"Si un mexicano odia lo espa?ol, se odia a s¨ª mismo"
Que Miguel Le¨®n-Portilla escriba versos en n¨¢huatl no es ninguna excentricidad. Este historiador mexicano es la principal autoridad en la lengua de los aztecas, que se extendi¨® desde Oreg¨®n hasta Centroam¨¦rica y que hoy hablan dos millones de personas. A la cultura n¨¢huatl y a los pueblos precolombinos se aproxim¨® Le¨®n-Portilla hace seis d¨¦cadas, y a ellos les ha dedicado su vida. La Universidad de Alcal¨¢ de Henares le ha otorgado un doctorado honoris causa.
"De los nahua nos queda huella en las f¨®rmulas de cortes¨ªa, en los circunloquios, la visi¨®n del mundo, la dieta del ma¨ªz, la farmacolog¨ªa, los cientos de nahuatlismos...", comenta el profesor. Una treintena de esas palabras ha cruzado el Atl¨¢ntico. Chocolate, por supuesto, y aguacate, tomate o cacahuete, pero tambi¨¦n hule, petate, petaca... "Tocayo es discutible. Corominas dice que no. Yo digo que s¨ª". Le¨®n-Portilla ignora las suculentas tentaciones del men¨² para pedir una ensalada y un solomillo. "Como ligero, y a pesar de eso tengo panza". Eso s¨ª, no perdona su whisky del mediod¨ªa, "bebida netamente mexicana, como refleja nuestra toponimia: Huixquilucan, Huisquilco...".
El historiador cree que la revoluci¨®n mexicana ignor¨® a los ind¨ªgenas
Con casi 84 a?os, Le¨®n-Portilla, bromista y afable, dirige un seminario de estudios mesoamericanos en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. Quiz¨¢ por su condici¨®n de fil¨®sofo est¨¢ acostumbrado a tender puentes. Fue ¨¦l quien, durante las reuniones preparatorias del V Centenario, en medio de los debates sobre descubrimiento o conquista, conmemoraci¨®n o celebraci¨®n, acu?¨® el concepto de "encuentro entre dos mundos". Y levant¨® ronchas. "Unos me acusaban de querer ocultar un genocidio, y otros de privar a Espa?a de la gloria de la conquista. Encuentro quiere decir choque y acercamiento. Y creo que eso fue lo que ocurri¨®. M¨¢s all¨¢ de las filias y las fobias, este encuentro nos reconcilia con lo que somos".
?Se ha reconciliado M¨¦xico con su pasado? "Un poco s¨ª. Los libros de texto son m¨¢s objetivos. Dan entrada a Vasco de Quiroga y a fray Bernardino de Sahag¨²n. Y aunque no exaltan a Hern¨¢n Cort¨¦s, ya no lo pintan como el villano". Varios estudios, explica Le¨®n-Portilla, han roto con el mito "de que el mexicano es el fruto de una violaci¨®n". "Los registros demuestran que muchos espa?oles llevaron a sus mujeres, y muchos otros se casaron con ind¨ªgenas y formaron familias. O sea, que no somos hijos de la chingada. Si un mexicano odia lo espa?ol, se est¨¢ odiando a s¨ª mismo. Es una actitud autodestructiva".
Le¨®n-Portilla dio la voz a los conquistados en uno de sus libros m¨¢s conocidos, La visi¨®n de los vencidos, que recopila testimonios ind¨ªgenas despu¨¦s de la ca¨ªda de Tenochtitl¨¢n. M¨¦xico, insiste, es muy complejo. "?Qui¨¦n hizo la independencia? Los espa?oles. Hidalgo y Morelos eran criollos... ?Y qu¨¦ sacaron los indios de la independencia y de la revoluci¨®n que tanto les exalt¨®? En la pr¨¢ctica, muy poco. Perdieron sus leyes, los t¨ªtulos de propiedad y sus tierras comunales".
El profesor no termina el filete ni la ensalada, pero le aclara al camarero que todo estaba muy bueno. Se le ve en forma. "Es que me interesan las cosas de la vida, me llevo muy bien con mi mujer [Ascensi¨®n Hern¨¢ndez Trivi?o, espa?ola y americanista] y me s¨¦ relajar: no hay que vivir tenso".
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