Murcia entra en erupci¨®n
Los recortes a funcionarios provocan manifestaciones nunca vistas en la regi¨®n. Una econom¨ªa basada en el ladrillo se ha desplomado: del pleno empleo en 2008 al 24% de paro en tiempo r¨¦cord. Valc¨¢rcel contraataca con una f¨®rmula milagrosa: viene la Paramount
Nada hac¨ªa presagiar el 22 de diciembre pasado que Murcia iba a estallar en conflicto. Mucho menos en medio de las navidades. Era el d¨ªa de la loter¨ªa de Navidad. No hab¨ªa ca¨ªdo en la regi¨®n, pero esa noche el presidente Ram¨®n Valc¨¢rcel deb¨ªa recoger en la C¨¢mara de Comercio de la capital el premio al pol¨ªtico del a?o concedido por la cadena SER. Era uno m¨¢s de tantos reconocimientos para quien se vanagloriaba de ser un plusmarquista de la pol¨ªtica nacional a fuerza de superar, elecci¨®n tras elecci¨®n, sus resultados electorales. Valc¨¢rcel hab¨ªa gobernado Murcia bajo una paz social que duraba 15 a?os a fuerza de firmar numerosos acuerdos con los sindicatos. Pero aquella noche, a las afueras de la C¨¢mara de Comercio, cientos de personas se manifestaron espont¨¢neamente con la intenci¨®n de aguarle la fiesta. Era la primera vez que suced¨ªa algo as¨ª.
Seg¨²n el Consejo Econ¨®mico y Social, de las 43.776 viviendas iniciadas en 2004 se ha pasado a 4.931 en 2009
El lado oscuro del urbanismo tiene otra estad¨ªstica: 23 de los 45 municipios han sufrido casos de corrupci¨®n
No fue un episodio aislado. Cinco manifestaciones se sucedieron desde entonces, una tras otra, cada vez m¨¢s numerosas, hasta llegar a alcanzar las 40.000 personas. Hubo manifestantes que llegaron a lanzar huevos a la fachada del edificio donde reside Valc¨¢rcel, hubo zarandeos con alg¨²n consejero y altos cargos en otros puntos de la ciudad. Portavoces de los sindicatos reconocen haberse visto sorprendidos por la magnitud del movimiento durante estas semanas, m¨¢xime teniendo en cuenta que los protagonistas eran funcionarios auton¨®micos, el colectivo m¨¢s favorecido por la paz social de Valc¨¢rcel. Casi cada d¨ªa, se registran asambleas o peque?os actos de protesta en hospitales y colegios de la regi¨®n. Detr¨¢s de esta tensi¨®n que afecta a los funcionarios hay un paquete de medidas aprobado sin discusi¨®n en el parlamento regional que afecta a sus salarios y derechos laborales, pero tambi¨¦n una realidad econ¨®mica muy severa. La burbuja murciana ha estallado. Y lo ha hecho con m¨¢s virulencia que en otras partes del pa¨ªs. Como dice un sindicalista: "A m¨¢s ladrillo, m¨¢s crisis". Y Murcia era el paradigma del ladrillo. Eso es lo que ha pasado.
La econom¨ªa murciana se ha desplomado. Los r¨¦cords electorales de Valc¨¢rcel han ido paralelos a los datos de crecimiento econ¨®mico de la regi¨®n, que se acerc¨® a una situaci¨®n de pleno empleo t¨¦cnico en el a?o 2008, una realidad muy diferente del 23,6% de paro con el que Valc¨¢rcel hab¨ªa comenzado su mandato all¨¢ por 1996. Murcia ha crecido m¨¢s que ninguna otra regi¨®n de Espa?a a una media del 3,9% entre 2000 y 2005. Ha sido una locomotora cuyo motor estaba impulsado por un crecimiento exponencial de la actividad inmobiliaria: 300 convenios urban¨ªsticos se han firmado en Murcia en los a?os dorados, con una previsi¨®n de viviendas para 800.000 personas. Murcia aspiraba a ser la Florida europea, siguiendo el gui¨®n marcado por la empresa que mejor simbolizaba este impulso, Polaris World: viviendas con campo de golf bajo el sol del Mediterr¨¢neo. Y el agua, tan escasa siempre, no iba a ser un problema.
