Malos vientos del Este
Nunca cejan en su empe?o los fr¨ªos y reiterativamente hom¨®fobos vientos del Este, que vuelven una y otra vez por sus malos fueros. Hoy toca Lituania, una de esas id¨ªlicas y retr¨®gradas rep¨²blicas b¨¢lticas que penetraron en la UE all¨¢ por 2004 como caballitos de Troya con su infame carga de reacci¨®n tan propio de parajes de nula tradici¨®n democr¨¢tica y con todo el peso con que los peores reg¨ªmenes pol¨ªticos han impregnado a la mayor¨ªa de sus moradores. No es de extra?ar, pues, que para el 85% de su poblaci¨®n la homosexualidad sea considerada una enfermedad, una perversi¨®n o, en el m¨¢s ben¨¦volo de sus juicios, una desviaci¨®n. Vamos, los pelos como escarpias. Amparados en estos datos, sus ilustrados gobernantes legislan en consecuencia: se sancionar¨¢ con multas toda "promoci¨®n p¨²blica de las relaciones homosexuales" ampar¨¢ndose en la posible ofensa a sentimientos religiosos o pol¨ªticos. Si tenemos en cuenta que, adem¨¢s, esta ley ten¨ªa como borrador un texto que prohib¨ªa la "propaganda de relaciones homosexuales, bisexuales y/o pol¨ªgamas" nos hacemos una idea aproximada de con qui¨¦n estamos tratando. Una vulneraci¨®n de derechos y un ataque directo a la dignidad de las personas. Intolerable e inadmisible.
Con todos los esfuerzos que en esta parte de nuestro continente est¨¢ costando no ya la equiparaci¨®n de derechos por parte del colectivo LGTB para con el resto de la ciudadan¨ªa, sino su visibilidad y aceptaci¨®n social, no podemos permitir que en el seno de la UE se den manifestaciones de semejante cala?a. La Euroc¨¢mara acaba de aprobar una resoluci¨®n en la que se solicita al Parlamento lituano la no aplicaci¨®n y retirada de la mencionada ley. Si bien la presidenta lituana, en un desesperado intento por lavar la imagen de Vilna, reniega de la misma, su sola tramitaci¨®n repugna y nos advierte de que hay que seguir en las trincheras, con el agravante de que en esta ocasi¨®n las volvemos a tener en casa. Da miedo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.