La incertidumbre se adue?a de T¨²nez
El partido del ex presidente Ben Ali se disuelve y el Estado decomisa sus bienes - Las manifestaciones callejeras crecen y se extienden por todo el pa¨ªs
Superada, al menos por el momento, la violencia en las calles, T¨²nez se asoma a un peligroso vac¨ªo de poder. El partido del dictador Ben Ali ha sido disuelto, la polic¨ªa se ha retirado de las calles, el Ej¨¦rcito permanece expectante pero nadie sabe lo que se cuece en su seno; y en una coyuntura dominada por la incertidumbre y el temor, la oposici¨®n no inspira suficiente confianza. Casi nadie conoce a las figuras pol¨ªticas que emergen y que fueron silenciadas totalmente durante d¨¦cadas.
El comit¨¦ central de Reagrupamientol Constitucional Democr¨¢tico (RCD), el partido del dictador fugado, fue disuelto ayer despu¨¦s de que gran parte de sus miembros, y a la vez ministros, abandonaran sus filas. A las puertas de su sede en la capital, miles de manifestantes exig¨ªan su desaparici¨®n definitiva. Sin cambalaches. Y promet¨ªan que no cejar¨¢n en su empe?o hasta conseguir que Ghanuchi y el Gobierno dimitan. Pero entonces, una semana despu¨¦s de la huida de Zine el Abidine Ben Ali -al que muchos han bautizado Zinochet-, surge el interrogante. ?Qui¨¦n se har¨¢ cargo del Ejecutivo?
"Queremos un nuevo Parlamento y otra Constituci¨®n", dice un soci¨®logo
La polic¨ªa se ha retirado de la calle y se han frenado los disturbios
El pa¨ªs magreb¨ª afronta inminentes desaf¨ªos econ¨®micos
El partido de Ben Ali ten¨ªa dos millones de afiliados, el 20% de los tunecinos
El Gobierno -al que ayer present¨® su renuncia el ministro de Estado, Zuheir M'Dhaffar, el quinto miembro del Gabinete que tira la toalla- asegur¨® que todos los partidos pol¨ªticos ser¨¢n legalizados, incluido el islamista En Nahda (Renacimiento). Y tambi¨¦n que hay un acuerdo sobre un proyecto de ley de amnist¨ªa para excarcelar a los presos pol¨ªticos de cualquier tendencia ideol¨®gica. ?Incluidos los fundamentalistas? "S¨ª, por supuesto", contest¨® a Reuters el ministro de Educaci¨®n Superior, Ahmed Ibrahim. La confusi¨®n reinaba entre algunos familiares de estos prisioneros porque el mi¨¦rcoles ya se anticip¨® la liberaci¨®n de todos ellos y muchos permanecieron en prisi¨®n. Asimismo, otro ministro, tras la primera reuni¨®n oficial del Gabinete, afirm¨® que el Estado se incautar¨¢ de todos los bienes inmuebles, acciones, empresas y dem¨¢s pertenencias de la familia del depuesto presidente y del RCD.
"Esta t¨¢ctica del gota a gota no funciona. Necesitamos un golpe positivo que desligue totalmente al Ejecutivo del RCD", se?ala Mustafa Benjaafar, uno de los cinco ministros dimisionarios. "Hay gran confusi¨®n", agrega, "sobre las personalidades del RCD y tecn¨®cratas del partido que no respaldaban al r¨¦gimen. Pero la gente los mete a todos en el mismo saco". El RCD ten¨ªa hasta dos millones de afiliados, casi el 20% de la poblaci¨®n. Sin esa fidelidad, uno era un apestado.
"Queremos un nuevo Gobierno, un nuevo Parlamento y una nueva Constituci¨®n. Todo nuevo", resume en la c¨¦ntrica avenida Habib Burghiba el soci¨®logo Jamli Habi, que desde hace una d¨¦cada se gana el pan haciendo chapuzas. "Cuando haya libertad y conozcamos los programas de los partidos", a?ade, "decidir¨¦ a qui¨¦n votar". Es un grave problema. Exigen la ruptura absoluta con el pasado ignorando completamente el panorama que afrontan. El diario Le Quotidien ofrec¨ªa ayer perfiles de algunos de los l¨ªderes opositores con los datos biogr¨¢ficos m¨¢s elementales. Casi nadie los conoce. Alg¨²n l¨ªder en el exilio, con m¨¢s voz en el exterior que en su propio pa¨ªs, ha sido recibido en el aeropuerto por apenas 200 personas. "Yo no s¨¦ a qui¨¦n votar¨ªa, pero le digo que no me f¨ªo de nadie", apunta el profesor Kamel Sahli, que vivi¨® la transici¨®n espa?ola mientras estudiaba en Madrid, en un espl¨¦ndido castellano.
No parece necesario convocar nuestras protestas: la arteria principal de T¨²nez se ha convertido en escenario de una manifestaci¨®n permanente que desoye la catarata de decisiones del Ejecutivo, por agradables que suenen a o¨ªdos de cualquier persona que odie al antiguo r¨¦gimen, que se desmorona a pasos agigantados. No solo en la capital, en cuya zona urbana reside un 20% de los 11 millones de tunecinos. Miles de ciudadanos llenaron ayer plazas y calles tambi¨¦n en Sfax -segunda ciudad del pa¨ªs-, en Kef, en la regi¨®n minera de Gafsa... O se esfuman del Ejecutivo los ministros que pertenecieron al RCD o las protestas continuar¨¢n, juran todos.
Los retratos otrora omnipresentes de Ben Ali son arrancados de cuajo, como lo fue el cartel del RCD en la sede principal del partido, en el centro de la capital. Una buena se?al: la detestada polic¨ªa casi ha desaparecido de ciudades y pueblos, pero los disturbios son muy aislados. "Este pa¨ªs est¨¢ dando una lecci¨®n de civismo. Los polic¨ªas se han quitado el uniforme y se han ido a casa. A pesar de ello, no sucede nada grave", destaca Sahli. No obstante, el inmediato porvenir est¨¢ plagado de sombras. Porque nadie puede aventurar si en pocas horas o d¨ªas habr¨¢ otro cataclismo en el Ejecutivo. Que es lo que desean precisamente los manifestantes que no se cansan de chillar, apuntando con el dedo hacia abajo: "Ghanuchi fuera, Gobierno abajo".
Al Gabinete se le amontonan los desaf¨ªos. Y los econ¨®micos, suspendidas desde el martes las transacciones financieras y la actividad en la Bolsa, no andan a la zaga de los pol¨ªticos. Es la raz¨®n por la que el Banco Central de T¨²nez se apresur¨® a lanzar un mensaje de confianza a los inversores y acreedores extranjeros. La entidad enfatiz¨® que dispone de reservas de divisas -6.500 millones de euros- para afrontar sus obligaciones financieras durante los pr¨®ximos cinco meses.
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