Con este horizonte de ensue?o, Valc¨¢rcel firm¨® el 24 de julio de 2006 con la patronal y los sindicatos un plan estrat¨¦gico denominado Horizonte 2007-2013, cuyo pre¨¢mbulo anunciaba textualmente que "los cambios que va a experimentar la Regi¨®n de Murcia durante los pr¨®ximos a?os -digamos que durante los pr¨®ximos veinte- previsiblemente van a ser mayores que los que se han vivido durante los ¨²ltimos ochenta". El plan, redactado en un tono triunfalista, aseguraba que la regi¨®n contar¨ªa "con un modelo de desarrollo econ¨®mico que proporcionar¨¢ empleo de calidad para todos; empleo estable y con unas adecuadas remuneraciones; empleo cualificado, que ofrecer¨¢ oportunidades de progreso y que facilita a trabajadores y trabajadoras mantener sus cualificaciones actualizadas a lo largo de toda su vida laboral". Una nota de prensa posterior significaba que el Consejo Econ¨®mico y Social nacional "alab¨® nuestro plan estrat¨¦gico, nombr¨¢ndolo en su memoria anual de 2007 como una de las pocas hojas de ruta de una regi¨®n en Espa?a".
Esa hoja de ruta ya no sirve. El pleno empleo desapareci¨® y la tasa de paro amenaza con superar el 25% (23,95% en el tercer trimestre de 2010). Murcia ha pasado de liderar las alzas a liderar las ca¨ªdas en el crecimiento del PIB. En n¨²meros redondos, Murcia ha vivido el trance de contar con 100 nuevos parados cada d¨ªa. Y su tasa de abandono escolar en el a?o 2009 (37,3%) superaba con creces la media espa?ola (31,2%). En dos a?os, Murcia se ha convertido en el espejo de la crisis. Y en el paradigma tambi¨¦n de las consecuencias de una econom¨ªa excesivamente dependiente del ladrillo: hay m¨¢s de 35.000 viviendas sin vender. Seg¨²n el Consejo Econ¨®mico y Social de la Regi¨®n de Murcia, se iniciaron 43.776 viviendas en 2004 y solo 4.931 en 2009. El lado oscuro del urbanismo tiene otra estad¨ªstica: 23 de los 45 municipios murcianos han sufrido casos de corrupci¨®n.
"Es la primera vez que veo que la crisis es grave de verdad", afirma el abogado laboralista Antonio Checa, uno de los m¨¢s reputados de la regi¨®n. Tambi¨¦n de los m¨¢s experimentados. "Tenga en cuenta que ya sufr¨ª la crisis de 1982, la de los a?os noventa. Ahora mismo, no veo empresas de verdad. Casi no quedan trabajadores por despedir. No hay alternativas al empleo, lo que mejor ha funcionado ha sido el sector agroalimentario, pero a costa de esperar a que haga fr¨ªo en Europa para que se puedan exportar m¨¢s lechugas y hortalizas. La construcci¨®n se llev¨® todo. Apenas quedan cuatro empresas emblem¨¢ticas en Murcia". Un conjunto de profesionales desencantados de la izquierda oficial y agrupados en una asociaci¨®n denominada Foro Ciudadano acaba de editar un libro titulado El otro estado de la regi¨®n, cuya principal conclusi¨®n es la de que el boom econ¨®mico ha empobrecido la pol¨ªtica regional y no ha conseguido hacer despegar a Murcia de la cola del desarrollo humano en Espa?a.
