"En casa no reciclo lo suficiente, como todos"

La camarera se llamaba Louise Veronica Ciccone. "Era 1976, en un restaurante muy in de la Quinta Avenida al que ¨ªbamos muchos bohemios", dice HA Schult. A sus 70 a?os se siente un artista joven. Pelazo rubio, gab¨¢n negro y un cab¨¢s met¨¢lico de obrero. En vez de herramientas lleva dosieres de sus acciones art¨ªsticas durante medio siglo. En 1970 durmi¨® en un museo de M¨²nich como una escultura viviente, en 1985 llen¨® una calle de Manhattan con 800.000 copias de The New York Times, en 2001 coloc¨® mil hombres basura -una suerte de soldados de terracota hechos con residuos- ante las pir¨¢mides de Giza. Frente al restaurante de la an¨¦cdota pas¨® un autob¨²s con una foto de Donna Summer, "entonces la reina del disco". "Yo he salido con ella", le se?al¨® a la camarera, impresionada. "Un a?o despu¨¦s, aquella chica que me atendi¨® hizo su primer filme underground y se bautiz¨® Ma-Donna". ?Est¨¢ diciendo que se puso el nombre por Donna Summer? "Claro, porque yo le dije".

El artista 'ecol¨®gico' ha levantado un hotel en Madrid con toneladas de basura

La camarera de la castiza taberna elegida para la entrevista no tiene pinta de convertirse en la pr¨®xima reina del pop, pero Schult agradece la sopa de cocido. "?Deliciosa! Sabe a sopa china de pato", dice mojando pan. El lugar no le importa, solo que est¨¦ cerca de su ¨²ltima obra, un hotel construido con 12 toneladas de basura encontrada en la playa que ha montado en la plaza de Callao de Madrid.

Schult es un pionero del arte con mensaje medioambiental. En 1969 fue detenido por llenar de basura una calle de M¨²nich: "Le dije a la polic¨ªa que todo lo que hab¨ªa hecho era mostrar el porvenir y me pusieron una multa de 800 marcos [unos 400 euros]... No me parece mucho por ver el futuro". "La basura es el s¨ªmbolo del consumismo, pero en los sesenta a¨²n no se me entend¨ªa", dice, "el Pop Art estaba en auge, los artistas convert¨ªan en icono la Coca-cola, sin embargo, a m¨ª me interesaba la botella cuando ya estaba muerta".

Hijo de un ingeniero que trabaj¨® para los Gobiernos de Hitler y Stalin, Schult se hizo artista "para ser libre", y dej¨® los pinceles "porque hay demasiados pintores y su arte no es una amenaza". "?Se puede colgar en el sal¨®n!". Sus acciones art¨ªsticas, casi siempre monumentales, le han valido el apodo del Christo Alem¨¢n. Para inundar la plaza de San Marcos de papel o llevar sus cientos de esculturas de despojos al ?rtico y denunciar as¨ª el capitalismo voraz, cuenta desde hace a?os con el patrocinio de marcas comerciales. La incongruencia no le atraganta los fideos: "Mejor que me den el dinero a m¨ª a que pongan un anuncio en su peri¨®dico, as¨ª usted traslada mi mensaje, no el suyo", dice. "Mis coleccionistas son importantes empresarios: yo canto en los lugares adecuados". Pol¨ªticamente ha apoyado a Angela Merkel. Cuando era candidata la retrat¨® con un collar de perro en el que pon¨ªa Angie. "Me pregunt¨® por qu¨¦, y le dije: 'Cuando seas canciller lo entender¨¢s", explica. "Ya entiendo a lo que te refer¨ªas", le admiti¨® la canciller tras un tiempo en el poder.

El artista no se atreve con el cocido ni quiere postre, cada vez que viene a Espa?a engorda. Con un poderoso acento alem¨¢n le encanta dar titulares como "Todos estamos hechos de basura" o "Los museos arqueol¨®gicos est¨¢n llenos de la basura del pasado". "Las sobras de McDonald's en Beijing hacen palidecer a la Muralla China", dice. ?Y ¨¦l, en casa, recicla? "No lo suficiente, como todos".