Las plazas ya no quieren ser tan duras
Dos intervenciones barcelonesas buscan la humanizaci¨®n del espacio p¨²blico
El mejor urbanismo de los pr¨®ximos a?os ser¨¢ el reparador. Y, curiosamente, la ant¨ªtesis de la arquitectura ambigua de los ¨²ltimos tiempos podr¨¢ tener una lectura parad¨®jica. Ha sucedido en Badalona. El arquitecto Jordi Bad¨ªa, del estudio BAAS, ha trabajado la uni¨®n a partir de la desuni¨®n. Ha sembrado una plaza p¨²blica a partir de la destrucci¨®n de una antigua f¨¢brica de recipientes de vidrio. La idea era integrar un Centro de Salud y un futuro edificio municipal con las construcciones retranqueadas de un barrio degradado. Y el Ayuntamiento apost¨® por la acupuntura: inyectar nuevos edificios para sanear el viejo tejido. Adem¨¢s, consider¨® que para no empezar de cero lo mejor era limpiar. El objetivo era llevar aire al barrio.
Que una plaza es un vac¨ªo que une lo demuestra Bad¨ªa con un dise?o austero pero cuidado que quiere llevar esa ventilaci¨®n al vecindario. Hay m¨¢s paradojas en su proyecto. A pesar de haber entrado con la piqueta, el arquitecto busca recuperar la memoria del lugar haci¨¦ndolo m¨¢s humano con nuevas zonas de sombra, juego, descanso y vida vecinal.
Bad¨ªa ya hace a?os que apost¨® por la recuperaci¨®n sin nostalgia como la mejor v¨ªa para la integraci¨®n ciudadana. No lejos de esta plaza Ovidi Montllor de Badalona, tambi¨¦n el Museo Can Framis, en el Poble Nou barcelon¨¦s, opt¨® por explotar la belleza de los desconchados y los sobrios vol¨²menes de la antigua arquitectura fabril del lugar. Le sum¨® a la historia la vida de barrio rob¨¢ndole a un museo un espacio p¨²blico.
En la plaza dedicada al actor y cantautor Ovidi Montllor -donde el estudio de Bad¨ªa firma tambi¨¦n el Centro de Salud oculto tras una celos¨ªa cer¨¢mica y levantado del suelo con pilares que forman un porche para el ocio ciudadano- el espacio p¨²blico est¨¢ sembrado de mensajes. Remite, con los parterres y los bancos circulares -que se convierten en l¨¢mparas al llegar la noche-al uso de la desaparecida factor¨ªa de recipientes de vidrio. Y refleja la vida mediterr¨¢nea, en la que una ciudad es una suma ecl¨¦ctica y la plaza del pueblo, el sal¨®n de la casa.
La plaza tiene marcadas tambi¨¦n huellas que apuntan al futuro, como los pavimentos que quieren coser los nuevos edificios: el Centro de Salud y las futuras oficinas municipales. Son huellas sutiles, trazos en el pavimento que tienden un puente casi imaginario. Se pueden pisar. La plaza es un marco y es el ciudadano quien decide. La labor de Bad¨ªa es de limpieza, arqueolog¨ªa urbana y propuesta de futuro. Es consciente de que la ciudad se construye siempre a capas. Y sabe que el secreto de las mejores est¨¢ m¨¢s cerca de admitir el paso del tiempo que de abusar del tiral¨ªneas.
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