El causante de este varapalo es la excesiva exposici¨®n al sector inmobiliario. Y en ello coinciden las fuentes consultadas entre sindicatos y empresarios, a excepci¨®n de los pol¨ªticos del Gobierno regional, que no han accedido a ser entrevistados. No es un fen¨®meno ¨²nico en Espa?a, pero s¨ª relevante, del cual nadie quiere sentirse responsable, por mucho que portavoces sindicales y empresariales manifiesten que lo avisaron en su tiempo. Las patronales y las centrales sindicales firmaron pacto tras pacto con Valc¨¢rcel. Hubo convenios con resultados frustrantes. Cuando Repsol se propuso hacer una gran inversi¨®n en su planta de Cartagena se cit¨® la cifra m¨¢gica de 5.000 nuevos empleos. "Nos encontramos", reconoce un portavoz sindical, "con que como consecuencia del fracaso escolar y la baja calidad del empleo en la construcci¨®n, no ten¨ªamos j¨®venes suficientemente formados para satisfacer esa demanda de empleo". Se improvisaron cursos de formaci¨®n, auspiciados por el Gobierno. Resultado final: m¨¢s de 500 trabajadores portugueses fueron contratados para la planta.
"No se diversific¨® el crecimiento", dice un alto cargo de una organizaci¨®n empresarial. "Ni siquiera se apost¨® decididamente por una agricultura especializada". De hecho, algunos empresarios agr¨ªcolas terminaron cayendo en la tentaci¨®n de diversificar sus negocios y acudir tambi¨¦n al sector inmobiliario, y esas decisiones les est¨¢n costando ahora el cierre. "El problema", contin¨²a este dirigente, "es que el sector inmobiliario ocup¨® todos los cauces, tent¨® al sector pol¨ªtico y tom¨® posesi¨®n del poder econ¨®mico. Si miramos a los presidentes de las tres C¨¢maras de Comercio que hay en Murcia (Murcia, Cartagena y Lorca) todos proceden del sector de la construcci¨®n. Lo mismo sucede en la patronal. De tal manera que no se escucharon otras voces. Esa estructura dificult¨® que se emprendiera el cambio de modelo productivo. Y as¨ª, cuando se ha planteado la posibilidad de invertir en parques tecnol¨®gicos, o cuando se habla de otros proyectos como palacios de congresos, observamos c¨®mo el inter¨¦s de algunos se limita simplemente a la construcci¨®n del parque, no a lo que tiene que venir despu¨¦s".
Ese panorama cr¨ªtico no tuvo su reflejo en las calles. Murcia pod¨ªa estar en crisis, pero la paz social segu¨ªa vigente. De hecho, la convocatoria de huelga general el pasado 29 de septiembre apenas tuvo incidencia en la regi¨®n. Meses despu¨¦s, el 21 de diciembre pasado, Valc¨¢rcel present¨® los presupuestos de la regi¨®n para el a?o 2011 en plena calma y con los sindicatos en silencio a pesar de anunciar un recorte de 300 millones de euros. Pero ese mismo d¨ªa, el Partido Popular presentaba en el registro de la Asamblea una proposici¨®n de ley de medidas extraordinarias que supon¨ªa un nuevo recorte presupuestario que afectaba a determinadas partidas, pero sobre todo a los funcionarios: se les aumentaba su horario de trabajo, se les recortaban las horas extra y se les quitaba de un plumazo el complemento del 25% para bajas por enfermedad, de tal manera que quien causara baja solo percibir¨ªa el 75% de su remuneraci¨®n bruta. Fuera las 35 horas semanales y todos los acuerdos firmados con los sindicatos, a quienes no se les comunic¨® esta medida, al igual que a los restantes partidos. Valc¨¢rcel no estuvo presente en ese pleno. "Se ha tenido que ir en contra de su voluntad", explic¨® un portavoz, "porque tiene una reuni¨®n en Madrid para defender el tomate de la Regi¨®n de Murcia. Ha intentado cambiar la reuni¨®n, pero no se lo ha consentido la ministra de Agricultura, Rosa Aguilar".
