...", dice entre risas. "Pero pasa pronto. Hay rifirrafes, pero por el juego, y despu¨¦s del partido, nada".
Para Esteban, quien se enter¨® de la existencia de los Emerald Warriors a trav¨¦s de un art¨ªculo en un peri¨®dico que estaba usando para limpiar cristales, el equipo ha sido una buena forma para integrarse en un pa¨ªs extranjero. "El compa?erismo es muy fuerte, y una vez que est¨¢s en el campo y te est¨¢n moliendo a palos, o al rev¨¦s, lo mejor es tener amigos a tu espalda".
?Podr¨ªa funcionar un equipo deportivo gay similar en Espa?a? El Mundial de F¨²tbol Gay, por ejemplo, no cuenta con ning¨²n equipo espa?ol. "Hay ganas, claro que s¨ª, incluso con el f¨²tbol. Se empieza cuando alguien decide apagar la tele y buscar un grupo de amigos con quien jugar", se?ala Esteban.
Tanto Shane como Esteban reconocen que aunque ha habido muchos avances en Irlanda a la hora de reconocer los derechos de la comunidad gay, queda todav¨ªa trabajo por hacer. "Ha mejorado mucho la situaci¨®n, pero seguimos teniendo un problema con una ley que se aprob¨® hace poco, que todav¨ªa no facilita el derecho de adopci¨®n a las parejas gay", explica Shane. Y si en Dubl¨ªn, como en la mayor¨ªa de las ciudades grandes, el tema de la homosexualidad se ve con normalidad, otra cosa distinta ocurre en las localidades m¨¢s peque?as. De hecho, hay algunos jugadores que no se atrever¨ªan a hablar de su sexualidad en sus pueblos natales.
En ese sentido, los Emerald Warriors est¨¢n aportando mucho en la lucha por la igualdad. "El equipo es muy respetado en la comunidad gay", dice Shane. "Nuestro club gan¨® un premio por ser el mejor grupo de este tipo del a?o, y nuestro ¨¦xito principal de los ¨²ltimos 12 meses es que ya estamos ganando partidos. Ganamos al Trinity College, que es el equipo m¨¢s antiguo del mundo, y en Minneapolis, en el Bingham Cup, este a?o ganamos cinco de nuestros seis partidos". Un equipo ganador, pues, cuyos miembros, por casualidad, son gais.
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