Convicciones
En su primera entrevista televisada del mes, el presidente Zapatero dio un ¨²ltimo toque al ya agotado tema de su continuidad como jefe de Gobierno. Afirm¨® que su decisi¨®n no responder¨ªa a "las circunstancias", sino a sus "convicciones". Es decir, lo que sucediese en Espa?a no iba a contar para nada, aun cuando se hundiera la econom¨ªa o el resultado de las elecciones de mayo fuera una cat¨¢strofe para el PSOE. Zapatero ¨²nicamente responde ante s¨ª y para s¨ª, y como bien sabemos que el pensamiento pol¨ªtico no es su preocupaci¨®n esencial, ni su fuerte, tales convicciones solo pueden descansar sobre la seguridad que tiene en el valor de la propia acci¨®n de gobierno. ZP posee una fe inquebrantable en s¨ª mismo. Cualquiera que sea el balance de sus pol¨ªticas, est¨¢ seguro de que sus decisiones son acertadas.
El informe econ¨®mico de Zapatero dibuja un nuevo desarrollo sustentado en venturosas reformas
La permanencia al frente del Gobierno se configura as¨ª como el fin principal de unas actuaciones dirigidas a la construcci¨®n de una imagen positiva de cara a la opini¨®n, ignorando siempre que resulte necesario el principio de realidad. En el fondo, se trata de una curiosa variante de elecci¨®n racional, puesto que se atiene con rigor y firmeza a las exigencias derivadas del objetivo perseguido por el sujeto. El coste para el conjunto de la sociedad de tal ensimismamiento ya es otra cosa. Bot¨®n de muestra: la adopci¨®n de la estrategia de concertaci¨®n tomada de los Pactos de la Moncloa con dos a?os de retraso, y eso por el golpe que para sus expectativas electorales iba a suponer una nueva huelga general. Menos mal que la amenaza de los sindicatos surti¨® efecto.
Desde tales supuestos, si la realidad no responde a las expectativas, toca describirla seg¨²n la conocida f¨®rmula con que Potemkin preparaba los pueblos de Rusia ante la visita de la zarina. Ning¨²n mejor ejemplo que el informe econ¨®mico que sobre su gesti¨®n en 2010 el presidente acaba de ofrecer a la opini¨®n. Los italianos tienen much¨ªsimas razones para estar descontentos con el trapacero Berlusconi, pero al menos su responsable econ¨®mico Giulio Tremonti es un experto gestor y no oculta los problemas. Posiblemente Solbes antes y ahora Salgado tambi¨¦n lo sean, pero como se vio en la inolvidable primavera de 2008, con la negaci¨®n obligatoria de la crisis, hab¨ªa que subordinar los diagn¨®sticos y las pol¨ªticas al martilleo de una imagen triunfalista de Espa?a superadora de las principales potencias europeas. Luego vino la pretensi¨®n de afrontar la recesi¨®n con pol¨ªticas populistas descritas como socialdem¨®cratas y en el a?o pasado, el fin de la ilusi¨®n, salvando el hundimiento a costa de funcionarios, pensionistas y capas populares. Nada de esto estropea la tersura tecnocr¨¢tica en el informe presidencial, donde otra vez -alguna acertar¨¢- es dibujado un panorama de nuevo desarrollo sustentado en venturosas reformas y en el progreso econ¨®mico internacional; tras una gesti¨®n perfecta por nuestro Gobierno de una crisis que nos lleg¨® sin causa end¨®gena alguna, como la propia "burbuja inmobiliaria", ajena al parecer a la permisiva pol¨ªtica econ¨®mica precedente. Toca forzar comparaciones que por todas partes sugieren recuperaci¨®n y crecimiento. Incluso un leve descenso del PIB es crecimiento. La evoluci¨®n europea resulta "muy compleja e imprevisible". Confiemos en el ¨¦xito de la triada austeridad (l¨¦ase empobrecimiento), reformas (recortes), cohesi¨®n social (carga sobre los m¨¢s d¨¦biles, que la aceptan ante el riesgo del neoliberalismo a ultranza del PP). "Reformas" es la palabra fetiche. Los 1.800 millones sustra¨ªdos a Educaci¨®n ilustran ese esp¨ªritu reformador.
Hay que comprar a toda costa el optimismo. Esta pretensi¨®n gubernamental, demasiado visible, arroja una sombra sobre las perspectivas de la hasta hoy eficaz pol¨ªtica antiterrorista. ?Por qu¨¦ tanta insistencia en amplificar el eco de un comunicado de tregua que repite las monsergas de textos etarras anteriores? ?Por qu¨¦ ignorar que la secuencia de recepci¨®n del comunicado por Batasuna prueba que el flujo circular entre ETA y Batasuna sigue ah¨ª? Ser¨ªa absurdo que a estas alturas la participaci¨®n electoral batasuna, abierta o subrepticia, llegara sin una clara constataci¨®n de ruptura respecto de ETA, solo para resaltar que con Zapatero todo lleva al fin del terrorismo (perd¨®n, como ¨¦l dice, de "la violencia").
Siempre conviene temer al bulldog. Pensemos en la persistencia de las limitaciones en la defensa exterior de los derechos humanos, a pesar del cambio ministerial. Tras el fiasco saharaui, inhibici¨®n total ante la sangrienta persecuci¨®n sufrida por las minor¨ªas cristianas en algunos pa¨ªses del mundo ¨¢rabe. ?Alianza de civilizaciones? La ¨¦tica de la convicci¨®n no entra aqu¨ª en conflicto con la ¨¦tica de la responsabilidad, porque aquella no existe.
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