Entonces, salt¨® la chispa.
El primer aviso lleg¨® al d¨ªa siguiente, la noche del 22 de diciembre, cuando se le iba a entregar a Valc¨¢rcel el premio de la cadena SER. Cientos de funcionarios le esperaban con malas caras. "Nadie sabe muy bien c¨®mo se fragu¨® aquella respuesta", reconoce Jos¨¦ Antonio Pujante, coordinador de Izquierda Unida-Los Verdes en la Regi¨®n de Murcia. "Hay que tener en cuenta que el funcionariado es un colectivo generalmente bien informado y tiene una capacidad m¨¢s alta que otros para moverse en redes sociales. Los sindicatos eran ajenos a esta movilizaci¨®n. Todos nos vimos sorprendidos". Tres d¨ªas despu¨¦s, cuando la proposici¨®n de ley iba ser votaba en la asamblea regional, que tiene su sede en Cartagena, se produjo otra movilizaci¨®n. Un portavoz de CC OO reconoce que avis¨®, v¨ªa sms, "a nuestros afiliados, principalmente a los liberados". "Pens¨¢bamos", reconoce, "que acudir¨ªan no m¨¢s de 100 personas para hacer algo de ruido". Fue m¨¢s de un millar.
As¨ª hasta sumar seis manifestaciones en apenas tres semanas, algo nunca visto en Murcia. Con la tensi¨®n en aumento, la noche del s¨¢bado, Alberto Cruz, el consejero de Cultura, sufri¨® una agresi¨®n cerca de su domicilio que le oblig¨® a ser hospitalizado con un fuerte golpe en el rostro. Aquella agresi¨®n provoc¨® una escalada de tensi¨®n que afect¨® a la c¨²pula del Partido Popular en Madrid. Se relacion¨® la agresi¨®n con las manifestaciones, con los partidos de izquierda, con los antisistema... Valc¨¢rcel lleg¨® a manifestar en un canal de televisi¨®n que su hija ser¨ªa "la pr¨®xima v¨ªctima". Se acus¨® al Gobierno socialista de no haber garantizado la seguridad de los altos cargos murcianos. La verdad de aquel suceso no se conoce todav¨ªa. La investigaci¨®n policial sigue su curso, un detenido ha salido en libertad, y las ¨²ltimas hip¨®tesis se centran en el entorno privado del consejero.
El consejero, un hombre controvertido muy dado a organizar grandes eventos, hab¨ªa sido coprotagonista de un proyecto que pod¨ªa a sacar a Murcia de la crisis. Dado que el plan estrat¨¦gico parec¨ªa haber quedado definitivamente obsoleto, dado que el Gobierno de Murcia solo pod¨ªa presentar medidas de austeridad, Valc¨¢rcel, como otros gobernantes en otros tiempos, no se resisti¨® a la tentaci¨®n de sacar de la chistera una soluci¨®n milagrosa que sacara a Murcia de la crisis econ¨®mica.
En el mes de febrero hizo un viaje a Dubai acompa?ado de Alberto Cruz. Y a su regreso ambos anunciaron que se hab¨ªa alcanzado un acuerdo seg¨²n el cual la Paramount instalar¨ªa un parque y unos estudios cinematogr¨¢ficos en Murcia. Cruz ejerci¨® de maestro de ceremonias del producto y no se cort¨® un pelo. "Este acuerdo permitir¨¢", dijo, "que Murcia salga de golpe de la crisis econ¨®mica, casi como un avance de 15 a?os en el crecimiento econ¨®mico nacional". "Habr¨¢ pel¨ªculas", insisti¨® Cruz, "que se rodar¨¢n ¨ªntegramente en estos estudios y cuyo estreno tendr¨¢ lugar en Murcia". Cruz apunt¨® alg¨²n detalle m¨¢s de lo que estaba por venir: "Habr¨¢ una recreaci¨®n del hundimiento del Titanic". Para reforzar este anuncio en medio del hundimiento de Murcia, no se ahorr¨® cifras: tres millones de turistas, 20.000 puestos de trabajo directos. Cruz se daba un plazo de un a?o para firmar los contratos.
El efecto Paramount dur¨® un tiempo. En septiembre de 2010, un comunicado de la oficina de esta compa?¨ªa en Madrid anunciaba que "la compa?¨ªa no participar¨¢ en la inversi¨®n". Sin embargo, ni Cruz ni Valc¨¢rcel estaban dispuestos a dejar que se hundiera el proyecto.
Una ma?ana, Valc¨¢rcel cit¨® en su despacho a los dos l¨ªderes de la oposici¨®n, Pedro Saura (PSOE) y Jos¨¦ Antonio Pujante (IU). Les pidi¨® que no se opusieran al proyecto y que no especularan sobre el mismo para evitar que, a su vez, no hubiera desaprensivos que quisieran hacer su agosto con la venta de los terrenos donde se iba a ubicar el parque tem¨¢tico.
Durante este tiempo, nadie ha criticado el proyecto. Se supo que la Paramount aceptaba la realizaci¨®n del parque, pero en calidad de asesoramiento y licencias (es decir, lejos de invertir, cobrar¨ªa por ello), y se formaba una sociedad conjunta entre el Gobierno de Murcia y la empresa Santa M¨®nica Financial Services para comprar los terrenos y buscar inversores. Tampoco hubo cr¨ªticas por el hecho de que Jes¨²s Samper, el presidente de Santa M¨®nica, fuera imputado el pasado mes en la Operaci¨®n Umbra, un nuevo caso de corrupci¨®n urban¨ªstica. No parec¨ªa el mejor compa?ero de viaje para esta aventura.
"Nadie se cree el proyecto, pero nadie se atreve a criticarlo", sostiene un empresario. Y el proyecto Paramount sigue su curso hasta el punto de que el lugar elegido para su futura ubicaci¨®n estar¨¢ en la localidad de Alhama. No es casualidad esta ubicaci¨®n porque Alhama es probablemente el municipio con m¨¢s millones de metros cuadrados recalificados. Alhama fue protagonista en 2006 de un hecho que atrajo la atenci¨®n nacional: una joven concejala del PP, Teresa Guti¨¦rrez, se rebel¨® y vot¨® en contra de una enorme recalificaci¨®n de terrenos (m¨¢s de cuatro millones de metros cuadrados) que favorec¨ªa a Polaris World para edificar un macroproyecto.
Teresa fue expulsada del partido. La recalificaci¨®n se hizo, pero buena parte de los terrenos se los quedaron los bancos porque Polaris World atraviesa dificultades. En Alhama gobiernan PSOE y PP, que se reparten la alcald¨ªa cada dos a?os. Y Teresa se present¨® como cabeza de lista en un nuevo partido (Uni¨®n Centrista Liberal) a las elecciones de 2007. Obtuvo 195 votos. Hoy rechaza hacer entrevistas y manifiesta haber sufrido una pesadilla que no ha terminado. Alhama es otra representaci¨®n de lo que est¨¢ pasando en Murcia.
El proyecto Paramount sigue su curso sin discusi¨®n. El jueves estaba prevista una demostraci¨®n en Madrid, durante la feria del turismo (Fitur). Por razones no explicadas, no se produjo. En Murcia, mientras tanto, se prepara la manifestaci¨®n del pr¨®ximo d¨ªa 26: los asistentes ir¨¢n de negro y con velas. Pero Valc¨¢rcel presiona para que cambien el itinerario y la protesta no circule por enfrente de su casa, en la Gran V¨ªa.
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